El Shakhtar Donetsk es el segundo club más popular de Ucrania, solo superado por el Dinamo Kiev. Campeón de su país en 14 ocasiones, ganó la UEFA en 2009 y puso contra las cuerdas al Barça en la Supercopa de Europa. La primera década del siglo XXI fue la mejor del club ucraniano, salpicado ya por conflictos territoriales con Rusia en 2014. Hoy, el rival de los barcelonistas juega en Hamburgo. En baloncesto, un caso parecido penaliza al Maccabi, que disputa sus duelos de la Euroliga en Serbia tras estallar con gran virulencia el conflicto palestino-israelí.
Con capacidad para 52.000 espectadores, el Donbass Arenas simbolizó la era de oro del Shakthar y su posterior agonía. Sede de la Eurocopa que organizaron Polonia y Ucrania, era la gran joya de Donetsk, un estadio muy moderno y confortable. Inaugurado en 2009, cinco años después recibió el impacto de dos bombas que causaron daños materiales. Y el estadio cerró sus puertas para la disputa de los partidos de fútbol.
La Guerra del Dombas
El inicio de la Guera del Dombás, en 2014, desató la primera gran crisis del Shkatar. Tras el derribo de un avión comercial de Malaysia Airlines con 298 personas a bordo, cinco jugadores brasileños (Alex Teixeira, Fred, Douglas Costa, Dentinho e Ismaily) y un argentino (Facundo Ferreyra) decidieron abandonar la concentración del equipo tras un partido amistoso en Lyon.
El fútbol dejó de ser prioritario en Ucrania, aunque el deporte más popular del mundo siempre fue un consuelo para sus habitantes. Durante la Segunda Guerra Mundial, Kiev ya fue la sede del denominado Partido de la Muerte entre oficiales alemanes y presos ucranianos, agrupados en un equipo llamado Start.
La liga rusa
La pasada temporada, el Shakhtar disputó sus partidos europeos en Polonia, en el campo del Legia de Varsovia. En la actual, la UEFA dio luz verde a que jugara en el campo del Hamburgo, con capacidad para 51.000 espectadores. El CEO del Shakhtar, Sergei Palkin, cifó en 80 millones de euros las pérdidas del club por su exilio continental.
El conflicto del Este de Europa también ha penalizado a los clubes rusos, que no pueden participar en competiciones continentales. Sus mejores equipos ingresan menos dinero y el Barça todavía espera que el Zenit complete el pago del fichaje de Malcom. El Krasnodar es el actual líder de la liga rusa, seguido por el Zenit (campeón de la Liga 2022-23), el Dinamo Moscú y el CSKA Moscú.
El caso del Maccabi
La ausencia de equipos rusos penaliza mucho más al baloncesto. Una de sus grandes potencias es el CSKA, campeón de Europa en ocho ocasiones. El club ruso era uno de las entidades más poderosas económicamente, mientras que el Zenit era un nuevo rico. Su actual entrenador es Xavi Pascual, extécnico del Barça.
El baloncesto también lamenta la actual guerra entre Israel y Palestina. La gran víctima deportiva de este conflicto es el Maccabi de Tel Aviv, que inicialmente se exilió en Chipre. El eterno campeón israelí disputa ahora sus partidos en el pabellón Aleksander Nikilic de Belgrado.
El Maccabi ha ganado la Copa de Europa o la Euroliga en seis ocasiones. Su pabellón era conocido como La Mano de Elías y tenía capacidad para 10.000 espectadores. Actualmente es séptimo, con un balance de tres victorias y dos derrotas. Es la otra gran víctima del deporte europeo de élite por culpa de los conflictos bélicos del han estallado en el viejo continente.