El primer clásico de la temporada finalizó con un inusual empate a cero, cuyo precedente más cercano se encuentra 17 años atrás. Casi dos décadas han transcurrido desde el último duelo en el que Barça y Madrid terminaran en tablas sin que ninguno de ellos hubiese marcado ningún gol.
Catalanes y madrileños se repartieron los puntos como buenos amigos, en un encuentro con más tintes políticos que nunca y que como cabía esperar, no estuvo exento de polémica. Tanto unos como otros se marcharon del estadio de bastante mal humor, aunque cada cual por motivos un tanto distintos.
Por parte de los merengues, la gran mayoría acusó a Hernández Hernández de no haber sido justo con su equipo y por tanto, de haber beneficiado al Barcelona en un choque al que le faltó algo más de entusiasmo. Pocas fueron las ocasiones de gol por parte de unos y otros, por lo que los madridistas optaron por aferrarse a detalles concretos.
Distintos puntos de vista
Las protestas hacia el colegiado por no haber señalado una supuesta falta de Lenglet sobre Varane dentro del área, resultó ser la excusa perfecta para que el club merengue tachara el partido como un robo histórico.
Cierto que es que Lenglet pudo haber hecho penalti sobre el futbolista francés, pero reducir el empate del Madrid a una única jugada, es ir un paso más allá. Poco hablan los madridistas de lo estricto que fue el colegiado con el Barcelona, mostrando cartulina amarilla hasta en tres ocasione, en faltas que quizás no deberían haber sido amonestadas. Rakitic Suárez y Lenglet fueron los perjudicados por la escasa permisibilidad de Hernández Hernández, mientras que el Madrid se fue de vacío en el primer tiempo, en cuanto a tarjetas se refiere.
Hay que reconocer también que en la segunda mitad, el conjunto de Zidane recibió un total de cinco cartulinas, sembrando sospechas de que tal vez el colegiado se estaba cobrando la impunidad con la que el Madrid se marchó al descanso.
Volviendo al posible penalti, los madridistas arremetieron contra el árbitro de negarse a que los blancos ganaran, tras no pitar una jugada clave que para el Barça terminó sin nada que lamentar. Pero se olvidan de añadir que Messi fue objeto de falta dentro del área en una acción con Sergio Ramos y en la que Hernández Hernández tampoco señaló la pena máxima.
Las cosas pueden parecer muy distintas según la perspectiva desde la que se miran, aunque el Real Madrid no es precisamente el club más apropiado para quejarse, cuando han vivido envueltos en polémicas arbitrales a lo largo de toda su historia.