Hace casi dos años que Carme Elías hizo público que padecía alzhéimer. Lo sabía desde hace tiempo. Se dio cuenta de que algo fallaba cuando rodaba Las consecuencias, con Claudia Pinto. Han pasado cinco años desde entonces y ahora, ambas son inseparables.
Un rodaje muy personal para ambas y que las unió para siempre. En él, la realizadora venezolana hablaba de su madre. Allí, la catalana empezó a ver que algo iba mal. Tras ponerle nombre a lo que sucedía, la actriz le pidió a su amiga que siguiera grabando. Que siguiera grabándola. No había finalidad, sólo se trataba de rodar, del placer de hacer cine por hacer cine. Una vocación que ambas comparten.
Memoria e interpretación
Esas imágenes no iban a salir a la luz, pero ahora Mientras seas tu llega a las salas precedida por el premio Gaudí al mejor documental y con una nominación a los Goya bajo el brazo. Un reconocimiento que actriz y cineasta agradecen, aunque en ningún caso ese fuera el propósito. Nunca hubo uno. En cambio, ha dado sus frutos.
- ¿Cuán difícil ha sido sacar adelante este proyecto?
- Claudia: Yo creo que lo más difícil ha sido a nivel emocional, realmente. Sostenerlo ha sido difícil para Carmen, y para mí también. Hemos tenido debates sobre a quién le importa, qué sentido tiene, si lo hacemos público o no… La película siempre ha ido ligada a la voluntad de Carmen. Esto empieza como un video doméstico para nosotras y nuestras familias y por el propio hecho de que el cine retrate y guarde la memoria. Luego, en el momento en que Carmen lo hace público, la película evoluciona. Todo eso ha sido lo más difícil, pero una vez que la película ya ha sido pública, la verdad es que hemos tenido muchísimos apoyos, ha sido muy bienvenida. Pero sí ha sido compleja, por eso hemos decidido incorporar todas esas dudas que hemos tenido en el proceso de creación. Incluso cuando nos preguntamos cuál va a ser el final, cuándo acabarlo, o no, y convertirlo en metacine.
- ¿Cuándo sienten que es el momento de hacerlo público?
- Carme: No me acuerdo, pero sí recuerdo perfectamente el día que fui a su casa a decirle el diagnóstico. En ese momento me preguntó “¿quieres que dejemos un rastro de todo esto?”. Yo dije sí, y ahí empezó todo.
- Claudia: Hasta que Carmen no lo hace público, nosotros engañábamos un poco a todo el mundo. Decíamos que era una peli de la vida de Carmen y su vida como actriz. Nadie podía imaginar esta historia. Y en el momento que ella lo hace público, la gente te empieza a preguntar de qué va la película. Y como Carmen recibió tanto apoyo y tanto cariño de la gente, nos dimos cuenta del valor que tenía romper el silencio en este tipo de enfermedades, darle voz, que la película sí podía que tener un sentido. Más allá de guardar algo para nosotras. Y en el fondo, yo soy directora y sé hacer pelis, y ella es actriz y sabe poner palabras a todo lo que siente y tiene ese coraje y generosidad que no todo el mundo tiene. Eso fue un poco lo que nos empujó a hacerlo público. Pero era implanteable entonces que íbamos a estar nominadas al Goya y a ganar un Gaudí. ¿No, Carmen?
- Carmen: Yo lo defino como una cosa de amistad profunda. Porque te viene cualquiera a proponerte esto y pasas, pero es que surgió de una manera tan espontánea. Además, creo que es un gran regalo, porque a mí me ha mantenido activa el tener una cámara delante, que es algo que forma parte de mi vida. Para mí es un gran regalo. Y luego creo que Claudia ha sido muy inteligente en cómo lo ha llevado todo, porque creo que sea un documental que va a pasar etapas: cuando ya tengamos el antídoto de esto estoy segura de que la película va a quedar como una muestra de cómo era de perversa la enfermedad. Claro, nosotros, los que tenemos la enfermedad poco a poco vamos dejando de ser nosotros. Y, poco a poco, yo dejaré de ser yo y ya no lo podré contar. Por eso, ahora que todavía puedo y que Claudia, con su talento y su manera de ser, lo cuenta creo que va a ser muy bueno. Quiero que la película quede como un documento para cuando esto sea como una gripe.
- ¿Creen que es posible dar con ese antídoto?
- Carmen: Sí, claro. Antes de una gripe moría la gente. Seguro que se encuentra. Y saldrán otras enfermedades, también. O sea, la vida parece que es esto. Pero bueno, yo sé que no estaré.
- En cualquier caso, está y el documental muestra que al tener una cámara delante le insufla más energía. Carmen, ¿qué papel juega ha jugado una cámara en su vida?
- Carmen: Mira, la enfermedad va mucho más despacio de lo que yo creía. Y ojo, soy consciente todavía de que tengo que tener mucho cuidado. Pero la cámara tiene papel fundamental. Esto te hace salir, te hace estar y te hace sentir. De lo contrario, normalmente te encierras mucho en casa. Yo también me encierro mucho en casa ahora mismo y te cuesta salir, pero, claro, eso te va aislando. En cambio, ahora tengo la oportunidad de estar hoy aquí frente a ti (sonríe).
- En la película, usted sale, y mucho. De hecho, Coraza, a quien va a visitar varias veces tiene un papel muy importante. ¿Qué significa él para usted, Carmen?
- Carme: Coraza es un gran amigo. Le conocí casi enseguida que él llegó a España. Es un gran amigo, un gran maestro y un gran tutor. Al que he llamado varias veces para enfrentarme a personajes o cuando tenía dudas. Es una persona preparada tanto en su profesión como a nivel personal. Él me llevó a conocer a Claudio Naranjo, un gran maestro de la Gestalt, que es un sistema de conectar con el aquí y el ahora. Algo que necesitamos los actores cuando estamos actuando para que no se te vaya la bola con todas las cosas que te rodean y estar de verdad. Como ahora contigo.
- ¿Se siente ahora más conectada con el aquí y el ahora?
- Carmen: Sí, claro. Ahora me siento más conectada al presente.
- Claudia: Creo que es una pregunta muy buena, porque fíjate que esta es la única película que he hecho que creo que es objetivamente buena, porque una de las cosas que más me gusta es que me parece incontestable la verdad que tiene la historia. Y tiene mucho que ver con el lugar de transparencia en el que se encuentra Carmen en este momento. O sea, ella está muy honda, sin coraza, sin máscara, está. Y cuando está, está. Y pasa eso, cuando la cámara está y ella está, tiene una fuerza impresionante. Eso tiene mucho que ver con lo que dices. Carmen tiene esto cuando interpreta un personaje, pero claro, en esta peli ella no se está protegiendo en absoluto. No ha censurado nada. No ha visto nada hasta que la presentamos en San Sebastián. Veía algunas cosas sueltas, pero era una confianza ciega. Me ha dado esa libertad y responsabilidad.
- Es que me parece que aquí la responsabilidad juega un papel determinante.
- Carmen: La confianza es muy importante. Y como confío en ella tanto a nivel personal como profesional. No hay filtro aquí.
- ¿Y no ha tenido miedo a desnudarse demasiado ante la cámara?
- Carmen: No, jamás. Además, estaba entregada totalmente. Éramos muy conscientes de a lo que íbamos.
- A grabarse y hacer la película sí se la ve determinada, pero la película muestra que le costó dar el paso de hacer pública su enfermedad.
- Carmen: Sí me costó, pero me quedo con lo que me ha proporcionado esa declaración. Me sienta muy bien a mí misma, porque me he mantenido activa desde entonces. He escrito un libro, estábamos con la película y esto me mantiene activa. Y eso es fundamental.
- Claudia: Hay una cosa que me parece muy bonita de este proceso. Primero, lo intentamos resguardar y empezamos a grabar por amor al cine, pero ahora, me parece que esta película deja un testimonio de lo valioso que es para la gente que padece esta enfermedad el hecho de tener un propósito, un proyecto, un objetivo y que tenga un acompañamiento. Por eso, esto es mucho más que una película.
- Carmen: Es que, si te sientas en tu casa a esperar a que la enfermedad vaya comiéndote, no tienes ningún recurso más que llorar, compadecerte y ya está. Afortunadamente a mí todo esto, el libro y la película y tal, me da media vida. Y quiero vivir lo que queda de la vida de forma activa. Nunca pensé, cuando me diagnosticaron que podía hacer esto.
- La vemos muy conectada a los libros, además.
- Carmen: Sí, ahora lo que me gusta más es seguir escribiendo mis cosas, capsulas de cosas que me pasa. Eso y estar aquí con vosotros ¡es una celebración!
- ¿Y la temporada de premios? Han ganado un Gaudí, pueden ganar un Goya, ahora la película se entrena en salas. ¿Cómo sienten este calor del público y estos premios que no deja de recibir la película?
- Claudia: Con mucha alegría y cariño. La película, precisamente habla de estos, de la importancia de acompañarnos. De hecho, decimos que es una historia de amor, no sólo entre dos amigas, sino de ella hacia el público. Porque darse de esa manera es una forma de amar a la gente que la ha seguido. Y, ahora, viene esta otra etapa de ver cómo el público responde a esto. Y yo estoy segura de que Carmen también va a recibir mucho amor de toda esa gente al ver la película. Nosotros intentamos, y espero que lo hayamos conseguido, de hacer una película muy cercana. E, independientemente de si conocen el trabajo de Carmen o no, que, de si conocen mis películas previas o no, la película pueda conectar. Porque tú puedes ver en ella a tu padre, a tu hermano, a tu abuela, a tu primo o a gente que has acompañado o dejado de acompañar. Se trata de hacer una película espejo.
- ¿Y el proyecto va a continuar?
- Claudia: No lo hablamos. La película, sin ninguna duda, tiene un rol hasta cierto punto terapéutico, va más allá de la propia película. Ahora, por el hecho de que la película se haga pública no significa que yo vaya a dejar de grabar o ella vaya a dejar de ser grabada. Ahora bien, eso no significa que ese material nuevo forme parte de una película pública. Igual vuelve a sus orígenes y termina siendo algo para la familia, no lo sabemos. En cualquier caso, por qué cerrarla.
- Carmen: ¡Y de paso me mantienen activa como actriz!
La risa, la felicidad y la sinceridad con la que Carmen Elías lanza esta última frase, es una muestra más de cuán importante es para ella una película y una cámara. Una muestra más de que es una actriz de pura raza que vive por y para el cine. Un medio al que ama y que la ama.