El Manchester City está tocado. En crisis. Y Pep Guardiola, su entrenador, no encuentra soluciones. Al contrario. El técnico de Santpedor está de los nervios, con muchos asuntos por resolver, y con un equipo deprimido y sin síntomas de mejora.
Campeón de la Premier en seis de las ocho temporadas de Guardiola en Inglaterra, el Manchester City es, ahora, cuarto. Suma 27 puntos, ocho menos que el Liverpool, que ha disputado un partido menos y es el gran favorito.
Las cifras
El City ha ganado ocho partidos, ha empatado tres y ha perdido cuatro. El equipo ha marcado 27 goles en 15 partidos, muy pocos, y ha recibido 21. Las estadísticas son el mejor indicador de que algunas cosas van mal en el Etihad Stadium.
Guardiola está muy preocupado por el rendimiento colectivo. A su máquina le fallan muchas piezas. La más importante es una para la que no tiene recambio: Rodri, actual Balón de Oro.
El técnico de Santpedor también necesita que los otros cracks del City tiren del carro. Especialmente preocupante es el bajón de un futbolista imprescindible que retrataba perfectamente el éxito del equipo: Kyle Walker.
El gran problema
Walker era, posiblemente, el mejor lateral del mundo. Era un futbolista contundente en defensa y muy solvente en ataque. En la actual temporada, en cambio, es una triste fotocopia del jugador que fue.
Walker ha participado en nueve partidos de la Premier. En ninguno, el Manchester City ha terminado con su portería a cero. El defensa, además, quedó en evidencia en los dos goles del Crystal Palace del pasado fin de semana (2-2). Para Guardiola, su caída a los infiernos es una noticia pésima.