Antonio del Castillo lleva 13 años sin saber dónde está el cuerpo de su hija. Tampoco saben la verdad sobre cómo fue la desaparición de Marta, ni su asesinato. Ellos no tienen un lugar en el que darle seputlura, tampoco un lugar al que llevarle flores.
La desesperación de la familia de la víctima por conocer qué le ocurrió ha llegado hasta el punto de comprar el piso en el que ocurrió el crimen, la noche 24 de enero de 2009, para entregárselo a Miguel Carcaño, el asesino de la joven a cambio de su confesión. Una maniobra que ha desatado un alud de críticas en su contra.
El aviso de Antonio
“No tener el cuerpo de mi hija es un calvario para nosotros. Mientras esté dentro de la ley, haré lo que haga falta”, declara este lunes en una entrevista a ABC. Si bien Antonio hace caso omiso de lo que puedan decir: él hará lo "lo que haga falta" para encontrar a su hija.
De hecho, Del Castillo avanza que le quedan fuerzas de sobra para seguir. “Tampoco le digo que algún día no me salga, como persona no le puedo asegurar que un día no me salte las reglas del juego”, advierte al periodista.
Dos sentencias diferentes
En este sentido, el progenitor asegura estar "harto" por el hecho de tener dos sentencias de dos jueces diferentes que aportan versiones diferentes de lo ocurrido. “Yo he seguido siempre todas las reglas del juego y cada día me pregunto en qué país estoy, que no ha sido capaz de descubrir la verdad”, denuncia del Castillo.
“Yo había entrado en una comisaría sólo para renovar el DNI y cuando tuve que entrar por otra razón me di de bruces con la realidad”, lamenta el hispalense. "Yo me tengo que fiar de lo que dice quién, ¿el que está en la cárcel, el juez, las dos sentencias distintas que hay?, ¿eso me lo tengo que comer por cojones? ¡Pues yo no me lo voy a comer por cojones porque ni el que está en la cárcel ni dos jueces distintos me digan lo que a ellos les salga de los cojones!", afirma.