La amenaza más bestia contra las estrellas del Barça y Real Madrid

Los jugadores viven con miedo. En el Barça ya han sido víctimas de robos similares Jordi Alba, Arthur Melo, Boateng, Gerard Piqué y la semana pasada le tocó el turno a Umtiti. Los futbolistas se han puesto en el punto de mira de bandas organizadas. Pero no solo son las Estrellas del Barça las que sufren esta oleada de robos. También las han sufrido jugadores del PSG, como del Atlético de Madrid o incluso el propio Real Madrid. 

Casemiro, el último jugador en sufrir un robo

La última víctima ha sido Casemiro, jugador del club blanco. Mientras éste disputaba el Derbi madrileño en el Wanda Metropolitano, los atracadores entraban tranquilamente en su casa. Parece que la máxima seguridad de las urbanizaciones en las que residen no sirve de nada. 

Las mujeres de los futbolistas viven con miedo 

Algunas mujeres de los futbolistas han expresado su miedo, principalmente por sus hijos. Romarey Ventura decidió junto a Jordi Alba irse a vivir a otro lugar. "Todavía estoy molesta y creo que tendré miedo durante mucho tiempo. Creo que esta es una de esas cosas que no olvidas fácilmente y te hacen darte cuenta de cuánto vale el amor y la vida", dijo la mujer de Morata que compartió una imagen de su familia en su cuenta de Instagram. "Uno detrás de otro. ¿Para cuándo el poder vivir tranquilo en tu propia casa? ¿Para cuándo el poder ir a trabajar tranquilo?", declaró la mujer de Lucas Vázquez. 

En todos los robos utilizan la misma táctica. Parece ser que robar a un futbolista es muy fácil. Sus horarios están muy claros. Todo el mundo sabe cuando tiene un partido ese jugador y ese es el momento perfecto que utilizan para entrar a sus casas previamente estudiadas. Con el de Casemiro ya son 20 los jugadores que han sufrido un robo en su casa.

Medidas desesperadas 

Algunos como Pogba han optado por tomarse la justicia por su mano. La estrella del Manchester United se ha comprado un perro considerado raza peligrosa y entrenado para atacar. Un rottwelier que le ha costado 17.000 euros. Toda medida es poca para acabar con esta lacra. 

Los jugadores están hartos de sentir miedo en sus propias casas y de no atreverse ni tan siquiera a cumplir con sus obligaciones por miedo a que alguien éste en ese preciso momento en el interior de su hogar, desvalijándolo, y peor aún con sus hijos y sus parejas dentro.