Embarcación de la Guardia Civil durante las labores de búsqueda del padre y las niñas de Tenerife /EP

Embarcación de la Guardia Civil durante las labores de búsqueda del padre y las niñas de Tenerife /EP

Sucesos

Así ejecutó Tomás Gimeno el doble asesinato de sus hijas

El auto del juzgado de instrucción revela todos los movimientos del padre de Olivia y Ana durante la trágica tarde del 27 de abril

12 junio, 2021 23:52

Tomás Gimeno ultimó los detalles del doble asesinato de sus hijas Olivia y Ana la misma tarde del 27 de abril. Según el auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar, que investiga el crimen de las niñas en Tenerife, el acusado culminó los preparativos del homicidio pocas horas antes del trágico desenlace.

Según la jueza, Gimeno acordó con Beatriz, su expareja, que pasaría la tarde con sus hijas. Por eso las pasó a recoger a las 17:00, con el compromiso de devolverlas a su madre a las 21:00. Tras recoger a las pequeñas, se dirigió a casa de sus padres en Santa Cruz, dejando allí a Anna y llevando a Olivia a clases de tenis hasta aproximadamente las 18:30.

Crimen a sangre fría

En ese momento empezaron los preparativos de Gimeno para perpertrar su crimen. Hacia las 17:50, estacionó su coche cerca de la Marina de Santa Cruz para probar el motor de su embarcación. A los diez minutos abandonó el lugar y fue en busca de su hija mayor.

Después de recoger a Olivia, regresó al domicilio de sus padres, donde permaneció hasta minutos antes de las 19:30. Apenas 15 minutos después, Gimeno llegó a su casa en Igueste de Candelaria. Presuntamente, en dicha finca al parecer Tomás dio muerte a sus hijas, envolviéndolas en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura. A su vez, metió estos fardos en bolsas de deporte que colocó en su coche.

Mintió a su pareja

A las 21:05, el homicida se desplazó con su vehículo hasta el puerto, no sin antes parar en casa de sus padres --donde dejó algunos enseres personales--. Hacia esa misma hora, su pareja le llamó por teléfono para conocer el estado de sus hijas, y el hombre le respondió que saldrían a cenar y que le dejaría a las niñas en casa algo más tarde.

Pero a las 21:30, Gimeno ya se encontraba en el puerto, donde realizó tres viajes desde el coche hasta su barco para llevar distintos objetos, entre los que estaban las bolsas de deporte en cuyo interior presuntamente se encontraban los cuerpos sin vida de Olivia y Anna.

Los servicio de criminalística en el puerto de Santa Cruz de Tenerife /TELECINCO

Los servicio de criminalística en el puerto de Santa Cruz de Tenerife /TELECINCO

Cruce de llamadas

Finalmente, a las 21:40 zarpó de la Marina. Diez minutos más tarde, Beatriz llamó de nuevo a Tomás, quien le comunicó que ya estaba fuera de la isla con las niñas. Poco después, le telefoneó de nuevo y Tomás le dijo que ya no iba a ver ni a las niñas ni a él, que se iba con ellas y que iba a empezar una nueva vida.

A las 22:30 y a las 22:40 Beatriz repitió la llamada ya desde el Puerto de la Guardia Civil, siendo la respuesta de Tomás la misma, aun cuando intervino un agente de la Benemérita. Cuando estaba suficientemente alejado de la costa y sobre una zona que conocía profunda, hacia las 22:30, Tomás arrojó al mar desde su barco las bolsas de deporte. Para asegurarse que se hundían en el fondo del mar, las amarró a un ancla por medio de una cadena y un cabo.

Vuelta a tierra firme

A las 22:30, fue Tomás quien le dijo por teléfono a su pareja que no podía permitir que sus hijas crecieran sin su padre. A las 22:44 el teléfono de Tomás aparentemente se quedó sin batería, por lo que decidió regresar a puerto. En la bocana de la Dársena Pesquera,  Tomás se cruzó con una embarcación de la Guardia Civil, que tramitó una propuesta de sanción por incumplir el toque de queda.

Seguidamente, volvió a atracar su barco. A las 23:45, Tomás se dirigió a una gasolinera cercana y compró un cargador de móvil, cigarros y agua, regresando minutos antes de las 00.00 horas a la Marina, dirigiéndose con el vigilante de seguridad a su oficina a cargar el móvil.

Último rastro de Gimeno

Ya de madrugada, el asesino regresó de nuevo a su barco y zarpó por última vez. Gimeno volvió a hablar a las 01:28 con Beatriz, quien le planteó que las niñas necesitarían a su madre. Él se limitó a responder que con el tiempo se daría cuenta de que estarían mejor con su padre. A las 02:11 ambos hablaron por última vez.

El hombre mandó varios mensajes de despedida a sus amigos, a los que comunicó que les dejaba varias de sus pertenencias, y a su padre, diciéndole que lo sentía de verdad, que lo sentía por él, pero que necesitaba esto y que por fin estaría bien y como quería. El último mensaje lo remitió a las 02:27. Al día siguiente, su barco fue localizado en el mar vacío y a la deriva a la altura del Puertito de Guímar.