Retrato de Llum Barrera en el Teatro Goya de Barcelona / JOAN COLÁS

Retrato de Llum Barrera en el Teatro Goya de Barcelona / JOAN COLÁS

Famosos

Llum Barrera: “Al cómico no se le tiene respeto nunca, y menos en este país”

La actriz regresa a los escenarios catalanes tras 14 años fuera para una terapia muy especial (y cómica)

4 abril, 2023 00:00

Han pasado 14 años desde que Llum Barrera pisara los escenarios catalanes con Mort de dama. Desde entonces, no ha habido más que visitas esporádicas para algún rodaje como Polseres vermelles y poco más. Pero la mallorquina ha puesto fin a este desierto.

La actriz se encuentra este mes en el teatro Goya de Barcelona para interpretar a Neus en Terapia integral, una obra que tiene mucho de comedia y de terapia. Y no, no nos referimos sólo a lo que viven los personajes en la obra, sino por las preguntas que plantea al espectador.

Periodismo

A Barrera le gusta hacer preguntas, no en vano estudió periodismo cuando su madre le pidió que se sacara una carrera. Ella aceptó, pero tenía claro que tendría que ver con el mundo de la comunicación. Ella cumplió su promesa e incluso ejerció y, pese a que ahora no escribe, no se puede decir que haya abandonado la profesión.

La intéprete no sólo está conectada a la actualidad, sino que interviene en un programa de radio de la Cadena Ser y todavía aparece en algún espacio televisivo cada tanto. Y en el teatro y el cine también comunica. Y transmite. Eso no se puede negar.

--Pregunta: Usted era periodista de profesión, pero ¿cuándo sintió la llamada del teatro?

--Respuesta: Siempre me había gustado, pero en mi época no existía el boom que hay ahora. De unos años a esta parte, si la niña quiere ser artista, le buscamos escuelas, porque las hay de todo. Antes no era así ni estaba todo esto. Cuando salí de COU le dije a mi madre que me hacía ilusión estudiar teatro y me contestó que ni hablar. Así que busqué cualquier cosa fuera de Mallorca y que tuviera que ver con comunicación, lo tenía clarísimo. Terminé la carrera, hice cursos de voz para hacer radio y los compañeros de redacción me animaban a hacer interpretación. Yo no lo tenía claro y, realmente, mi vocación es esta. No me he desvinculado del todo del periodismo, sí de la redacción, pero me gusta colaborar en televisión, radio…

--Y en el mundo de la interpretación ¿le interesaba la vis cómica? Porque ha hecho bastante drama recientemente.

--Sí, últimamente, en el teatro, bastante. Y en tele también. También me ha ido bien tener, porque cuando ya salí había menos mujeres cómicas y te llamaban para hacer algo, un monologuito, y por ahí encontré un filón. Pero de pequeña me gustaba leer de forma muy dramática y cosas así. El teatro siempre me ha gustado mucho. Mis padres me llevaban y ya de pequeña me gustaba muchísimo. Así que tener vis cómica a veces es una ayuda, es una puerta que se te abre. Después tú misma vas eligiendo para que no te encasillen, porque lo cómico encasilla mucho más que el drama y al cómico no se le tiene respeto, nunca, y menos en este país, no se le tiene ningún respeto, ni uno. Mientras en Francia los veneran, aquí no, porque somos un país muy de la risa y parece que todos lo sabemos hacer. Y no es lo mismo salir a que se te rompa un zapato en una boda, que hacer esta misma escena cada día, repetirla, buscar el momento, el ritmo, meterle un texto, una interpretación, continuar con un personaje... Pero esto parece que cuesta entenderlo. Y parece que si haces comedia no te van a creer en drama, cuesta que lo crean. Cada vez menos, pero se le tiene muy poco respeto a la comedia, cuando es un género histórico, que junto a la tragedia nació en el teatro.

Llum Barrera / JOAN COLÁS - CRÓNICA DIRECTO

Llum Barrera / JOAN COLÁS - CRÓNICA DIRECTO

Llum Barrera en el Teatre Goya / JOAN COLÁS - CRÓNICA DIRECTO

--Y, en general, tiene más público.

--Sí, sí. El público elige y va a lo que le gusta. Es verdad que la gente pide comedias, claro. Y no es fácil hacer una buena comedia. Ni escribirla, ni interpretarla. Pero sí es agradecido, porque el público sale muy feliz. A mí me paran por la calle para darme las gracias por los momentos buenos que le he hecho pasar en alguna serie o programa, y te alegras. Ahora hay gente que me ha visto en La caza por Netflix y me felicitan también, pero me dicen que no sabían que era actriz, actriz de drama, además, como si lo otro no lo fuera.

--Y también está que en teatro sí se la ha visto más en esos papeles

-- En el teatro me he arriesgado más, porque si quisiera podría estar cada año haciendo la comedia del año tanto en Madrid como en Barcelona, que siempre me ofrecen. Pero yo siempre he querido arriesgarme, me he producido yo dramas o cosas que salían un poco de mi personaje de Llum Barrera. Tampoco me he dedicado a hacer monólogos por bares ni me ha interesado hacer la graciosa. Me tensa mucho, no lo paso demasiado bien, cuando debo salir y ser la graciosa. No se tiene a la comedia como un arte.

--Esta ‘Terapia integral’ es una mezcla de drama y comedia, ¿no?

--Sí, aunque es una comedia. Es gente que va a hacer terapia sin saberlo, como le pasa a mi personaje. Además, la gente que necesita hacer una terapia es porque tiene algo no resuelto en su interior. Y esto de hacer terapias de todo tipo está muy de moda. Aquí, es a través del pan. Mientras hacen pan comienzan a salir los demonios y se hacen unos silencios en la platea… Uno se pregunta quién es si es feliz... Unas preguntas que te haces de vez en cuando, con miedo. Es una comedia con un trasfondo muy interesante.

Abel Folk y Llum Barrera en 'Teràpia integral' / DAVID RUANO

Abel Folk y Llum Barrera en 'Teràpia integral' / DAVID RUANO

--¿Cómo es ese personaje desconfianza?

--Neus es una cardióloga que, independientemente del trabajo, es una mujer muy cuadriculada. No deja nada a la improvisación y llega a esta terapia y flipa, porque ella venía a hacer un curso de pan. Después se da cuenta de que la vida debe vivirse con un poquito de frescura e improvisación, pero el cambio le cuesta.

--¿Comparte algo con ella?

--Bueno, soy bastante cartesiana, me gusta mucho el orden, porque mi trabajo es muy desordenado, puedo ir de aquí para allá, por eso necesito ese orden en mi vida. Eso sí, tras la pandemia, he aprendido que no puedes hacer planes más allá de tres meses. Además, en este trabajo, a la que recibes una llamada de trabajo te puede cambiar su vida. De hecho, mi vida tiene una gran parte de improvisación, y con tanto ajetreo en mi casa no tenemos días moscosos, no los he tenido nunca, ni los tendré nunca.

--Una de estas llamadas es la que le ha hecho regresar a Barcelona, tras 14 sin pasar por los escenarios barceloneses. ¿Por qué ha pasado tanto tiempo?

--La última vez que vine hice Mort de dama y cuando llegué a Madrid descubrí que estaba embarazada. Regresé después para rodar Polseres vermelles, pero en un rodaje puedes ir y volver el mismo día. En el teatro, no. Tuve ofertas durante este tiempo, pero no podía, y la verdad es que no he parado de hacer teatro en Madrid. He ido siempre haciendo teatro y otras cosas, y no he tenido la necesidad ni la oportunidad de venir aquí a hacerlo.

--¿Y qué tal el regreso?

--Hombre, me ha hecho mucha ilusión. Además, el texto es de Cristina Clemente y Marc Angelet, y tenía ganas, porque ella había contactado conmigo otra vez y fue imposible. El texto me ha gustado mucho, tiene chispa, es muy divertido. Hay un muy buen reparto, y gente de la profesión me dijo que estaba superbién. Y vine. Todo estaba a favor. Llevaba casi seis meses seguidos haciendo La ternura y no está mal hacer un cambio y volverme a dejar ver por Barcelona, reencontrarme con amigos y gente de la profesión. Tenía muchas ganas de volver, y me lo estoy pasando teta.

La actriz Llum Barrera en los premios Gaudí / EP

La actriz Llum Barrera en los premios Gaudí / EP

--Para ir acabando, ¿qué nos explica este pan de nosotros?

--Hay una frase que dice el gurú de la función: si no estás bien contigo mismo, no puede hacer un buen pan. Parece una frase tonta, pero tiene parte de verdad. La cocina es un placer cuando lo haces a gusto. Cuando no, es un calvario.

--¿Y el teatro igual?

--Sí, sí. El teatro es un gusto cuando lo haces a gusto. Cuando no, sales todos los días frente a 500 personas y te dan estos ataques de pánico. Yo, por suerte, nunca he tenido, pero lo entiendo, poque estás tan insegura… Yo no lo he vivido así, pero cuando pasas épocas muy estresadas piensas en no hacerla, aunque ese pensamiento dura cinco minutos y la haces. Es una terapia genial.

--¿Engancha?

--Mucho, porque en el teatro tú puedes tener dolor de garganta, de cabeza, de ovarios, pero cuando sales, como tu personaje, tú no lo tienes. Te olvidas que tienes algún dolor o alguna preocupación. A mí me sirve de terapia. Me encanta.

Llum Barrera en el Teatre Goya / JOAN COLÁS - CRÓNICA DIRECTO

Llum Barrera en el Teatre Goya / JOAN COLÁS - CRÓNICA DIRECTO

--¿Y qué le queda por hacer en este mundo del teatro? ¿Sigue con esa capacidad de seguir explorando?

-- Siempre, porque si no, te aburres mucho. Me gusta mucho investigar cosas nuevas, quedarte siempre con lo mismo me aparece aburrido. Yo me aburrí enseguida del rollo de hacer monólogos. Lo hice al principio como para darme a conocer, pero creo que es aburrido, siempre soy yo fingiendo que me han pasado estas cosas.

--Con el riesgo de que hay gente que se lo cree

--Mucha gente se lo cree. Me han caído broncas después de que alguien viera un monólogo y pensara que era yo que me estaba metiendo con el gremio del taxi, por ejemplo, o el de los panaderos. ¡Es un guión que me han escrito!

--Además se está poniendo complicado lo del humor.

--Se está poniendo complicado, pero por suerte pasamos un rato. Por suerte, tú has de tener poca vergüenza y hay mucho más público menos tiquismiquis. Si tienes que ser tiquismiquis, no vayas a ver comedia, no pongas la tele. Si todo debe ser un problema, no lo pongas, no lo mires. El humor es la mejor terapia.