Ousmane Dembelé se apaga. Otra vez. El delantero francés, de 26 años, no brilla en el PSG y Luis Enrique parece desesperarse con él. Sus números en la Ligue1 son muy discretos y sus sensaciones son peores que las de hace un año, cuando era una pieza básica para Xavi Hernández en el Barça. Dembelé sigue sin aprovechar todo su potencial. Nunca lo ha hecho.
A Dembelé le sobra clase y desparpajo. Sin embargo, le faltan continuidad y cabeza. Es un futbolista muy disperso, que va a la suya, con una nefasta interpretación de las necesidades de su equipo.
Luis Enrique, de momento, no ha logrado la mejor versión de Dembelé, que ha participado en 10 partidos con el PSG en los que ha dado dos asistencias. Todavía no ha marcado y no es el futbolista desequilibrante que esperaba el exseleccionador español y exentrenador del Barça.
Xavi y la renovación
En el Barça, Dembelé fue más promesa que realidad. Fichó en 2017, después de que el club azulgrana pagara 105 millones fijos y otros 40 en variables al Borussia Dortmund. Pronto se lesionó y tuvo momentos de gloria con Ernesto Valverde, pero el técnico con el que mejor conectó fue Xavi Hernández.
El técnico de Terrassa frenó la marcha de Dembelé en 2022. Xavi facilitó la renovación del delantero, quien un año después abonó la cláusula de rescisión para irse al PSG.
Thomas Tuchel
Luis Enrique, ahora, busca la fórmula para motivar a Dembelé. Xavi lo consiguió en el Barça, pero fue con Thomas Tuchel, en el Borussia Dortmund, donde alcanzó su mejor nivel.
El PSG, de momento, pide paciencia. Luis Enrique no lo está teniendo fácil en París para gestionar muchos egos y espera que Dembelé despierte algún día y, a medio plazo, asuma el liderazgo de Mbappé, cuyo futuro parece estar más cerca de Madrid.