Bueno en la mesa, malo en el mar: Alonso-Cuevillas es atacado por un mero
El abogado y diputado de Junts relata el accidente que tuvo con este pescado en una inmersión por la zona de las Illes Medes
3 octubre, 2023 11:26Hay alimentos que son exquisitos cuando son servidos en la mesa, en cambio, vivos y en su hábitat natural son todo un peligro. Sino que se lo digan al abogado Jaume Alonso-Cuevillas que se ha visto atacado por un mero.
La noticia la ha dado él mismo a través de sus redes sociales, en las que ha compartido el tremendo mordisco que le dio este pescado mientras hacía submarinismo en las Illes Medes (Girona).
El ataque
El también diputado en el Parlament por Junts ha confesado que, si bien pudo esquivar un “primer ataque”, pero no los siguientes. El pez se sintió violentado y le “vino de cara” con la voluntad de atacarlo. Y lo hizo.
El mero abrió la boca y agarró a Cuevillas por la muñeca con sus fauces. Lo tuvo así durante cerca de un minuto, asegura y le causó varias lesiones. Tuvo que ser atendido. “Afortunadamente, no hay infección ni ninguna condición grave”, revela en su Instagram.
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Área de meros
No lo tuvo claro hasta que fue atendido. Reconoce que si bien “estaba tranquilo”, porque “no es un tiburón” y sabía “que no tiene fuerza” para arrancarle la mano, sí “tenía miedo de que me hiciera daño en algún tendón”, confiesa a la Rac1.
El abogado estaba con un grupo de amigos en alta mar practicando submarinismo. Se encontraban a 22 metros de profundidad frente a una cueva se habían “cruzado con muchos meros antes”, pero se sentían seguros. “Estaba lleno y nunca atacan”, señala su víctima.
La excepcionalidad
A pesar de que el leguleyo asevera que el suyo fue “un caso excepcional”, los monitores con los que estaba le confesaron “que también se la habían tenido con el mismo mero en el mismo sitio” en otra ocasión. No es problema de la especia, tal vez de este ejemplar concreto, deja caer.
La teoría que sostiene Cuevillas es que el ataque se produjo porque tenía un hilo colgando de sus guantes y el mero pudo confundirlo con comida. Él decidió quedarse quieto a la espera de que el animal se diera cuenta, pero acabó herido. Eso sí, de escasa gravedad.