Leo Messi afronta, este domingo, el que puede ser el partido más importante en su carrera: la final del Mundial de Qatar contra la selección de Francia. Decir esto supone un peso gigantesco, pero es que el astro argentino se ha marcado como meta principal conquistar la anhelada Copa del Mundo. La misión de La Pulga, que empezó hace 17 años, se equipara al de las famosas historias en la cultura popular relacionadas a la legendaria ciudad conocida como El Dorado, en donde los personajes se marcan el objetivo de encontrarla para ganar un estatus de leyenda.
La larga travesía del astro
Un 17 de agosto de 2005, un joven futbolista que se estaba apenas dando a conocer en el FC Barcelona, empezaba su andar en la selección absoluta de Argentina. La ocasión fue un amistoso contra el conjunto de Hungría, en donde apenas tuvo la posibilidad de jugar 45 segundos por una tarjeta roja tras darle un manotazo en el rostro a uno de los jugadores rivales. No fue la mejor primera toma de contacto, pero el jugador se fue convirtiendo en un habitual en la albiceleste.
Su primera cita mundialista, en Alemania 2006, fue bastante anecdótica. Dicho equipo, dirigido por José Pekerman, estaba plagado de grandes futbolistas ofensivos, por lo que La Pulga estaba ocupando un rol secundario en la plantilla. De esa edición anotó un tanto en la fase de grupos, pero tuvo que ver desde el banquillo como su selección se despidió de la competición al caer en los cuartos de final contra la anfitriona.
Fue en Sudáfrica 2010 cuando Messi participó estando ya consagrado como el mejor futbolista del panorama internacional. Ganador de Champions con el Barça y poseedor de su primer Balón de Oro. Pero las expectativas no fueron del todo trasladadas con el combinado argentino, que nuevamente se tuvo que ir en cuartos de final contra Alemania. Ese elenco fue dirigido por Diego Armando Maradona, aunque pocas veces demostraron ser un colectivo fiable para conquistar la anhelada competición.
Al borde de la gloria
Esas experiencias del pasado --y las derrotas en la Copa América-- sirvieron para que La Pulga se fuera soltando cada vez más con Argentina. La llegada de Alejandro Sabella al banquillo de la albiceleste supuso un impulso total para varios de los mejores jugadores de la parcela ofensiva, que finalmente estaban exhibiendo su calidad en el proceso de las eliminatorias. Ese camino les hizo recibir la etiqueta de grandes favoritos para la edición de Brasil 2014, pero nuevamente el destino fue cruel con el país.
A pesar de realizar una final competitiva contra Alemania, la falta de pegada de Higuaín y Palacio evitó que el equipo pudiera definir antes el partido. El verdugo de los argentinos esa fatídica noche fue Mario Gotze, cuyo tanto anuló psicológicamente a la albiceleste por algunos años, en especial cuando se trataba de dar ese paso definitivo en las finales que estaban disputando. Leo no tuvo su mejor día.
La caída y resurrección de la Argentina de Messi
La selección de Argentina tocó fondo, junto a Messi, durante la celebración del Mundial de Rusia 2018. En esa edición apenas lograron clasificar a los octavos de final, pero Francia se encargó de echarlos con una brutal exhibición de contundencia ofensiva. Los problemas internos del vestuario, con Jorge Sampaoli a la cabeza del banquillo, hacían pensar que esa podía ser la última oportunidad del actual futbolista del PSG en ganar el anhelado trofeo.
No obstante, la inesperada aparición de Lionel Scaloni cambió radicalmente el rumbo de la albiceleste. No solo por ser el artífice de la conquista de la Copa América de 2021 en casa de Brasil, sino también por dar forma a un equipo plagado de jóvenes figuras que han ayudado a Messi a sentirse nuevamente a gusto con el combinado nacional. Sin el actual seleccionador, difícilmente se habría presentado la oportunidad a este equipo de alcanzar una nueva final mundialista.
Messi y el partido de su vida
El Mundial de Qatar está siendo para Messi una segunda juventud en toda la regla. Si bien a nivel físico no es el de antes, la realidad es que con su talento está sacando una increíble ventaja sobre sus rivales. Es un nivel de concentración y precisión absoluta, en donde parece que llega en su mejor versión para disputar el partido de su vida: la final ante el elenco francés, liderado por Antoine Griezmann y Kylian Mbappé.
Esas dos murallas son las que separan al capitán de Argentina de cerrar con broche de oro una histórica carrera. Son los últimos obstáculos de un jugador que daría cualquier tipo de título individual para cumplir con ese objetivo que le permitiría sentarse, sin ningún tipo de discusión, en el Olimpo del deporte y zanjar la eterna discusión argentina con Maradona. La cita será 18 de diciembre a las 16:00 horas (horario español) en el Estadio Lusail. Llegó el momento clave en la carrera de Messi. La hora de la verdad.