Leo Bassi en 'Yo Mussolini' / SALA MIRADOR

Leo Bassi en 'Yo Mussolini' / SALA MIRADOR

Famosos

Leo Bassi: "Mussolini entendería perfectamente a los 'youtubers'"

El 'clown' italiano se mete una vez más en el papel del dictador italiano para desmontar el discurso fascista

30 enero, 2021 00:00

Leo Bassi se hizo famoso en España por sus apariciones en Crónicas Marcianas. Sus excentricidades comiendo heces escandalizaron y fascinaron a la población por igual. Pero con el paso de los años ha demostrado que él es un artista, un clown.

Procedente del mundo del circo, el italiano afincado en Madrid se dedica al teatro donde remueve las conciencias de la gente con obras en las que trata de desmontar al poder, algo que asegura que va a seguir haciendo.

Contra derecha e izquierda

Desde 2019, representa Yo, Mussolini, donde el payaso se pone en la piel del creador del fascismo para reírse en su cara y desmontar las ideologías de extrema derecha que azotan al mundo.

El espectáculo ha tenido tanto éxito que en 2021 y en plena pandemia, la obra sigue en cartel en la Sala Mirador de la capital y se mantiene hasta finales de mayo. Un hecho que le llena de orgullo ya que quiere compartir con el público toda una larga investigación que ha realizado sobre el dictador y que no deja indiferente. Pero alerta, la izquierda tampoco se va de rositas y Bassi viene armado con una motosierra.

Pregunta: ¿Por qué Mussolini? ¿Y ahora?

Respuesta: Esto nace antes de la pandemia, en 2019, cuando el tema principal era el auge de la extrema derecha. Una situación a la que igual se vuelve cuando la pandemia se vaya. Se debe también al fracaso de una cierta izquierda lo que hacía que la extrema derecha tendría más cosas que decir a un público popular. A esto se suma que yo siempre tuve cierto interés casi periodístico en investigar sobre el fascismo, porque nunca lo he sido ni tengo esa mentalidad. Para mi era como visitar un zoo con animales. Y el primer fascista e inventor del fascismo es Mussolini, compatriota mío. Con esos dos intereses quise desmontar el fascismo. Y, de repente, me ha fascinado.

Leo Bassi, en el escenario de la Sala Mirador / JC

Leo Bassi, en el escenario de la Sala Mirador / JC

P: ¿Qué es lo que le fascina?

R: Primero, que muchos me decían en Italia que yo me parecía. Y luego que era un bufón, se puede ver en los vídeos de Youtube, es un hombre grande y gordo… Un poco Leo Bassi (ríe). Eso fue al principio.

P: ¿Y qué descubrió de su estudio?

R: Ves que es menos payaso de lo que parece y que las razones que hay detrás de él están mucho más presentes hoy en día. Ves que él, como Hitler y un poco Franco en España, son títeres de intereses más profundos y poderes más grandes. A su vez, descubrir que el temor de los banqueros y empresarios por el comunismo y la revolución bolchevique les hacía necesitar de alguien que pudiera hablar a la gente de la calle para disuadirle de esa revolución y que respete las religiones, la propiedad privada… Eso es lo que se ve, cómo detrás del personaje hay los mismos intereses ocultos de hoy para mantener el control de la sociedad y por el miedo de aventuras y cosas raras a que surja del pueblo

P: ¿Hablamos de una mano negra?

R: Los dirigentes eligen a personas que sepan hablar al pueblo. En cierto manera Trump era parecido. Era popular, hablaba de una manera popular, y criticaba a los intelectuales, a los medios… La marcha a Roma y la toma del Capitolio es parecida incluso, la gente que particiba en ellas no era gente muy diferente de la que votaba a Mussolini y Hitler.

P: ¿Por qué cree que esa ideología sigue presente en la actualidad?

R: Porqué en cierto modo la izquierda se ha vuelto demasiado intelectual y ha perdido el contacto con la realidad. Inexplicablemente Trump era un multimillonario mucho más popular porque él hablaba más el idioma de la calle que el del intelectual del The New York Times. La izquierda ha perdido el contacto con los instintos y el fascismo es muy instintivo, por eso Mussolini y Hitler ganaron elecciones gracias a la gente popular. Por eso este espectáculo es un homenaje a las cosas populares y antiintelectual.

P: Usted siempre ha defendido esa actitud.

R: Yo he trabajado en la calle, en los circos, por mi deseo de mantenerme en contacto con la gente más sencilla y no cerrarme en teatros intelectuales y trabajar para una élite, incluso si esta es inteligente y agradable. Creo que es peligroso que la cultura se vuelva élite y pierda el contacto con la gente de la calle, la gente popular. Este es el mensaje de este espectáculo: advertir de que persona muy popular puede ser usada por los intereses que un día pueden ser fascistas y demócratas al otro, sólo por los intereses de los que mandan. Lo único que necesitan los que tiene el poder es mantener unas clases bajas que no puedan expresar sus opiniones mientras ellos hacen lo que quieren.

Leo Bassi, durante la entrevista / JC

Leo Bassi, durante la entrevista / JC

P: Pero mientras retrata al fascismo, se mete con la izquierda.

R: Es un tema muy profundo, pero la izquierda no ha sabido adaptarse al materialismo de la sociedad. Hoy en día ve como algo normal pasar el domingo en un centro comercial. Mucha gente ha aceptado vivir de una manera más desigual y despreocuparse de los valores de la justicia y la libertad mientras puedan ir a pasar el fin de semana al centro comercial con sus hijos. La izquierda no está al nivel de ver cómo la gente se relaciona psicológicamente. Yo mismo trabajé durante años para una empresa donde se analizaba al detalle la conducta del comprador y cómo hacerle creer que necesitaba algo para que comprara una cosa u otra. Y en un debate de la izquierda se llenan la boca de hablar de libertad y justicia sin preocuparse de enfrentarse a las cosas materiales, reales.

Te cambio de tema, pero mira los youtubers que se van en Andorra para contribuir menos. A mi no me sorprende. Yo he visto a esta gente, a los gamers... Los comentarios que hacen son totalmente fascistas, podrían ser de Vox. Puedes ver los intereses que hay detrás de ellos. El poder busca a gente pasiva que consuma mensajes súper de derechas. Esto se demuestra con este debate, con gente de 24 años que no quiere participar de una manera socialdemócrata con el Estado, sino disfrutar de una manera egoísta sin pagar impuestos. Esto es súper de derechas y superfascista. Mussolini entendería esto perfectamente.

P: ¿A qué se refiere?

R: Utilizaba la música que escuchaban los jóvenes, ¡era amigo de Walt Disney! La empresa Fiat tiene un coche que se llamaba Topolino. Este era el nombre que usamos para llamar a Mickey Mouse en Italia. ¡Y es copyright de Walt Disney! Dio los derechos del nombre a Mussolini para ponérselo a un coche. Se conocían y vino a Roma. Van calando el mensaje, como lo hacen los youtubers ahora con su discurso. Por eso Mussolini es de gran actualidad porque lo han disfrazado como payaso, como si la culpa del fascismo fuera de él, como si él hubiera caído del cielo.

P: ¿Era una especie de cabeza de turco?

R: Sí, como Trump. Ahora todos dicen que es un loco. Lo han usado para difundir los mensajes capitalistas y neoliberales y luego dicen que es culpa de la gente. ¡Lo han votado 76 millones de personas! Pero ahora dicen que es un loco. La cadena Fox, que apoyaba su discurso, ahora lo niegan, como hicieron con Mussolini, se desentienden. Y ahora viene Biden, que lo pintan como el gran salvador, pero tuvo posicionamientos racistas en sus años de carrera, y ha nombrado a Antony Blinken como secretario de Estado, cuando elaboró planes para repartirse Irán en partes.

P: Toda una inmersión en la historia y en el poder, la que ha hecho para la obra. ¿Qué ha supuesto para usted?

R: Yo me he divertido mucho con este proyecto y me he sorprendido con lo que aprendido e intento compartir con la gente estas historias y reflexiones con el público.

Leo Bassi entra al teatro con una sierra mecánica / JC

Leo Bassi entra al teatro con una sierra mecánica / JC

P: Y siempre con su humor, que muchos condenan que se haga humor con una tragedia histórica

R: El fascismo no ha tenido miedo a usar los chistes para llegar a su público, pero los fascistas no toleran que se haga broma de ciertos aspectos porque buscan dar miedo. Yo quiero hacer reír a la gente con elementos que el fascismo se toma en serio como la patria, los valores… Al fascismo le hace más daño que la gente se ría de estos valores que un debate intelectual. Ellos necesitan miedo y que venga alguien a reírse de sus problemas es toda un arma contra el fascismo. Hablamos y nos reímos de todo lo que ellos consideran como algo sagrado. Uso el humor como arma política para demostrar que no tenemos miedo.

P: Pero cuando ve que hay censura o autocensura en el humor, ¿lo ves normal?

R: Yo tengo muy pocos problemas con este tema. El humor es la manera con la que la gente sin poder puede medirse a la gente con poder. Yo hago chistes contra los fuertes. Si en una sociedad la orientación sexual no es libre no haré bromas al respecto, porque es reírse de las víctimas de una sociedad. Yo me río de los que tiene poder y de las cosas que creemos que no tienen tanto poder cuando lo tienen. No busco ofender a la gente frágil, son los poderes los que se defienden. Estoy del lado de las víctimas de una sociedad y escucho mi voz interior. Me río del poder autorizado y del poder conformista.

P: Y es obligatoria la pregunta, ¿qué personajes de la política vería más fascistas?

R: Vox tiene muchos elementos. Es popular, dice las opiniones que se dicen en un bar, esa manera machista de expresarse y es muy fascista en todos los sentidos. Es popular, no sofisticado y muy instintivo.

P: ¿Y los nacionalismos, ya que la patria es uno de los valores que ensalza el fascismo?

R: Yo me autoexcluyo de esas discusiones. En el mundo del circo están todas las nacionalidades, yo mismo tengo varias nacionalidades. Los circos antiguos tenían las banderas de todos los países, sus nombres: Circo Mundial, Circo Universal… Cuando veo esos debates yo no sé nada de todo ello, porque instintivamente no me encuentro en todo esto. En mi familia se hablaban diferentes idiomas.

P: Por último, ¿cómo ha enfrentado los cierres de los teatros frente a la pandemia?

R: Estoy a favor de los cierres y de las medidas más restrictivas. Yo no podría actuar en un lugar donde no se tomaran estas medidas. Yo tengo un local en Lavapiés, la Iglesia Patólica y la he cerrado sin que nadie me lo pidiera, porque no hay posibilidad de respetar las distancias. Tal vez porque vengo del mundo del circo he sentido la responsabilidad por la gente que viene a vernos. Teníamos que asegurar las carpas para que no matara a nadie y debes ofrecerle toda la seguridad posible.

P: Pero se habla de que la cultura es segura. No se han demostrado contagios en cines o teatros.

R: Hay un victimismo de ciertos sectores de la cultura asegurando que hay una especie de conspiración y grandes intereses para intentar callarla. Lo diré sinceramente, quizás se han dado demasiada importancia. No somos tan importantes, los grandes poderes tienen intereses más importantes que la libertad de expresión que hoy en día no significa nada. Creo que a los poderosos les preocupan más las opiniones de los gamers y youtubers, que hay millones de personas que los siguen. La primera regla es asegurar al público la total seguridad cuando viene a ver una obra.