El Barça de basket cerró el curso con sensaciones antagónicas. La alegría por la conquista de la Liga Endesa se diluyó muy pronto por las salidas de Sarunas Jasikevicius y Nikola Mirotic, y el anuncio de Joan Laporta de que recortaría en 12 millones el presupuesto de la sección. Poco después, además, el Barça se quedó frustrado por el no fichaje de Kevin Punter, que renovó su contrato con el Partizán.
La crisis del Palau pasó factura a Laporta. En las redes sociales, muchos socios expresaron su malestar por los recortes del presidente del Barça. Y Laporta cambió su plan.
El Barça, condicionado por su delicada situación económica, se cargó a Jasikevicius y Mirotic. Entre ambos cobraban 14,5 millones de euros por temporada.
El fichaje de Parra
El club, paralelamente, ofreció un contrato de seis millones de euros por dos temporadas a Punter, pero el escolta renovó por el Partizán tras dar su palabra al Barça.
Tocado por las salidas y el fichaje frustrado de Punter, Navarro recibió el encargo de Laporta de hacer un equipo competitivo, con más jugadores españoles. Y el manager general activó el fichaje de Joel Parra. El exalero del Joventut se ha comprometido por cuatro temporadas y el club badalonés ha percibido un millón de euros por el traspaso. El estipulado en su cláusula de rescisión.
Los hermanos Hernangómez
El siguiente movimiento que hizo el Barça fue presentar una oferta formal por Willy Hernangómez, un pívot con muy buen cartel en España cuyos derechos los posee el Real Madrid. El club blanco tiene ahora una semana para igualar la oferta barcelonista. Si no lo hace, Willy jugará en el Barça.
Navarro, por otra parte, quiere completar la renovación del Barça con el fichaje de Juancho Hernangómez, a quien ya quiso hace un año. Se trata de un ala-pívot muy intenso que sustituiría a Mirotic. Y eso son palabras mayores.