Rufus Wainwright: "El folk es la razón por la que la música estadounidense es tan genial"
El canadiense se sumerge en la música tradicional de Estados Unidos con un disco repleto de duetos que presenta en Barcelona y Madrid
30 abril, 2023 00:00Rufus Wainwright lo ha vuelto a hacer. Ha cogido un género clásico para darle su toque pop. Aunque esta vez no lo hace sóoo. Folkocracy promete muchos duetos, mucha tradición, mucha familiaridad y un paso por España. La primera parada es el festival Grec de Barcelona, el 24 de julio, para luego inaugurar otro festival muy especial para él, el Universal Music Festival de Madrid, donde ha actuado sólo con un piano y traído su ópera. Esta vez, viene con el folk.
El canadiense está encantado con su reencuentro con la música con la que creció. Tanto que, en la última canción del disco, Wild Mountain Time, está su tía, Anna, que tiene casi 80 años, y en otra cuenta con Chaim Tannenbaum, “un viejo amigo de la familia, que tocaba el banjo de mi madre”, confiesa a Crónica Global.
Folk
El cantante reconoce que en su día salió de este mundo por la homofobia que había en él y no descarta que no exista, como tampoco niega que la haya en su país, porque como bien dice, “el folk y el país son como unos primos que se besan”. Porque sí, a pesar de que han pasado los años desde que se sumara a la campaña para derrotar a Trump, sigue igualmente comprometido.
Crónica Global charla por videollamada con el cantautor para conocer qué va a traer a España y qué lleva su disco, así como para profundizar más en esta voluntad suya de sumergirse en el folk.
--Pregunta: Regresa al Universal Music Festival, donde ha hecho desde una ópera a un concierto, un solo a piano. ¿Qué se va a encontrar ahora?
--Respuesta: Va a ser la presentación de mi nuevo álbum, Folkocracy. Así que traeré una pequeña banda conmigo que tiene a una de mis hermanas, Lucy, y algunos amigos como Petra Haden y Alan Hampton y toda esta gente. No vamos a hacer un montón de shows para este disco, sobre todo porque al tener que criar a un niño no puedo ir de gira durante meses y meses. Así que será una oportunidad maravillosa y excepcional poder ver este álbum en vivo.
--¿Y qué se va a encontrar el que compre este disco? ¿Un juego con el folk?
--De cierta manera está relacionado con mi último álbum, Unfollow the rules, porque para mí fue una experiencia de volver atrás y recuperar algo de mi juventud (bromea), regresar al barrio, allí en Los Angeles. Pero después de hacer ese proceso, me di cuenta de que yo quería ir un poco más atrás, a mi infancia y explorar toda esa sensibilidad con la que crecí en Canadá, que era un ambiente de música folk. Hacer todo el trabajo, para que, en mis próximos álbumes, puedo explorar totalmente nuevos territorios sin sentir que he dejado detrás al pequeño Rufus (ríe).
--Y ya que ha visitado esa infancia. ¿Cómo ese Rufus niño y cómo ha cambiado con los años?
--Bueno, cuanto más, más viejo me hago y más miro el mundo a mi alrededor, más me doy cuenta de lo única y fantástica que fue mi infancia, sobre todo por el hecho de tener tanta música alrededor y de tan alta calidad. Pero también fue muy intenso, nada fácil, ya sabes, tuvimos que aprender armonías, memorizar letras extrañas y cantar con otros músicos. En ese me parecía natural y lo disfruté mucho, pero a medida que me alejo y especialmente después de tener un hijo propio, soy muy consciente de que fue una experiencia única. Así que quiero compartir eso.
--Por tanto, ¿será un álbum más luminoso?
--Sí, creo que es un álbum positivo. No sé si luminoso, pero hay una especie de cualidad de soledad. La atmósfera que estoy tratando de crear es algo muy nocturno, como ese momento de todos reunidos alrededor de un fuego, cantando canciones juntos y expresando su realidad interior. Es muy introspectivo, pero no como algo negativo. Digamos que es meditativo, eso seguro.
--Bueno, toda su música y sus letras son algo introspectivas, habla de sus sentimientos, sus vivencias, ¿pero cuán difícil es ponerlo en música y en palabras y mostrárselo a la gente?
--Es muy delicado. Una cosa que aprendí al crecer cantando música folk y actuando para el público es lo que dice la expresión, lo que viene del corazón va al corazón. Y yo siento que ahora es algo carente en términos de actuaciones. Se pone tanto énfasis en la producción, iluminación y coreografías, incluso en ser fuerte y ser modelo de algo --con lo que no estoy en desacuerdo, ojo--, que muy rara vez ves a la persona allí en el escenario, vulnerable. No hay mucha vulnerabilidad y con la música folk tienes que expresar tu vulnerabilidad.
--En este sentido, ¿cómo ve a la industria de la música? Dice que es difícil mostrarse vulnerable y usted lo ha hecho y lo hace. Y además lanza un álbum folk. ¿Pero es difícil?
--Curiosamente, siento que en Estados Unidos la música folk es como el talón de Aquiles. El rock and roll ya no es lo que era, las corrientes cambian y lo que es popular durante cinco segundos, luego desaparece. Pero en el fondo Estados Unidos sabe que está construido sobre la música folk, que es el corazón, el alma y la razón por la que la música estadounidense es tan genial. La tradición es algo difícil y cada tanto erupciona. No estoy diciendo que mi disco lo hará, pero la gente en Estados Unidos reacciona a la idea de ser puro. Hay una pureza allí por la que se sienten atraídos, para bien o para mala.
--Eso le iba a decir, la pureza entraña sus riesgos. Y hablando de pureza, teniendo en cuenta que usted se ha posicionado políticamente y que se acercan elecciones, ¿’Folckocracy’ tiene canciones políticas?
--Está I’m going to a town, porque me lo pidió mi productor, Mitchell Froom, que consider esa canción es parte de la tradición de música de protesta, canciones que se escriben y que se dirigen a los cimientos y a los choques de las placas tectónicas del ámbito político, a luchar por los derechos humanos. También hay otra canción llamada Kaulana Na Pua, que es una hawaiana, que a pesar de que no sonar bonito y tiene este tipo de atmósfera de ensueño, es una canción muy política. La letra es fantástica. Fue escrita durante la anexión de Hawai, por una mujer de la corte de la Reina y habla de cuán horrible es formar parte del sistema colonial. Así que sí, hay una conciencia social sección de este disco.
--Eso está bien porque a veces algunos artistas tienen miedo de expresar sus ideas políticas
--Es curioso porque en Estados Unidos, seguimos pensando que vamos a mejor. Gana Obama, y luego Trump, pero luego gana Biden y piensas que todo va a ir bien y, de repente es ¡Oh, Dios mío! Esto se pone peor y peor. De algún modo es un mensaje, una invitación a que la gente salga y luche por el mundo en el que quieren vivir.
--¿Y tiene esperanzas paras las próximas elecciones en Estados Unidos?
--Va a ser emocionante, eso sí. Será bastante dramático. Creo que la gente está en el lado correcto. El poder político está ahí para cambiar el rumbo, avanzar y progresar. Solo hay esta pequeña pepita incómoda, que da miedo y es mala de verdad, que pelea mucho y muy duro y no puede ser subestimada. Es complicado.
--Entonces mejor volvamos a la música y a su carrera, ha trabajado con el jazz, le ha puesto música a los sonetos de Shakespeare, ha compuesto óperas, musicales, ha cantado a Judy Garland... ¿Cuáles es su interés en esta exploración?
--Hay muchas razones, pero siempre pienso en mí mismo como una especie de monstruo de tres cabezas. Una es la de compositor de música, como la ópera o el trabajo que hago para teatro. La otra es la de cantautor y la tercera es la de cantante. Todas ellas son mi voz y todos son diferentes susceptibilidades. La que las hace similares es que las desafío a todas. Para mejorar como cantante, compositor o artista no puedes sentirte demasiado cómodo. Es importante, a veces. Yo ahora me siento cómodo, pero siento que tengo mucho que demostrar. Todavía me encantaría escribir, tener ese gran éxito, aunque no es que me importe demasiado. Así que, para romper esa comodidad, ahora he decidido escribir musicales de Broadway. Así que estoy trabajando con algunos productores para lograrlo. Y has de desafiarte, porque no estás escribiendo sobre tu vida, sino sobre estos personajes. No te puedes apoyar en lo que solías.
--Pero parece que es fácil para usted cambiar de registro. No sé si lo es para la industria o el público que siempre intenta etiquetar en algún lado.
--Esa siempre ha sido mi estrategia. Y es divertido porque en realidad empezó cuando yo era muy joven y tiene que ver con la música folk, porque me crie en ese ambiente. Por momentos, pensé en aprender a tocar el banjo, unirme a una banda itinerante e ir a festivales. El único problema que realmente me molestaba es que era muy homofóbico. Creo que ha mejorado, pero en ese momento no lo era, no había mucha gente gay y había este tipo masculinidad, del macho, que tenías que mostrar. Entonces, descubrí la ópera, que era realmente lo opuesto: no improvisado, sereno, muy elitista, muy gay en muchos sentidos e históricamente. Creo que esos dos extremos es los que me dieron esta variedad intermedia y la capacidad de pasar de un género al otro.
--Hablaba de la homofobia en el folk, que es obvia. ¿En este sentido, el disco podríamos decir que es una reivindicación y hacerla más gayfriendly?
--Hay una tradición gay de música folclórica, pero en su mayoría son lesbianas. Recuerdo esto cuando era niño, que siempre había un grupo grande de cantantes folk lesbianas. Era muy eran muy positivo y divertido. Era una comunidad realmente vibrante. Pero para los hombres homosexuales siempre fue más difícil. Creo que la otra cosa a tener en cuenta es que estaba el tema del sida en ese momento. Fue una especie de período loco y muy oscuro. Siempre relaciono el folk con el país, para mí son primos hermanos, por eso me sigue sorprendiendo lo homofóbico que es. Hay un tipo que una famosa estrella del country, pero tiene que usar una máscara todo el tiempo. Este es un nuevo territorio seguro, y estoy apuntando en esa dirección.
--¿Cuál va a ser entonces el próximo paso?
--Lo estoy pensando. Lo bueno de este proyecto es que he llegado al fondo. Este es el comienzo de mi despertar. Ahora creo que puedo hacer algo completamente diferente.