Radiohead es, para la crítica internacional del mundo de la música, una de las bandas más importantes de finales del siglo XX. El grupo se formó a mediados de los años 80, pero sería en los 90 cuando alcanzaría gran popularidad gracias, sobre todo, a su canción Creep. Este tema catapultó a la formación de Abingdon (Reino Unido) al estrellato en una época en la que el pop británico empezaba a despuntar.
Sin embargo, Radiohead tenía algo diferente que decirle al mundo. Tanto es así, que dejó de tocar Creep en sus conciertos (para enfado de miles de fans) porque sus componentes no sentían que fuese su mejor canción. Su segundo disco continuaría una línea similar al primero, más cercano a esa escena del britpop, pero sería con el tercero, OK Computer, con el que alcanzaría su máxima popularidad. Considerado por muchos como uno de los álbumes más influyentes de finales de siglo, este trabajo está repleto de letras que hablan sobre la alienación del ser humano, el miedo a la individualidad dentro de la sociedad o sobre paisajes distópicos, cercanos a las obras de George Orwell (1984) y Aldous Huxley (Un mundo feliz). Esto, sumado a la experimentación sonora y la gran producción de este disco, posibilitó que se popularizara rápidamente en todo el mundo.
Una filtración muy interesante
Por eso, todo el mundo de la música puso la mirada en Radiohead de nuevo cuando se anunció que se habían filtrado las maquetas con las que Thom Yorke --cantante de la banda y principal compositor-- y compañía habían trabajado para darle vida a aquel disco. La culpa la tuvieron varios minidiscs (formato ya en desuso, pero muy popular para los profesionales de la producción musical por su excelente calidad de sonido) que un usuario tenía intención de publicar si la banda no le pagaba un rescate cifrado en 150.000 dólares (unos 130.000 euros).
Videoclip de 'No surprises' de Radiohead
Aquí es donde la banda tomó un camino alternativo, una vez más en su carrera, y en lugar de tratar de parar la filtración o acceder a pagar el rescate, decidió publicar ella misma el material. En total, 18 horas de música en las que la banda experimenta con las canciones de su disco de todas las maneras posibles y donde se almacenan algunos temas que no llegaron a publicarse en el disco original de 1997 (aunque sí lo hiciera en su edición especial publicada en 2017).
¿Qué se puede aprender de esto?
Para la banda, tal y como informa en un comunicado, este material no tenía la calidad suficiente para ser publicado: “Hemos sido pirateados. [El material] no es muy interesante, hay un montón de cosas. Si quieres, puedes comprarlo aquí por 18 libras”, explican sus miembros en la página web desde donde puede descargarse.
Sin embargo, quizá muchas bandas que están empezando sí que puedan sacar partido de estas horas. Yorke explica en el comunicado que todo este material no tiene interés para ellos porque forma parte de su etapa de creación. Una etapa ya concluida, pero en la que se puede escuchar con claridad el camino que fueron tomando muchas de las canciones y cómo pueden evolucionar las primeras composiciones de un tema hasta que llegan a ser grandes éxitos. Como ha sido, por ejemplo, el caso de OK Computer.
Jugar con la atención mediática
Por otro lado, otro de los aprendizajes más interesantes es cómo el grupo ha captado la atención de toda la prensa, especializada o no, convirtiendo una situación que podría ser de crisis en una gran promoción. Y, por último, Radiohead ha informado de que destinará los beneficios que puedan sacar de ese material a una organización benéfica que lucha contra el cambio climático, lo que termina por redondear una jugada maestra contra la piratería que habían sufrido.
En resumen, Radiohead ha creado, pretendidamente o no, una especie de manual para músicos en situación de emergencia y, a la vez, ha dado muestras de que tras horas y horas de grabaciones, cualquier banda puede terminar de pulir canciones para convertirlas en grandes éxitos.