La versión más tierna de Carlos Cuevas
El actor catalán se mete en el cuerpo de un chico con miedo a las mujeres por las ideas inculcadas por sus padres en 'La ternura': "Ahí estamos todavía, entendiendo cosas, patrones"
30 septiembre, 2023 23:55Carlos Cuevas lleva años siendo el guapo de la película. O de la serie. Díganlo como quieran. Ha hecho de todo, de todas las orientaciones sexuales, colectivos y caracteres. Esta vez, en La ternura, es algo muy especial: un chico tierno, virgen y, sobre todo, inocente.
No hablamos de culpabilidad, hablamos de candidez. El catalán es el leñador Azul cielo, un joven que casi desde que tiene uso de razón, vive en una isla con su hermano (leñador Verdemar) y padre (leñador Marrón), quien los llevó allí para que no tuvieran que convivir con mujeres a las que considera monstruos. Claro que Azul cielo, sólo tiene esa referencia de oídas. Nunca vio una, apenas recuerda a su madre.
Este trío de hombres, por eso, verán como todo se viene abajo cuando tres mujeres, una reina y sus dos hijas princesas que también quieren huir de los hombres, y acaban en una isla donde se encuentran con esos tres. La reina y sus hijas se hacen pasar por hombres, pero todo, poco a poco se desmonta. Especialmente, los discursos de odio y rencor de los progenitores hacia las personas del género opuesto. Todo gracias a los hijos.
Con una mezcla de película de aventuras, cuento con reinas magas y comedia al estilo vodevil, esta pieza, inspirada en la obra teatral de Sanzol es un llamamiento a la necesidad de ternura, como reza la película. Como la del inocente Azul cielo que interpreta Cuevas que no sabe si obedecer a su padre o dejarse llevar por el amor por otro hombre que en realidad es una mujer.
La pluma de Sanzol, guionizada y dirigida por Vicente Villanueva, trata estas situaciones sin hacer escarnio de las personas trans, sin esa visión machista que hasta ahora se ha dado. Con esa ternura que reza el título. Pero estos temas no son ni mucho menos los centrales.
"La película en realidad trata un tema muy universal que se ha dado todas las épocas y que se va a seguir dando: la muerte metafórica de los padres", advierte el director. "Hay unos padres con sus mochilas y sus paranoias que, creyendo que es lo mejor para los hijos, tratan de educarles a su manera. Luego los hijos quieren otra cosa y probablemente estas parejas cuando sean mayores y críen a sus hijos les llenarán la cabeza de 'no hagáis esto porque es malo'", prosigue.
Eso es lo que les pasa a los personajes de la película, pero, mantiene, sucede igual en la vida. "Al final los vuelven locos y, llegan a la adolescencia y ellos quieren hacer lo que les dé la gana. Es una especie de maldición en el ser humano: todos crecemos y hacemos lo mismo que nuestros padres y nos sorprendemos", sentencia.
Lo secunda Carlos Cuevas, mucho más joven que él, pero que dice haberlo percibido. "Es muy universal, pero ahí estamos todavía, entendiendo cosas, patrones, analizando por qué las decimos o hacemos según qué cosas". Para el actor son conductas "no genéticas, pero sí hereditarias".
"El viaje que se pega al chaval es guapo", se suelta el catalán en conversación con Crónica Directo. "De estar muy feliz, a empezar a desconfiar de los padres, a juzgarlo", resume el viaje de su personaje. "Va a haber gente que le va a sonar de haberlo vivido en sus propias carnes. Que cada lo lea como quiera", sugiere.
En cualquier caso, como dice como su compañera de reparto y amiga, Anna Moliner, esta película trata de algo esencial. De una necesidad básica que está escrita y visible antes de entrar en la sala. "Todos necesitamos ternura. Los padres los primeros, aunque lo nieguen", resume.
Ella es la princesa Salmón de quien Azul cielo se enamora, y a la inversa, "personajes que son los más vírgenes, los más inocentes. Y, aunque los padres los han bombardeado con estos miedos que ellos no conocen, intuyen que quieren vivirlo, quieren enamorarse, estar juntos, y esto, ¿quién no lo quiere?", pregunta. Su deseo es que “llegue el mensaje de amarnos sin dar nada por sentado”.
Todo apunta a que puede ser fácil. La película viene precedida por un éxito imbatible en teatro. La función estuvo tres temporadas en Madrid y dos en Barcelona. Es una comedia de buen rollo que, aunque sea en verso, llega directa al corazón del espectador de cualquier edad. Y tiene un reparto de lujo: Emma Suárez, Anna Moliner, Gonzalo de Castro y un Carlos Cuevas que está más dulce, tierno y virginal que nunca. En sus palabras, "es una película que no puedes odiar. Cuando la ves te cae bien y te da buen rollo". "No puede no gustar", concluye. Palabra de Cuevas.