El director de cine Fernando Trueba y el artista Javier Mariscal vuelven juntos a la gran pantalla con una colaboración que tiene mucho de música, de documental y de política, Dispararon al pianista.

Con esta clara alusión a la película de Truffaut y con algunas imágenes referenciales a varias películas de la nueva ola francesa, cineasta e ilustrador vuelven a demostrar que forman un tándem increíble. Un dúo que dice pelearse para amistarse de nuevo, pero, sobre todo, para hacer que el dibujo, animado, se convierta en música, que la música se haga cine y que ambos conformen un documental sobre la historia del músico Tenório Júnior, que se vuelve político.

A lo largo de la película, Trueba y Mariscal no sólo nos hacen ver cómo fue el nacimiento de un género como la bossa nova, sino cómo el arte choca con los regímenes dictatoriales. La libertad creativa de la música es la otra cara de un Brasil que fue azotado por los militares y que le obligaron a exiliarse. El problema fue que en el país al que se fue Ténorio, Argentina, había otro régimen que acabaría con su vida.

La música, el arte, una vez más chocando con la intransigencia. Mientras, la viuda del músico no es reconocida como tal porque el cuerpo de su marido nunca fue encontrado. Una situación que resuena en la mente de los españoles, pero que es también, como afirma Trueba en esta entrevista con Crónica Directo, la historia del ser humano que es capaz de lo mejor y lo peor.

Fernando Trueba, director de la película dispararon al pianista GALA ESPÍN Barcelona

 

Trueba y Mariscal parece que sólo son responsables de hacerlo mejor. Dispararon al pianista es una película que transpira música, que despierta interés por el personaje retratado y que emociona incluso a quién no conociera nada de la bossa nova. Para el realizador, eso es lo más importante.

El cineasta ama el cine, prueba de ello son las referencias a la Nouvelle Vague que se encuentran en la película, pero también un melómano empedernido. Lo ha demostrado en infinidad de ocasiones y, algo cansado de que le hablen de política cuando presenta esta cinta, prefiere centrarse en la luz de las composiciones de Tenório. 

El cariño que siente por el personaje retratado se siente en sus ojos cuando habla del brasileño, de la misma manera que Mariscal se deshace en halagos sobre el talento de su amigo. El arte les une, les mueve y les conmueve. Eso desprende la película, eso emanan ellos a la hora de hablar así de su último trabajo.

Javier Mariscal ilustrador de la película dispararon al pianista GALA ESPÍN Barcelona

 

¿En qué momento decide convertir un documental que ya tenía casi hecho en una película de animación?
Fernando Trueba (F): No, no lo tenía hecho. Había rodado un montón de material, de entrevistas. A finales de 2005 y hasta 2007 rodé la investigación con toda la gente que pude encontrar relacionada con él. Fue en Brasil, Argentina y Estados Unidos. Luego ya me lie a hacer Chico y Rita, y eso nos ocupó unos años, pero para mí también supuso el descubrimiento de la animación. Hasta Chico y Rita, ni se me había pasado por la cabeza hacer una película de animación, me parecía que eso era una cosa de otros. A través de esa película me di cuenta de que la animación valía para ciertas cosas, a ideal para ciertas historias. Entonces, me di cuenta de que la animación me podía permitir ver a Tenório vivo, verlo tocar, grabar, cuando era joven, con sus hijos y toda una serie de cosas que en el documental no puedes hacer porque no existe o estás muy limitado, y que en un biopic con actores no me lo creo yo, y si no me lo creo yo ¿cómo se lo voy a contar a la gente?
Y así regresa a Javier Mariscal
F: Le pregunté qué pensaba él de hacer esa historia que él ya conocía, porque yo le tenía al tanto de mi gran obsesión. Reaccionó muy bien y nos metimos en el lío.
Javier Mariscal (J): Hombre, es trabajar con un gran profesional que te trae una historia que es como un baúl lleno de referencias, de videos, de audios fantásticos. había investigado mucho con diferentes fotografías y archivos de todo tipo. Cada página del guion que hizo Fernando era un minuto. Hay una escena que para mí es un regalo de Fernando, que es como explica el nacimiento de la bossa nova y dura exactamente lo que dura la canción Chego de saudade.

Fernando Trueba y Javier Mariscal, presentan su película dispararon al pianista GALA ESPÍN Barcelona

La banda sonora es increíble.
J: Desde Calle 54 y más, Fernando ha hecho que con sus películas nos quitemos los tapones de los oídos para hacernos saber escuchar buena música, apreciar el saxo, el piano, los arreglos de Tenorio... Porque la música te entra directa a la piel.
F: De hecho, aquí hay una secuencia que le debe mucho a Calle 54. La hemos hecho en aquel estilo, que es cuando graba en Balo. Es una secuencia que la ha animado Xavi directamente y que tiene esa cosa de los instrumentos, las manos, las caras, como en esa película, pero en animación. Pero lo importante es que, si estás haciendo una película que trata de músicos y de la música, tienes que tenerle un respeto. No lo puedes hacer de cualquier manera.
¿Cómo conviven música y cine de animación?
F: Mira, yo hice un pase de esta película con Bebo Valdés. Y vi que le caía una lágrima al verla. Le pregunté por qué lloraba y me dio las gracias. Yo insistí en por qué. Me dijo: "porque cuando yo esté muerto y la gente vea esta película estarán oyendo mi música". Allí me di cuenta de que para Bebo morirse era algo circunstancial, accidental. Sabía que iba a pasar pronto, pero sabía que la música que él había compuesto la siguiera oyendo la gente, que seguirán bailando y seguirán disfrutando con ella. Lo mismo sucede con Tenório y teníamos claro que esta música tenía que revivirle. Para mí, es un subidón que, tras ver la película, la gente vaya a escuchar la música de Tenorio, porque es quitarle el manto del olvido, toda esa tierra que le han echado injustamente encima y sacarlo al mundo de nuevo.
J: Es un personaje completamente desconocido, ¡incluso en Brasil! Por esto, por el olvido.

Fernando Trueba, director de la película dispararon al pianista GALA ESPÍN Barcelona

Y más allá de la parte musical. Está la parte más política. Vemos la censura, la persecución del arte por parte de las dictaduras. ¿Sienten que sin vivir en una volvemos a la dictadura, pero de la autocensura? Parece que resuena.
F: Nos lo han dicho, pero cuando hacíamos la película no estábamos pensando en qué momento se va a estrenar, sino en hacer una historia. Lo que pasa es que ese choque de lo mejor y lo peor de los seres humanos, de la belleza y el horror, desgraciadamente...
J: ¡Es la historia de Tenorio!
F: Pero desgraciadamente es continuo. Podrías encontrar una historia hoy día y contarías eso. Los seres humanos somos capaces de lo mejor, de escribir poesía, cosas bellas, de pintar, y, por otro lado, de esos crímenes, esos horrores, esa violencia. No es sólo el choque de una época. Pero la historia de Tenorio resuena hoy día y la entiende muy bien, a lo mejor incluso mejor que en su época.
Y su historia tiene eco ahora. Cuando la viuda no es tratada como tal por el Estado porque no ha podido encontrar a su esposo, rebota en la situación de algunas familias españolas.
F: Por supuesto que tiene esa resonancia y lo sabes, pero en este caso nos concentramos a contar la historia de ese Brasil que va a la vanguardia del mundo, del diseño, de la arquitectura… era un país que era hipermoderno, que estaba en medio de una revolución musical que iba a influir en el mundo entero y, de repente, ¡Pah! Llega el hachazo este horrible que es la dictadura, la falta de libertades, los exilios, las desapariciones y luego la siguiente dictadura y todas las que iba viendo. Sí, hay un punto también de no olvidar. No olvidemos las cosas bellas ni las cosas horribles. Intentemos que las bellas se sigan haciendo y las horribles, no.

Fernando Trueba y Javier Mariscal, presentan su película dispararon al pianista GALA ESPÍN Barcelona

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