El actor Santi Millán

El actor Santi Millán CEDIDA

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La vida más perra de Santi Millán

El actor catalán vuelve al cine con una película que recupera su esencia más gamberra: "Lo complicado es que tu evolución personal vaya alineada con tu progresión profesional"

22 septiembre, 2023 23:30

A primera vista no parecería que Santi Millán lleva una vida perra. Tal vez por ese look esmeradamente descuidado, pero al ver en todos los proyectos que participa al año uno ya se cansa. Es lo que se llama un alma inquieta.

Empezó con La Cubana, una etapa que recuerda con especial ilusión. “Dentro de La Cubana lo teníamos todo: a los amigos, la familia, el trabajo. Era muy enriquecedor”, recuerda en conversación telefónica con Crónica Directo.

Vidas pasadas 

Tras esa etapa llegó la de El Terrat. Junto con Andreu Buenafuente creo el personaje de El Paco en TV3, que le persiguió durante largos años. Eso no quita que no aprendiera mucho. “Era un grupo de gente que, aparte de trabajar juntos, nos entendíamos muy bien y lo pasábamos muy bien”, apunta.

Luego llegaron otros proyectos con José Corbacho, participaciones en El Club de la Comedia, algo de teatro… Y, de repente, apareció Got Talent, proyecto que se ajusta a la perfección a sus necesidades vitales y familiares. “Es un formato con el que me siento muy cómodo y muy orgulloso”, concluye.


Vida perra 

No es fácil. “Hoy en día, es complicado encontrar aquello que no sólo te llene el bolsillo, sino que te llena también un poquito estas necesidades más intangibles”, indica. Y con este trabajo, y algo de fortuna, aparece ahora en la gran pantalla de una forma pocas veces vista. Como un perro.

El catalán ha vuelto a poner voz a un personaje de ficción. Esta vez no es un dibujo animado, en esta ocasión es, directamente, un perro, Reggie. Reggie es un perro que está encantado con su dueño, Doug; lo que no logra ver es que el humano lleva toda una vida despreciándole, tratando de librarse de él. Hasta que lo consigue.

Película en cuestión 

El protagonista de cuatro patas se encuentra en medio de una ciudad. Solo. Hasta que encuentra a cuatro tipos de su especie, callejeros, que le hacen ver la realidad. Es entonces cuando Reggie sólo tiene un objetivo: arrancarle los genitales a Doug. Por el camino, además, disfrutará de las drogas, descubrirá el sexo y, sobre todo, descubrirá el amor. El ajeno y el propio.

Eso es precisamente lo que destaca Millán del personaje al que da voz y de una película que ha sido criticada de soez, escatológica, burda y sin gracia. El Porky’s perruno, dicen algunos. El actor, en cambio, prefiere quedarse con la parte que le interesa.

El actor Santi Millán

El actor Santi Millán EP

 

“La película, aparte de ser transgresora, tiene un mensaje de amor. Te das cuenta de que seas mascota o no, todos los animales, racionales o no, lo que necesitamos es que nos quieran. Amar y ser queridos. Al final, todo lo que buscan es esto”, concluye. Millán va más lejos y encuentra serios paralelismos con el día a día humano.

El actor apunta que los perros callejeros del film no se sienten queridos y que Reggie “sale de una relación tóxica. Y al final descubre otra realidad”; sólo que se junta con unos perros también dañados, que no conocen otra forma de querer y se relacionan como buenamente pueden. ¿Les suena?

"Un cuento"

A pesar de que el catalán lo define y vende como un “cuento”, la escatología podría decir lo contrario, pero él insiste: “Es una película que pueden ver a niños perfectamente, porque el mensaje es un mensaje universal. Lo que ocurre es que no es una película infantil”.

¿Y entonces? “Yo creo que es uno de los puntos de la película”, insiste. “Cuando ves una película de mascotas de las que estamos acostumbrados a ver, tiene un punto edulcorado, infantil... Y esta película rompe con todo esto. Rompe de una forma radical. Pero al final, el mensaje es que el amor es muy importante. Y sobre todo amarte a ti mismo”, subraya.

El Monaguillo, Susi Caramelo, Santi Millán y Raúl Cimas

El Monaguillo, Susi Caramelo, Santi Millán y Raúl Cimas CEDIDA

Usted ha roto con sus diferentes personajes en más de una ocasión. La Cubana, el macarra de Paco y la imagen que da ahora usted.
Las cosas pueden cambiar, pero está en nuestra mano no repetir patrones y lo que conocemos.
¿Y cuesta salir de los mundos? ¿O de los mundos en los que a uno le meten como actor?
El encasillamiento limita pero, por otro lado, facilita. Porque los productores, a la hora de pensar un perfil, han de pensar en ti, cosa que siempre está bien, que la gente tenga tu nombre por la cabeza de alguien. Y sí, al final te limita. Pero también es mucho más fácil para el público saber qué van a encontrar. Somos animales de costumbres y no nos gusta que nos rompan mucho la cintura.
Bueno, usted lo ha hecho varias veces. No es lo mismo el Paco de El Terrat que el Santi de 'Got Talent'.
Yo creo que al final hay una esencia de ti, pero no acaba de ser un personaje el que se pone delante de la cámara. Pero sí hay una esencia mía. Yo he tenido suerte, y me siento muy afortunado. Yo he disfrutado mucho con todo lo que has dicho: La Cubana, El Terrat, Got Talent. Ha habido momentos de todo, como en toda la vida pero, cuando miras hacia atrás, es muy, muy positivo y muy enriquecedor. Porque no sólo ha sido trabajo, sino también era prácticamente la familia. Y esto, hoy en día, es complicado: encontrar aquello que no sólo te llene el bolsillo, sino que llene también un poquito estas necesidades más intangibles.
¿Y está más fácil o más difícil ahora? ¿Echa de menos ese lado más gamberro?
A mí me cuesta más. Esta película lo es. Pero todo depende de tus necesidades particulares. Lo complicado es que tu evolución personal vaya alineada con tu progresión profesional. Lo mejor es que lo que pienses, lo que dices y lo que haces, esté alineado. No siempre ocurre, pero cuando ocurre es maravilloso.
El actor Santi Millán

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En cualquier caso, como dice, esta película es muy gamberra y puede sacar el gamberrismo. ¿Pero es porque no se hace con humanos?
Yo creo que podía hacerse con personas. Lo que la gente debe ver es que no hay una pretensión de ofender. Si tú haces algo y después la gente lo recibe de una forma en la que tú no pretendías, lo que tienes que hacer es disculparte. Mi pretensión no era ofender. Lo único que buscaba era divertir o entretener. Cuando tú lo que buscas es ofender, este es otro enfoque en el que yo no me siento cómodo. Mi vocación siempre ha sido intentar divertir a la gente, sacarle una sonrisa, hacer que la gente esté bien. No soy un tipo de persona que busca la incomodidad con el interlocutor. Por el contrario, cuando esto se produce, es que algo no he hecho bien.
Pero ahora es más difícil ¿no?
Lo que ocurre es que, cuando estás en un teatro y la gente paga una entrada para verte, ya sabe más o menos lo que va a ver, lo que dirás, cómo vives y cómo funcionas. Con las redes sociales, pasa que tú hablas para tu audiencia, pero después, por eso de los vasos comunicantes, termina en otro lugar, donde la gente no acaba de entender el contexto o no te conoce o no sabe bien. Y entonces lo que ocurre es que la gente se ofende o se toma cosas demasiado seriamente cuando realmente la finalidad no era esa. Por eso yo creo que es tan importante en la comedia, en el arte y en la vida poner las cosas en contexto y en el momento histórico. Todos, si revisamos lo que hemos hecho en el pasado, tenemos cosas que ahora no firmaríamos, porque hemos evolucionado o involucionado o cambiado. Yo creo que esto es importante, dar la posibilidad a que la gente cambie. Debería ser posible, que la gente cambiara de opinión y depende de qué opiniones, incluso sería deseable.
¿Y cuesta?
Al final no debemos olvidar que somos animales. Somos animales racionales, pero en muchas ocasiones esta parte racional queda comida por la parte más instintiva. Somos animales y hay ciertas cosas que no podemos evitar, están en nuestro instinto más básico. Yo creo que también esto debe entenderse. Todas las opiniones se han de respetar, aunque no todas las opiniones sean respetables.