Los delanteros no pueden perdonar. Ferran Torres falló un mano a mano muy claro ante Mamardashvili. Lamine Yamal, después de superar a un adversario con una ruleta, le dejó en bandeja la ocasión que todo ariete quiere. Los regresos a casa no siempre acaban bien. El tiburón tenía todo el tiempo para pensar, pero se le hizo de noche.

Remató con la zurda, cuando es diestro. Se fue escorando y acabó con un disparo no demasiado potente a las manos del portero. Podía haber ampliado la ventaja del Barça en un campo hostil como es Mestalla. La realidad es que, mientras avanzaba con la pelota, camino a la portería, todos los culés sabían cuál sería el desenlace.

Flick le obsequió con la titularidad, pese a que todas las papeletas tenían el nombre de Pau Víctor, y no la aprovechó. De hecho, el canterano del Girona dejó señalado al delantero de Foios. En pocos minutos, hizo todo lo contrario a Ferran. Presionó, generó ocasiones y combinó con los compañeros. Los controles de Torres dejaron mucho que desear, algo que se está convirtiendo en habitual.

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