El Ansu Fati de hoy no es el mismo que el de antes de las lesiones. A nadie se le escapa que, después de haber sido operado cuatro veces del menisco de la rodilla izquierda, el heredero del dorsal 10 de Leo Messi ha perdido aquella chispa y electricidad que le hacía especial. Aquella aureola mágica que le convertía en un futbolista diferente, capaz de distinguirse del resto con el balón en los pies.
El Ansu Fati de ahora no es un mal futbolista, ni mucho menos. Pero las lesiones --en plural, porque además de la rodilla también se desgarró el bíceps femoral-- le han bajado de las alturas al ámbito terrenal. El doctor Miquel Llobet, especialista en traumatología, ha atendido a Culemanía para explicar de qué forma han afectado los problemas físicos al joven atacante azulgrana. Y sus conclusiones son poco halagüeñas. "Hay un antes y un después de las lesiones, todos lo vemos. El jugador explosivo, con agilidad... no es exactamente el mismo después de todo lo que le ha pasado", resume.
"Hay veces que los jugadores no se recuperan del todo, o bien modifican sus características de juego y se adaptan a la nueva situación. Influye el factor mental, claro, pero ha pasado tanto tiempo que debería haberse recuperado ya. Ya son dos años y cuatro meses desde aquella lesión grave de menisco. Y a una rodilla que ha sido operada cuatro veces, la experiencia nos dice que las secuelas que quedan son para siempre", destaca el doctor.
El gran lastre de Ansu: dos lesiones graves
Miquel Llobet no se olvida del plano mental, algo en lo que Culemanía ya incidió con el psicólogo deportivo Arnau Torelló. "Las secuelas son físicas y mentales. Existe una parte de falta de confianza, de inseguridad. Y los jugadores que destacan sobre la media son aquellos que tienen ese plus, ese factor intangible. Esto es lo que parece que ha perdido. La chispa, la velocidad en el arranque... ¿Lo recuperará en el futuro? Nadie lo sabe", prosigue el traumatólogo.
Además, hace hincapié en que el lastre de Ansu Fati va más allá de la cuádruple operación de menisco: hay que tener en cuenta los problemas musculares que ha sufrido en el bíceps femoral. "Se le han juntado dos lesiones. La la rodilla y la muscular, de la cuál no se quiso operar. Además son importantes. Yo no sé si le habría aconsejado operarse, no vi el caso... Pero él decidió no hacerlo, sea por lo que sea", recuerda Llobet. "El caso es que son dos lesiones graves, y eso es un hándicap muy difícil de superar para recuperar el nivel altísimo que tenía".
Un cambio de aires, ¿posible solución?
Como aficionado culé, el doctor opina que quizá a Ansu Fati le ayude mentalmente cambiar de aires, rumbo a un club en el que no sienta tanta presión mediática. "Quizá si lo traspasan en un futuro, pueda ofrecer una versión más madura con el nivel técnico que tiene. Pero en Barcelona se le recuerda de una manera determinada, el Ansu que todos quieren ver. Igual acabamos teniendo otro Ansu distinto, capaz de florecer en otro lugar o en otra Liga", opina.
El factor que juega a favor del futbolista, en este aspecto, es que a sus 20 años sigue siendo un deportista muy joven, con prácticamente toda la carrera por delante. "Tiene mucha vida profesional, está a tiempo de adaptar sus características a esta nueva situación, que él sabrá cuál es exactamente. Debe calibrar su juego a su físico", aconseja el traumatólogo Miquel Llobet. Si logrará hacerlo o no, ya es otra historia. De momento, Ansu Fati tiene contrato vigente con el FC Barcelona hasta junio de 2027. Y, a tenor de sus últimas declaraciones, sigue viéndose capaz de triunfar en el Camp Nou. El tiempo dirá.