Aitana Ocaña está atravesando una etapa de cambios. Después de su ruptura con Miguel Bernardeau y su nueva relación con Sebastián Yatra, la cantante catalana ha decidido dar un giro radical en su estilo musical con su nuevo proyecto, αlpha, y romper con toda su vida anterior.
De hecho, la artista de Sant Climent de Llobregat confirmó este domingo a través de un directo en su perfil de Instagram que había eliminado un disco que ya tenía preparado para componer uno nuevo desde cero durante su última estancia en Los Ángeles el pasado mes de enero, ciudad a la que viajó con Yatra. Ella misma aseguró que se había tenido que enfrentar a algunas situaciones complicadas que la habían llevado a preparar este nuevo trabajo.
Ruptura total
Como explicó la joven, en este nuevo trabajo solo tendrán cabida sus singles previos En el coche y Formentera. De esta manera, la intérprete deja fuera del proyecto la canción Berlín, tema que compuso cuando tuvo que enfrentarse a una relación a distancia con Bernardeau por sus respectivos trabajos, Otra vez y Quieres. Una forma de romper con su pasado.
Todos estos sencillos seguían un estilo más urbano con bases de reguetón, muy alejado de los avances que ha presentado de su nuevo álbum. La nueva etapa de la artista recuerda estilos como el techno, el house, el dance o el hyperpop. La intérprete de canciones ha escogido la primera letra del alfabeto griego para simbolizar a la nueva generación que llega detrás de la suya.
Nueva era
Este viernes 30 de marzo la joven estrenará la primera canción de su nuevo álbum, Los Ángeles. La artista de Sant Climent de Llobregat ha compartido a través de sus redes sociales un avance del tema en la que los versos son de lo más reveladores sobre cómo podría haber comenzado su relación con el intérprete de Tacones rojos.
"Mientras no sabían, yo te besaba a escondidas, eso nadie te lo hacía, me buscabas, me comías. Pero fue culpa de Adán. Cuando Eva se perdía y otra manzana mordía, nuestros labios se miran", se puede escuchar en el tema. Muchos de sus seguidores han relacionado estos versos con una posible infidelidad por parte de Aitana a su expareja, Miguel Bernardeau.