El Supremo rebaja la condena a Juana Rivas a dos años y seis meses de cárcel
La sentencia, que crea jurisprudencia, señala que la sustracción de dos menores no pueden considerarse delitos separados
26 abril, 2021 15:17El Pleno de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ratifica la condena a Juana Rivas como culpable de secuestrar a sus propios hijos de las manos de su padre, condenado por maltatro. Pero le reduce los años de pena.
La sentencia le obliga a cumplir dos años y seis meses de prisión, en vez de los cinco años iniciales, por un delito de sustracción de menores. La sala considerar que, aunque fueron dos los menores sustraídos, cometió un único delito.
Un sólo delito
La sala señala que cuando en un mismo acto son varios los menores trasladados o retenidos, no se produce un concurso de delitos, sino que se comete uno solo, el descrito en el artículo 225 bis del Código Penal, al lesionarse el derecho de custodia del progenitor con quien el menor convive (con independencia del número de menores sustraídos) y la paz en las relaciones familiares. Una sentencia que crea juridisprudencia.
El Tribunal considera probado que en mayo de 2016 la madre viajó a España con sus dos hijos y no regresó a Carloforte (Italia), donde convivió tres años con su entonces pareja. El 2 de agosto le comunicó que no iba a regresar a Italia y escolarizó a los niños en un colegio de Maracena (Granada).
Denuncia del padre
El padre, que tenía la guarda y custodia provisional de los dos menores, denunció los hechos y un juzgado de Primera Instancia de Granada acordó la inmediata restitución de los menores a Italia como Estado de residencia habitual de los dos niños. Tras varios requerimientos para que devolviera a sus hijos, el 26 de julio de 2017 Rivas se ocultó con ellos, y su expareja denunció la desaparición. La acusada entregó a los dos niños un mes después, el 28 de agosto de 2017, en la Comandancia de la Guardia Civil de Granada.
El progenitor había sido condenado por maltratro a su esposa en 2009, por lo que se interpuso un recurso de amparo ante el Constitucional, el cual fue inadmitido a trámite, que entregó a los menores, entonces de once y tres años, a Arcuri, con quien estos viven en Carloforte (Italia).