Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

Famosos

Andrea Vilallonga: "La positividad tóxica la han inventado los 'haters'"

La experta en comunicación e impacto positivo estrenará una comedia didáctica, 'La Fórmula', el próximo 9 de junio en la Sala 9 del Bosque, donde dará las claves de una vida con positividad

30 abril, 2022 00:00

Andrea Vilallonga es muchas cosas: activadora de personas, coach, ponente, escritora de dos libros... Cada cinco o seis años va cambiando de título, pero ahora mismo Vilallonga se define como "experta en comunicación e impacto positivo". 

La catalana comenzó a ser conocida por sus clases de imagen y comunicación en Operación Triunfo, aunque después ha logrado mantener esa proyección para practicar el activismo positivo. Lo hace, en efecto, a través de ponencias, TedTalks, libros y sus diferentes perfiles en las redes sociales. 

La fórmula de la positividad

A pesar de que ella se encargue de proporcionar contenido positivo a sus seguidores, no se considera una influencer: "Yo no soy una influencer, no me dedico a las redes sociales; yo tengo un trabajo, que es dar formación de comunicación positiva a las empresas, y todo lo demás es un extra", confiesa en una conversación con Crónica Directo.

Pero Vilallonga siempre quiere ser más: por si no fuera suficiente con todo esto, la comunicadora ha creado su primera comedia didáctica, La Fórmula, que se estrenará el próximo 9 y 15 de junio en la Sala Nou del Bosque (Barcelona): "La fórmula es la mejor manera de contar que, para ser feliz, realmente no existen fórmulas".

--Pregunta: ¿En qué consiste su activismo positivo?

--Respuesta: Me di cuenta de que muchas personas confundían la positividad con la ñoñez. Así que decidí empezar a divulgar mis conocimientos sobre la positividad: para tú tener una vida más feliz, tienes que tomar decisiones. Quiero dejar claro que no hablo de las personas que tienen algún tipo de trastorno o enfermedad, porque eso ya le corresponde a los profesionales. Pero en general, los demás, si queremos estar más positivos, tenemos que mover el culo. Nada nos cae del cielo, sino que hay que tomar decisiones: ¿no estás bien en tu trabajo? Pues te cambias. ¿Estás triste? Pues te dejas sentirlo, pero mañana se acabó. Realmente, la positividad son habilidades y herramientas que nos facilitan la vida. 

Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

--Mucha gente la podría tachar de lo que ahora se conoce como "positiva tóxica"...

--Es que eso no es la positividad. Francamente, no existe la positividad tóxica; eso es lo que se han inventado los haters para poder quedarse en su toxicidad. No hay que confundir el ser un unicornio drogado con ser positivo. De hecho, si miramos la definición de la positividad, una de las cosas que hace es aceptar todas las emociones que tenemos, porque tal final todas son positivas, incluso las dichas negativas, como la tristeza o el enfado. Todas son positivas porque nos hacen vivir como ser humano. 

--Sin embargo, siempre nos quedamos con lo negativo. 

--Exacto. Hay una tendencia natural de nuestro cerebro de ir hacia lo malo, pero eso es por pura supervivencia. Cuando te pasa algo malo, tu cerebro se activa, se pone alerta para defenderte y sobrevivir como especie. Pero si nosotros nos dejásemos llevar solamente por este instinto, todo sería malo. El activismo positivo se trata, no de negar nada de lo malo, sino de buscarle una alternativa o aceptarlo

--¿Podría ponernos un ejemplo para adaptarlo a nuestras vidas?

--Cuando pienses que has tenido un día horrible plantéate: "¿Realmente todo el día ha sido horrible? ¿Las 24 horas? ¿Qué hay de esa horita que has ido a tomar el café con tu amiga?". No se trata de negar que tu jefe ha sido un imbécil o que el cliente no te ha contestado, sino que también hay que darle valor a ese rato que has estado de maravilla con tu amiga. Es solamente cuestión de equilibrar la balanza

--Usted empezó a ser más conocida a raíz de sus clases de imagen y comunicación en Operación Triunfo. ¿Diría que fue lo que impulsó su carrera mediática?

--Totalmente, yo soy consciente de que tengo la visibilidad que tengo ahora gracias a OT. El programa fue el que me impulsó y gracias a ello puedo divulgar mis ideas de positividad y comunicación. Estoy muy agradecida. 

--¿Cómo fue la experiencia con los concursantes?

--Yo les daba clases sobre saber estar en las entrevistas, cómo hablar con los medios de comunicación y con los fans, y cómo firmar autógrafos. Estaban muy locos, pero yo creo que han salido muy bien. Durante el concurso no me hacían mucho caso, pero luego fuera me llamaban para preguntarme si lo estaban haciendo bien [risas]. Ha sido, sin duda alguna, una de las mejores cosas que me han pasado. 

Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

--Y después de su paso por la academia, ¿cómo siguió divulgando sus conocimientos sobre la positividad y la comunicación?

--Lo he hecho de diferentes maneras. Tengo dos libros que hablan de buena actitud y cómo comunicar mejor. En Mírate hablo del impacto que causa mi comunicación y mi actitud en los demás, mientras que en Enamórate explico cómo enamorarse del trabajo y mejorar las relaciones con las personas de nuestro entorno laboral. Pero, sobre todo, donde más presencia tengo es en las redes sociales. 

--¿En cuáles la podemos encontrar?

--En TikTok, aunque allí es donde más seguidores tengo pero donde soy menos constante, porque me cuesta darles contenido y feedback. También en Instagram pero, sobre todo, en Twitch. Allí me dedico a dar una noticia positiva cada día, porque creo que el mundo las necesita. Aunque tenga poquísimos seguidores, cinco de hecho [risas], son muy fieles. 

--Eso de la noticia positiva es algo que muy pocos medios de comunicación hacen. ¿Cree que deberían incorporarlo más?

--Sí, totalmente. Yo creo que hay que equilibrar un poco las malas y las buenas noticias. Sería ideal que los medios tuviesen una sección de noticias positivas, porque realmente las hay, aunque sean chiquititas. De hecho, hay muchos medios independientes y online que intentan crearlo, como por ejemplo la televisión de Manresa, Fibracat TV. Es una tele pequeña y feminista que me ha dado un espacio para dar las noticias positivas cada miércoles. 

--¿Por qué cree que a los grandes medios no les interesa hacer noticias positivas?

--Las noticias positivas no interesan porque nuestra mente está más anclada en lo malo y en lo morboso. Siempre preferimos el drama, es como lo que decía antes de que siempre pesan más las emociones negativas... pues lo mismo. Y en España más que en ningún sitio, porque en Francia, por ejemplo, sí que hay más variedad en ese sentido. 

Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

Andrea Vilallonga en su charla sobre la influencia y la positividad en Casa Seat / CEDIDA

--También ha creado un curso online de comunicación positiva. ¿Qué objetivo tiene?

--El curso es para comunicarse de manera eficiente online. Lo creé a raíz de la pandemia, porque antes nadie se había planteado cómo comunicar positivamente online. Empecé haciendo pequeños vídeos enseñando cómo hacer bien las presentaciones en internet y luego me contactaron dos empresas para que les hiciera un curso sobre ello. Realmente partió de la necesidad o las ganas de ayudar a las personas, porque en un primer momento ni siquiera me planteé crear un curso. 

--¿Cómo ha cambiado la comunicación a raíz de la pandemia? 

--La pandemia nos dio un ritmo de trabajo y de comunicación que no podemos plasmar ahora de manera presencial, por lo que hay que buscar un equilibrio para no volvernos locos [risas]. No podemos saltar de reunión en reunión, sino que hay que parar un momento y gestionarnos mejor el tiempo. A nivel de comunicación, pasa lo mismo: no podemos cambiar de una reunión a otra sin prepararnos, sin respirar, sin ir a hacer pipí... Además, con la comunicación online perdemos mucha de la comunicación no verbal, por lo que tenemos que apoyarnos en todo lo que es técnico para que se nos vea bien el rostro, la luz, la cámara…

--Con las mascarillas debe pasar lo mismo...

--Exacto, como perdemos toda la parte de la sonrisa, hay que apoyarnos en el resto del cuerpo o en la mirada para transmitir las mismas emociones. Todo aquello que perdemos, tenemos que potenciarlo de otras maneras. A nivel comunicativo, estos dos años nos han obligado a ser flexibles y adaptables, porque no teníamos más remedio que hacerlo [risas]. Así que hemos tenido que aprender a vivir estos cambios de la mejor manera posible. 

--En cuanto a la comunicación en redes sociales, ¿qué opina de los influencers? ¿Muestran cómo realmente son o fingen ser otras personas?

--En realidad, esto ha pasado siempre. Ahora lo decimos de los influencers, pero en los 90, cuando abrías una revista de moda, las modelos no eran de verdad y estaba todo retocado. Tú te intentabas comparar con diosas que son imposibles de comparar. A mí los influencers me parecen fantásticos, pero tú tienes que ser lo suficientemente inteligente como para educar bien a tus hijos y que ellos elijan a qué influencer seguir y a cuál no. Lo que tenemos que conseguir es que el público desarrolle mejor su opinión crítica y que sea más selectivo. 

--¿Cree que las generaciones venideras serán capaces de eso?

--Yo creo que esto está ahora muy desarrollado. Si tú les explicas a tus hijos que los filtros no son verdad y que los influencers venden cosas, ellos serán más conscientes cuando los vean. Al final, los influencers dan visibilidad a determinadas temáticas, como la salud mental, los diferentes tipo de cuerpos, el colectivo LGTBIQ+ o el feminismo, que, sin ellos, no hubieran salido nunca o hubieran tardado mucho más. Creo que es maravilloso, pero hay que elegir bien a quién sigues.  

Cartel promocional de 'La Fórmula', la comedia didáctica de Andrea Vilallonga / CEDIDA

Cartel promocional de 'La Fórmula', la comedia didáctica de Andrea Vilallonga / CEDIDA

--Siempre ha dicho que sacar un libro era su sueño; ahora que tiene dos, ¿cuál es su siguiente meta por cumplir?

--Yo soy un culo inquieto y, aunque me encanta mi trabajo, siempre estoy pensando: "¿Qué más puedo hacer?". Aunque haga muchas ponencias, siempre son a nivel empresarial y empecé a pensar de qué manera podía hacer algo que fuese interesante para que las personas pudieran escucharme pero que no fuera una ponencia como tal. Además, no es por nada, pero la gente siempre me dice que mis charlas son muy graciosas, así que he decidido montar un show sobre la positividad. Pero no es ni una obra de teatro, ni un monólogo de humor, ni una ponencia. 

--Si no es ninguna de estas tres, ¿qué es exactamente?

--Hemos creado un género nuevo que se llama comedia didáctica: reír y aprender. Yo creo que es algo diferente, porque es un poco de todo y nada en concreto [risas]. No es una ponencia al uso, es un show que se llama La Fórmula y lo estrenaré el 9 y el 15 de junio en la Sala Nou del Bosque (Barcelona). 

--¿Y qué fórmula nos desvelará?

--La de la positividad.