Leo Messi vivirá este viernes una repetición de las semifinales del Mundial de Brasil 2014. La albiceleste se mide a la selección de Holanda en cuartos de final de la Copa del Mundo, y tanto el 10 como el resto de componentes del combinado argentino desean que el desenlace sea el mismo que hace ocho años. La cuestión es que fue un holandés, precisamente, quien liberó a la bestia.
Corría el año 2003 cuando el entonces entrenador del FC Barcelona, Frank Rijkaard, hizo debutar a Leo Messi en un equipo plagado de estrellas. El rosarino tenía únicamente 16 años, pero recibió la oportunidad de ponerse la camiseta del primer equipo en un partido amistoso contra el Oporto, junto a otros canteranos que entonces militaban en las categorías inferiores del club.
El nacimiento del mejor de siempre
Con el dorsal 14 a la espalda, Messi entró al campo en el minuto 74 y estuvo a punto de marcar, aunque le faltó algo de precisión. En esos primeros minutos como jugador del primer equipo, ya dio muestras de algunas de las cualidades que explotaría en los años posteriores, como la velocidad con el balón, el regate y la visión de juego. Trece años después, cuando ya se había consagrado como el mejor futbolista del mundo, Messi definió a Rijkaard como el entrenador “más importante” de su carrera, porque fue el que decidió apostar por él.
“Todos los entrenadores que tuve en Primera me dejaron cosas, pero creo que el más importante en mi carrera fue Rijkaard. Si él no hubiese decidido ponerme en el primer equipo para que entrenara y jugara, quizás no hubiese llegado nunca al primer equipo. Siempre dije que fue para mí una persona muy importante porque confió en mí, me metió en el momento justo, me hizo jugar en el primer equipo”, expresó La Pulga en una entrevista en 2016.
Rijkaard supo gestionar los tiempos
Once meses después de haber debutado en el amistoso contra el Oporto, Messi participó oficialmente en su primer partido de Liga. Tenía 17 años, y fue en el derbi contra el RCD Espanyol el 16 de octubre de 2004. Daba comienzo entonces, aunque nadie lo supiese, la historia del jugador más importante de la historia moderna del fútbol mundial.
“A veces me enojaba porque iba al banco, me hacía calentar y no me ponía, pero con los años entendí que lo hizo por mi bien y estoy muy contento por cómo me supo llevar en ese momento. Fue muy importante para mí”, apuntó Messi sobre Rijkaard. Con el holandés en el banquillo, Messi acabó jugando 110 partidos en un equipo que tenía en plantilla a figuras de la talla de Ronaldinho, Samuel Eto’o, Deco y Luis Enrique. También estaban Andrés Iniesta y Xavi Hernández, aunque aún no tenían la dimensión futbolística que adquirieron bajo el mando de Pep Guardiola.
Leo Messi y el barcelonismo, en definitiva, tienen mucho que agradecer a un Frank Rijkaard que dejó el FC Barcelona en 2008, después de ganar dos Ligas, dos Supercopas de España y una Champions League. Ahora, con 60 años, el neerlandés ya hace un tiempo que está retirado de la actividad en los banquillos. Este viernes, seguro, verá el Argentina-Países Bajos y sonreirá, a miles de kilómetros de distancia, cuando enfoquen a su eterno pupilo.