Bruno Gagliasso: "Si haces arte no puedes ser de derechas"
El actor brasileño se muestra convencido de que "el Brasil de hoy es un país que ha empezado la redemocratización"
30 noviembre, 2022 00:00Bruno Gagliasso (Río de Janeiro, 1982) es un actor brasileño con un pie metido en el audiovisual español. Primero fue en Santo (Netflix) y después en Operación Marea Negra (Amazon). Pero, sobre todo, es un actor comprometido con su tiempo.
Indignado con los que consideran que un actor no se ha de meter en política, él lo hace de lleno y no sin problemas. No le importa ser vetado o censurado por su pensamiento o las películas en las que participa.
Dictadura y Brasil
En el último filme del intérprete, Marighella, se mete de lleno en la piel de aquellos a los que más detesta y más enfrenta, un policía política de la época de la dictadura brasileña que persiguió la libertad y la disidencia.
Impregnado con la historia del poeta Carlos Marighella, guerrillero alzado contra el régimen militar que se extendió en el país suramericano del 1964 a 1985, tiene claro que el arte es una herramienta de progreso y la defiende hasta las últimas consecuencias.
Crónica Directo habla con el actor acerca de la película y de su trabajo así como de los resultados de las elecciones de Brasil. Y es que la política la lleva en la sangre.
--Pregunta: Lo hemos conocido en España por su participación en 'Santo', un trabajo muy físico.
--Y mental también. Mi personaje cambia todo el tiempo. La mayor dificultad fue emocional, porque se pasa por momentos muy perturbadores. Lo físico es casi la parte más tranquila. Yo hago una preparación muy intensa para sacar todo lo que tengo dentro de mí. Sí, me adelgacé hasta seis kilos.
--La serie trata un tema de máxima actualidad, el narcotráfico.
--Pero no creo que la droga sea la protagonista, sino la secta. Se creó algo mayor para camuflarlo con la droga. Lo de las sectas parece que es algo muy distante, pero existen y es muy perturbador.
--Y usted que acaba de hacer una película sobre Marighella, ¿cree que la política se está convirtiendo en algo sectario?
--Por supuesto. Nosotros hablamos de la dictadura brasileña y la historia de un poeta que se fue a la lucha armada para combatirla, porque la dictadura estaba acabando con la vida de las personas. Y cuando la terminamos costó mucho estrenarla, porque el Gobierno brasileño hizo todo para que no pudiéramos estrenarla porque habla de la historia brasileña. Bolsonaro, como todo fascista y persona que no apoya el arte, la quiere apagar. El Gobierno de Bolsonaro era fascista.
--En este sentido, ¿qué cuenta 'Marighella' del Brasil de hoy?
--La película es muy actual, solo hace falta ver que tardamos cuatro años en poderla lanzar. Por suerte, el Brasil de hoy es un país que ha empezado la redemocratización tras las elecciones, porque con Bolsonaro estaríamos jodidos. Nosotros hoy somos un país de la esperanza, de la salud, de los profesores, de los médicos... y por muy poco estaríamos muy mal.
--Pero los resultados electorales fueron muy reñidos.
--La gente no ve ya, están ciegos. Creen en lo que creen y ya y eso hace muy difícil dialogar y pensar. Creen en la dictadura, en la intervención militar. ¡Son lunáticos! Son personas que no creen en la historia ni tienen idea de qué hicieron.
--¿Teme que Lula no pueda coger el poder?
--No, no tienen fuerza. Es poca la gente que cree en la intervención militar. La derecha honesta no quiere el golpe. Porque no era una elección entre derecha e izquierda, sino entre la izquierda y los antidemocráticos, porque Bolsonaro es casi fascista, tiene relación con la milicia.
--Usted nunca ha tenido miedo a denunciar este tipo de conductas y casi no estrenan su película. ¿Un actor debe mojarse pese a las críticas y problemas que le pueden ocasionar?
--Amigo, si haces arte no puedes ser de derechas. Somos humanistas y no creo en actores que no luchan o no se posicionan. No posicionarse en política es estar posicionado, estar al lado de la derecha, no estar al lado de los más desfavorecidos. Existimos para esto, porque el arte es para hacer pensar, discutir y denunciar.
--Entonces, ¿no se va a venir a España tras tantos proyectos que tiene aquí?
--No me quedo porque tengo familia, hijos y una historia muy grande en Brasil. Estoy enamorado de España y quiero volver más, pero nunca tuve la pretensión de hacer una carrera internacional. Me gustan los personajes y las historias buenas, que me hacen aprender y que me sienta orgulloso por hacerlas y que mis hijos estén también orgullosos de mí cuando vean mi trabajo en el futuro.
--Por último, ¿duele que se relacione Brasil con Bolsonaro?
--Todos los países tienen una historia, pero nosotros sabemos quiénes estaban al lado del arte, de la salud, de la educación. Uno ha de tener claro en qué lado de la historia está.