La Grada d'Animació se rebela. Mayoritariamente, sus socios están molestos con Joan Laporta, no tanto por los malos resultados deportivos del equipo como por su gestión de los temas sociales. Entienden que desprecia a los abonados del club y recelan de la millonaria reforma del Camp Nou, con nuevos palcos y zonas VIP. Muchos son los puntos de desencuentro entre las dos partes, motivo por los que pudo escucharse el "Barça sí, Laporta no", ante la Real Sociedad.

El lunes, contra la Real Sociedad, los cuatro grupos de la Grada d'Animació comenzaron con sus cánticos habituales. Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça cantaron canciones como "Un dia de partit" o "el Barça és la nostra vida". Algunos socios también expresaron el habitual grito a favor de la independencia de Catalunya. Y, mediada la primera parte, la tomaron con la Liga de Fútbol Profesional. "Es una mafia, la Liga es una mafia", pudo escucharse en Montjuïc.

Las quejas contra Laporta

El Barça, a través de su megafonía, pidió a los aficionados que no profirieran insultos para evitar una sanción al club. Poco después, sonó con mucha más fuerza el "Barça sí, Laporta no". "No lo cantaron todos los socios de la Grada d'Animación. Fue una decisión personal que constata el malestar de muchos aficionados con la gestión del presidente en temas sociales", asegura una fuente. También hubo cánticos contra el Espanyol y el Real Madrid.

Los grupos de animación Front 532 y Bacardí Boys, en la grada del Parque de los Príncipes REDES

"La gestión de los temas sociales de la actual directiva es un desastre", añade otro miembro de la Grada d'Animació. "Se gestionó muy mal la venta de entradas para la final de la Champions femenina en Bilbao, no se ha fletado ningún avión en los partidos de la Champions de esta temporada. La Oficina d'Atenció al Barcelonista no funciona y contesta los mensajes tarde. Es un desastre", recalca el mismo socio.

La Confederación Mundial de Peñas

Laporta nunca ha tenido muy buena sintonía con las peñas del Barça. Tampoco con la Grada d'Animació, creada en 2016 durante el mandato de Josep Maria Bartomeu. "Laporta, recordemos, tiene un conflicto con la Confederación Mundial de Peñas", recuerda otro abonado. "Laporta apuesta por el ticketing. Le interesan más los turistas, que están dispuestos a pagar grandes cantidades por una entrada, que los socios", agrega.

Javier Tebas escucha atentamente a Laporta durante un acto de la Liga REDES

El malestar de los cuatro grupos de animación subió de tono el pasado verano, con el traslado del primer equipo de fútbol a Montjuïc. El club destinó 27.000 localidades del Olímpic Lluís Companys a sus abonados, pero solo 17.000 socios retiraron su carnet.

Regreso al Camp Nou

El Barça, sorprendentemente, redujo el espacio destinado a la Grada d'Animació a la mitad. En el Camp Nou contaban con 1.200 asientos, cifra que se redujo a 600 en Montjuïc. "Siempre hay muchos asientos libres, pero en el club no atendieron nuestra petición de contar con las mismas localidades que en el Camp Nou", insisten los socios más fieles de la entidad, ensalzados siempre por Xavi Hernández por su constante apoyo al equipo.

El render del nuevo Camp Nou con los videomarcadores Eduardo Barea YOUTUBE

La Grada d'Animació, mientras, ya se prepara para el regreso al Camp Nou, ya sea a finales de este año o a principios de 2025. El Barça ha garantizado que contarán con el mismo aforo que antes, pero serán reubicados en la primera grada del Gol Sur.

Los asientos del estadio

Muchos socios, no solo de la Grada d'Animació, también se han quejado del proceso de comercialización de los antiguos asientos del Camp Nou. Como avanzó Culemanía, el club entregó muchas sillas con polvo y en mal estado. Incluso con chicles. El malestar también es mayoritario con los desplazamientos de esta temporada por "el pasotismo del club para incentivar la presencia de seguidores del Barça en otros casos".

Asiento del viejo Camp Nou, a la venta por 219 euros FCB

El malestar de los culés con la gestión de Laporta va a más. Los resultados del Barça juegan en contra de un presidente que día tras día se aleja de los socios para recaudar más dinero en un club con una deuda de 1.200 millones de euros

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