Desde que se publicara La trenza, de Laetitia Colombani, la obra se ha convertido en un éxito internacional. La mismísima Clara Segura, fascinada por el texto decidió hacer una adaptación teatral del texto en Barcelona, montaje que ha encantado a su autora, tal y como cuenta a Crónica Directo.
La escritora, y también cineasta, no se atrevió a ponerla sobre el escenario, pero tras el empuje de sus productores, sí la ha llevado a la gran pantalla. Desde el 15 de diciembre, la productora catalana Selectavision distribuye la cinta que ha enamorado a millones de franceses y miles de lectores y espectadores de Cataluña.
El texto es el retrato de tres mujeres en distintas partes del mundo que, curiosamente, y sin hacer spoilers, quedan unidas por una trenza. Una trenza que habla de sororidad, pero también de la opresión de una sociedad que no las deja ser y que, cuando lo hace, no deja de exigirle más que el resto.
Aprovechando su paso por la capital catalana, Crónica Directo habla con la escritora y realizadora sobre la adaptación de La trenza y la fuerza que la ha llevado a triunfar. Una ocasión estupenda para descubrir que tiene un proyecto entre manos gracias a la versión de Segura.
- ¿Dé donde nace la voluntad de adaptar su propia novela?
- Fueron los productores los que me propusieron adaptarla. Yo nunca imaginé que podría ser un film, porque la historia pasa en tres continentes, y pensé que sería demasiado caro y complicado llevarlo al cine. Y cuando me lo propusieron los productores pensé que era muy emocionante, porque supone continuar el viaje con esta historia, con estos personajes que he imaginado. Y finalmente, pensé que como cineasta no tendría otra oportunidad en mi carrera de una como esta. Asimismo, me permitía ser muy fiel al libro.
- En ese sentido, este viaje nuevo ¿es una manera de acercarlo a otro tipo de público?
- Sí, lo veo como una forma de compartir mi trabajo de otra manera. Igual que adapté el libro en un álbum para niños, para compartir mi trabajo con los más jóvenes, en esta ocasiones bastante emocionante convertir esta historia en algo completamente real. ¡Se iba a convertir en realidad! Fue muy intenso.
- ¿Y cómo fue ese rodaje?
- Para mí, que amo tanto viajar, me he dado un gran placer estar en Italia o Canadá para realizar tres películas en una. Aunque fue complicado para mí mantener la continuidad de estas tres historias y convertirla en una sola, porque tenía la impresión de realizar tres películas muy diferentes. Además, no había dirigido desde hace 15 años, por lo que se convirtió en una experiencia intensa, rica y apasionante. Hubo realmente encuentros muy fuertes, especialmente con las actrices, pero también con la niña pequeña. Ella es una niña de la calle que encontré tras realizar un casting salvaje en la India. Por tanto, más allá de una mera película, ha sido una aventura humana, una de las más importantes de mi vida. Tal vez, la aventura humana más fuerte de mi vida.
- ¿Por qué decidió, precisamente, contar una historia que son tres en realidad o a la inversa? ¿Era hacer un compendio de historias poco visibles?
- Sí, yo quería contar historias muy específicas, muy particulares. Esta estructura de trenza me permitiría ponerlas en paralelo y sugerir que hay algo que las conecta, más allá de todas sus diferencias. Yo quería hablar de la situación de la mujer en el mundo actual. De las igualdades, de las injusticias y de las discriminaciones que sufren. Son situaciones que se han dado siempre, pero quería mostrar personajes femeninos fuertes y valiosos, no solo mujeres que se han de hacer valer o que son víctimas. Son mujeres fuertes como las que me encuentro en mi día a día o en mis viajes alrededor del mundo. Son mujeres por las que siente admiración. Por eso quería mostrar su lucha y su coraje.
- Pero esa trenza que les une también puede leerse como esa presión que se les exige a ser como el mundo o la sociedad quieren que sea, ¿no?
- Es exactamente eso. La sociedad es tremendamente exigente con las mujeres. No perdona para nada los errores de las mujeres. Espera mucho de ella y se les pide que se ocupen de sí mismas y, además, de las cosas de los otros: de su marido, de sus padres, de sus hijos, así como de su trabajo y su carrera. Las mujeres han interiorizado estas presiones y son muy exigentes también con ellas. Ellas mismas se ponen el límite muy arriba y se autoexigen mucho, demasiado incluso, y nunca se les da tregua ni respiro. En cambio, nunca se les da mucho las gracias por todo lo que hacen. El mundo es todavía demasiado duro, demasiado injusto en cuanto a las mujeres. Espero que en el futuro las desigualdades desaparezcan poco a poco y que haya más respeto y más justicia para las mujeres donde estén en el mundo.
- En ese sentido, desde la novela hasta el cine, ¿cómo pueden ayudar a combatir esas injusticias?
- He conocido a muchas lectoras que me han dicho que el libro les había dado energía, les había dado esperanza, fuerza. Y me siento feliz por ello. ¿Podemos cambiar el mundo con la literatura? Es una gran cuestión. Por supuesto que no vamos a cambiar el mundo en dos segundos, pero mi contribución modesta, en cualquier caso, a esta causa fue mostrar estas situaciones, y a estas mujeres. En cualquier caso, ni el libro ni la película son de mensaje, siempre los concebí como un homenaje a las mujeres.
- ¿Cómo espera que reciba el espectador este mensaje? Porque muchos consideran que es sólo una película para mujeres, y, lamentablemente, lo dicen de manera peyorativa, cuando no se hace a la inversa.
- Es así, pero la verdad es que no entiendo a y me cuesta comprender qué es un film para mujeres, porque no decimos de otros que son películas para hombres. Durante siglos la literatura y el cine han puesto personajes masculinos como protagonistas y las mujeres no son una minoría, representan más de la mitad de la humanidad. Pero bueno, mis libros van dirigidos absolutamente a todo el mundo, hombres y mujeres, porque el problema de la igualdad afecta a todo el mundo. Yo me siento feminista en el sentido de que quiero portar la voz de las mujeres, contar sus historias, pero no creo que haya de crear una guerra de hombres contra mujeres, y viceversa. Prueba de ello es que en la película hay personajes de hombres que son bienvenidos, que quieren más justicia y más igualdad para las mujeres que los rodean. Son este tipo de hombres los que me interesan y tienen su lugar.
- Usted misma ha convertido su novela en película, pero aquí se hizo una versión teatral. ¿La conoce?
- Sí, he visto la obra de teatro de Clara Segura y me encantó. Me parece que es un espectáculo realmente magnífico que hace entender el texto del libro. Yo misma felicité a las actrices del montaje, que se han convertido casi en amigas, estamos muy en contacto. Me gustaría poder llevar la obra a Francia, porque me parece que es una magnífica adaptación.
- ¿No se ha hecho en Francia la obra de teatro?
- Sí, ha habido un espectáculo, pero lo hacía una sola actriz en escena y era una adaptación muy muy diferente. Ahora quiero retomar la obra adaptada aquí para hacerla en París.