Han pasado 17 años desde que Jaime Chávarri estrenara Camarón. Desde entonces, el cine ha estado huérfano de ese cine clásico en su manera de contar, impecable en su ejecución y, por ello, completamente disfrutable. Para su vuelta, con La manzana de oro, cuenta con varias estrellas patrias, entre las que destacan Sergi López y Marta Nieto.

Ambos no pueden estar más encantados de este regreso y de trabajar con el cineasta, "un placer", en palabras de la actriz. A ella no sólo le mandaron el guión, sino que Chávarri en persona la fue a ver al teatro, después cenó con él y, "de repente, me enamoré”. Tras la impresión inicial, la murciana descubrió que el realizador es bueno tras la cámara y también "un tipo inteligentísimo, gran conversador y súpercercano". Por eso ha vivido este trabajo “con mucho placer y mucha gratitud".

La Nívea 

En la película, ella interpreta a La Nívea, una poetisa que no consigue hacerse un hueco en mitad de un grupo de grandes nombres masculinos. O, en sus palabras, "el arquetipo de la musa, que mueve un poco esa energía dentro de la peli". Claro que no es una musa al servicio de los creadores.

"Sabe que es mirada, pero también mira, quiere accionar, quiere su lugar y lucha, trabaja para él", indica Nieto. Es "una musa creadora". "Se quiere quitar ese traje y quiere conquistar ciertos lugares por méritos propios", hasta el punto de que "es capaz de renunciar a sus emociones" e incluso a sus amores, porque "sabe que no le benefician para conseguir lo que quiere". Algo que a ella le "parece muy feminista: no me quiero dejar llevar por lo que siento, porque no es bueno para mí, y quiero hacer otras cosas".

Juan Changa

Y es que, realmente, el personaje de La Nívea no lo tiene fácil. Llega con Juan Changa (López), con quien ya tuvo una aventura, pero sabe que debe apartarse de él para ser alguien. Claro que Eugenio (Adrián Lastra) también lucha por su corazón, y no va a poner fácil las cosas ni a Changa para reconquistar a la poeta, ni a ella misma para poder inspirarse.

Y es que La manzana de oro, además de ser el título de la película, es el premio que se otorga en una casa donde varios poetas se concentran para escribir el mejor poema sobre un tema que conocen sólo al llegar. En este caso es la trascendencia, algo demasiado elevado para algunos de los presentes e incluso para la película.

Marta Nieto en 'La manzana de oro' A CONTRACORRIENTE

La trama 

En esta reunión se encuentran literatos profesionales, sus parejas, raperos, monjas encargadas de la casa e incluso influencers. Todo sea para hacer más vendible la poesía y más entretenida una comedia que lo único que quiere es desmontar ciertos tópicos sobre eso que se llama alta cultura donde, por mucho que se oculte, también están ocultas las más bajas pasiones.

Lo expresa tal cual Sergi López en una breve entrevista con Crónica Directo: "La película nos cuenta que todos somos poetas y que la poesía no es tan lejana como nos parece. Podemos utilizarla para expresar ideas un poco complejas, pero, al final, el mundo de los poetas es igual que cualquier otro. Es decir, al final hablamos de las envidias, la necesidad de reconocimiento".

La prosa

Y no hace falta que lo diga. Durante toda la cinta, el espectador ve cómo estos grandes seres educados, refinados y cultos, dispuestos a hablar de la trascendencia,  están llenos de celos, de ganas de triunfar, de aparentar, de ser tanto o más que el otro, de aparecer en tal libro para ser reconocido y de ser deseado y amado. Todo ello "a través de una comedia y riéndonos a través de diálogos inteligentes", sentencia el catalán.

Un claro ejemplo es precisamente el personaje que él interpreta. Un poeta que fue alguien en su día y que ahora es incapaz de escribir y poner en orden una sola idea. Éstas, al igual que él, están ahogadas en el alcohol, mientras se agarran a la idea de que La Nívea vuelva a ser la musa que le inspire.

Fotograma de 'La manzana de oro' A CONTRACORRIENTE

El talento 

"Es un señor que desesperadamente intenta reencontrar el talento perdido, un señor que parece que era el talentoso de su generación y juega con esa cosa tan etérea con la que jugamos los artistas, que eso del talento y el reconocimiento", apunta López. Claro que ¿el talento existe o es cuestión de trabajárselo? Para Sergi, "es una mezcla de las cosas. Pero el trabajo es una cosa que se puede constatar y el talento es etéreo, es intangible".

No cabe duda de que estos dos intérpretes tienen esta mezcla, como La manzana de oro es también esa combinación de comedia de bajas pasiones tratada con elegancia, casi de forma poética. Algo que no siempre es común ver en pantalla. Aunque para López, "lo que es necesario es que es tener libertad de creación, que salgan hongos de diferentes formas y colores. Lo interesante es que todo existe, y es, precisamente, el gran qué del mundo del arte, que aparezcan cosas clásicas, nuevas, diferentes, revisitadas…"

La comedia 

Algo de todo esto tiene esta película que parece sacada de otra época, algo que no tiene que ser necesariamente malo, pero que, tal vez, puede hacer difícil su éxito en taquilla. Claro que taquillazo no significa calidad.

López, en cualquier caso, se muestra confiado. "Hay sitio para todo, y para comedia inteligente, que habla de poesía, también". "Parece una cosa muy elevada, pero Chávarri lo lleva a terrenos más festivos y tiene su interés", remata. Y quien dice festivos, dice amorosos. Porque, como buena comedia coral que se precie, La manzana de oro no esquiva todos estos líos de faldas, conflictos amorosos, poliamores y otras nuevas maneras de entender el corazón.

Marta Nieto y Sergi López A CONTRACORRIENTE

Es ahí donde se plantea la pregunta. ¿Es más difícil amar o hacer poesía?
Sergi López: Yo diría que es más difícil hacer poesía que amar. Amar está chupado, es una cosa que nos sale natural y sin educación. Otra cosa es amar bien o mal… En cambio, la poesía es difícil. Hay que leer más
¿Hace falta más poesía en el mundo?
Marta Nieto: Pues ha habido un boom de poesía muy concreta, especialmente poetisas jóvenes. Hay un nicho. Además, nos ayuda bastante a ponerle forma a una idea muy abstracta. Y todos, en realidad, a veces necesitamos expresarnos de manera que no sabemos que nos podemos expresar.
Claro, pero como decía Sergi antes, para ello hace falta libertad. Con todo el tipo de censura que se está viviendo, ¿creen que es una buena época para la libertad en la creación?
Sergi López: Siempre se ha planteado la idea de cómo vehicular una expresión para que llegue a un público. Evidentemente, en el mundo en el que estamos hay muchos condicionantes: televisiones, plataformas, público, entradas y la pata financiera… seguramente hay que luchar por la libertad. Hay movimientos de censura muy actuales que nos replantean que la lucha continúa y que hay que aferrarse continuamente a la libertad de expresión y de creación.