Iván Pardo, de 36 años, se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable por grabar, humillar y torturar a la hijastra de su hermano hasta matarla. Naiara Briones era una niña de 8 años que sufrió los maltratos perpetrados su tío y su abuela, Nieves Pena, durante años. Los acusados tenían una escala de dolor para sus torturas, y la pequeña no pudo pasar del nivel seis. Unas prácticas de las que era conocedor su padrastro, Carlos Pardo, --familiar de los implicados-- dado que le eran compartidos por WhatsApp los vídeos de los castigos.
A las 8.15 horas del pasado 7 de julio de 2017, Iván llegó de trabajar a su casa en Sabiñánigo, Huesca. Amordazó a la Naiara con un calcetín en la boca y lo apretó con su cinturón. Con dos esposas, ató de pies y manos a la niña, unió ambas extremidades con una cuerda, cerró las ventanas y bajó las persianas para que los vecinos no escucharan sus gritos. "Yo voy a sudar, pero tú lo vas a pasar mal: te voy a dar durante diez horas", le dijo Iván a la pequeña. Y todo ello, porque "no se sabía la lección".
La torturó y golpeó hasta matarla
Los golpes empezaron a llegar, con una raqueta eléctrica para matar moscas que el torturador manipuló con un cable conectado a la red eléctrica. Iván empezó a darle descargas por todo el cuerpo, puñetazos y varias patadas a la cabeza. También obligó a Naiara a morderse las mejillas a sí misma y enjuagarse la boca, posteriormente, con alcohol y enjuague bucal, para que rabiara de dolor.
La arrastró por el suelo tirándole de los pelos, también la levantaba y la soltaba para estamparla de cabeza. Una y otra, y otra vez. La niña, en shock, empezó a decir "hola" sin ningún sentido. Momento en el que Iván se asustó al ver el gran hematoma que tenía Naiara en la cara, por lo que pidió que le trajeran una bolsa guisantes del congelador.
Llamó a la ambulancia dos horas después
Poco después, se dio cuenta de que la pequeña ya no respiraba, por lo que trató de reanimarla "con una RCP" y "amoníaco" hasta que se vio obligado a llamar a la ambulancia, dos horas después, y mandarla al hospital de Huesca. Pero las lesiones eran tan graves que fue trasladada en helicóptero hasta el Hospital Clínico de Zaragoza, lugar en el que falleció.
Iván declaró el pasado miércoles 16 de septiembre ante el tribunal que juzga los hechos en la Audiencia Provincial de Huesca. Allí aseguró que "quiere achacar" la salvajada que le hizo a Naiara al "estrés" y a "un cúmulo de cosas", además de excusarse al asegurar que le controló el pulso en todo momento, mientras la torturaba.
Declaración de Iván, el tío político de Naiara, durante el juicio / CG
El testimio de Miriam, la prima de Naiara
Uno de los testimonios del juicio ha sido Miriam, la prima de la pequeña, quien también se encontraba en el lugar de los hechos junto a su hermana Azahara. Miriam tiene solo 15 años, y después de lo vivido empezó a fumar porros, a meterse cocaína y hasta llegó a colocarse con pegamento. Estuvo interna en un centro psiquiátrico y, ahora, ha iniciado un tratamiento de cambio de sexo porque, en realidad, es un hombre.
Miriam fue quien declaró contra su tío y su abuela, y aseguró que colaboraron en la tortura porque hacían todo lo que les pedía Iván ya que le tenían pavor: tanto él como Nieves las maltrataban a diario. Fue ella quien aseguró que sus familiares tenían diferentes grados de tortura y que Naiara solo estaba por el cinco o el seis, mientras que ella y su hermana habían superado ese nivel. Pero ese día a Iván se le fue de las manos.
Vídeos y audios de WhatsApp, claves
Uno de los vídeos que investigan en el juicio se halló en el teléfono móvil del padrastro. Unas imágenes en las que Naiara está arrodillada sobre sal gorda y llora mientras suplica que "esto duele y mucho". El torturador, Iván, le envió el vídeo a Carlos con una nota de voz en la que acusaba a la niña de hacer "trampas" durante el castigo, pero "la puse recta y le digo no no, así no te tienes que poner. Y ahora se queja".
Por si fuera poco, el padrastro responde y le asegura a su hermano que "ya se lo dije a mamá, que es masoca", a lo que Iván ríe y le dice "pues mañana, guijarros del río". Nueve días después, sus torturas acabaron con la vida de la pequeña.
La madre no se cree las acusaciones
Los vídeos podrían ser suficiente para demostrar la implicación de la familia, pero la madre biológica de la niña no lo ve así. Acudió a declarar a los juzgados cogida de la mano de Carlos, dado que aún son pareja. El padrastro declaró que creía que solo eran "bromas pesadas", lo que parece tener la aprobación de la mujer.
Durante su declaración, dijo no saber nada de que su familia política tratara mal a Naiara y relató el único incidente que dijo tener con Iván hace unos años, cuando le dio "un cachete" a la niña porque le ensució la alfombrilla del coche. Además, aseguró tener mucha confianza con su hija, y que si le hubieran hecho algo se lo habría contado. El informe de autopsia revela que Naiara tenía lesiones anteriores a la última paliza que recibió, lo que desmiente las susposiciones de la progenitora.