Ni Sitges ni Castelldefels: la playa que elige Raphinha para desconectar tras las tensiones del Barça-Betis

Raphinha desconecta tras el Barça-Betis (1-1) del pasado sábado. El delantero brasileño se marchó irritado del césped de Montjuïc. Ni Hansi Flick ni Marc André ter Stegen pudieron relajar al 11 azulgrana, que abandonó el estadio enfadado con el asistente de Gil Manzano, a quien llamó "maleducado".

Antes, las cámaras de DAZN habían captado como el trencilla le recriminaba al futbolista brasileño una acción: "¡Que no me chilles!". Así pues, si bien sus compañeros no pudieron calmarle, sí logró hacerlo su pareja, Natalia Rodrigues Belloli. El domingo publicó un pequeño vídeo en Instagram con Raphinha, en una playa, compartiendo un bonito momento con su hijo.

El futbolista del Barça, quien intentaba pasar algo desapercibido vestido con una gorra, hizo un pequeño castillo de arena junto al pequeño Gael. Y no lo hizo ni en Sitges, ni en Castelldefels, localidades costeras muy famosas, históricamente, en la plantilla culé. El extremo de Río Grande do Sul escogió un punto intermedio, en las mismas curvas del Garraf. Una zona en la que también se suelen organizar fiestas y está el famoso restaurante La Cúpula.

En busca de tranquilidad

Según el vídeo que subió a su Instagram, con más de 600.000 seguidores, la esposa de Raphinha, al parecer, el jugador del Barça habría pasado la tarde en la cala Vallcarca. Al menos eso es lo que el fondo de las imágenes desvela, por las fábricas y los grafitis que se ven pintados en las paredes de hormigón que marcan el inicio de la playa.

Ello, junto a la presencia de algún perro, hace pensar que Raphinha buscó la tranquilidad de este pequeño paraje ubicado en la costa del Garraf. Hay playas más bonitas, pero no tan tranquilas. Y por eso el jugador zurdo escogió la cala Vallcarca, que es perfecta para las familias que quieran pasar una tarde tranquila con sus hijos y mascotas.

Raphinha aprovechó el soleado domingo para rebajar pulsaciones, tras un tenso Barça-Betis. Nada mejor que hacerlo junto a sus seres queridos. El oleaje permitió que el crack brasileño disfrutara de los 65 metros de longitud y los 20 de anchura de la cala. Ahora, el que mejor se lo pasó fue el pequeño de la familia, Gael, a quien Raphinha enterró los pies de arena.