Pol Monen (Barcelona, 1994) lleva una carrera imparable. Fue mudarse a Madrid y las ofertas no paraban de lloverle, hasta el punto que no pudo acabar su formación con Carlos Coraza. Su currículum lo hace evidente. Ya de niño trabajó con Almódovar, quién le dio su primer papel en La mala educación, después llegaría Judith Colell y su Elisa K y Patricia Ferreira con Els nens salvatges. Pero no fue hasta 2017 con Amar cuando recibió su nominación al Goya a mejor actor revelación.
Desde entonces ha combinado cine y televisión sin parar y ha tratado de no encasillarse en el papel de chico guapo para series de adolescentes. Nit i dia o Desaparecidos es un claro ejemplo de ello. Y desde hace un tiempo apuesta por la comedia. Si se apuntó a la comedia de Hugo Martín Cuervo de ¿Con quién viajas?, ahora llega La novia de América, que le ha supuesto su primer rodaje en México.
'La novia de américa'
La película cuenta con unos grandes de la comedia Miren Ibarguren y Eduardo Casanova. El catalán no puede estar más encantado. Él es el hijo del protagonista, que se va a casar con una mexicana y la idea no le convence. Las etiquetas le pueden, y eso que a él le hubiera gustado contarle a su padre que es gay y está casado.
La comedia es sólo un pretexto para poner sobre la mesa todos los prejuicios que uno tiene, incluso cuando es víctima de ellos. Una de las razones por las que Monen aceptó el papel.
--Pregunta: ¿Cómo fue rodar en México?
--Respuesta: Muy divertido. Yo creo que este ha sido uno de los rodajes más divertidos de mi vida. O sea, dos meses en México, había bastantes casos de Covid y estábamos juntos en el mismo hotel… Fue prácticamente un Gran Hermano. Estaba Miren Ibarguren, que es una tía que, además de muy buena actriz, es divertidísima también en su vida. Edu Casanova, Pepa Charro, Ginés García Millán... La verdad es que hicimos muy buen grupo. Fue muy divertido.
--Ahora te estamos viendo más en comedia, ¿te está gustando? ¿Te sientes cómodo?
--Es verdad que al principio no me sentía del todo cómodo porque no lo he hecho tanto. Estaba al lado de actores que han hecho esto toda su vida, prácticamente. O sea, Miren y Edu, sobre todo, tienen muchísima experiencia en comedia, son Fórmulas 1 de comedia. He aprendido mucho y me lo he pasado muy bien. Estoy contento con el resultado porque veo que es algo distinto a lo que suelo hacer. Lo que intento es buscar buenas historias, algo que me mueva, que me emocione un poco, que me haga pensar, y un poco con lo que va llegando e ir escogiendo un poquito.
--La película juega con eso de las etiquetas. ¿Qué diría que nos cuenta esta comedia?
--Mira, la comedia siempre es un buen lugar para hablar de otros temas. La gente está relajada, se lo pasa bien, se ríe (espero) y además puedes hablar de otros temas de más calado, de más profundidad. En esta película, por ejemplo, se habla de la diferencia de edad, de la diferencia de nacionalidad, de orientaciones sexuales diferentes también. Plantea varios, no debates, te pone en varios escenarios y creo que al final lo que intenta es derribar esos prejuicios que todos tenemos a veces.
--¿Seguimos teniendo mucho miedo a la diferencia? Su personaje llega a mantener en secreto su homosexualidad con su padre.
--A mí me da pena pensar que en 2023 puedan existir casos así que, por ejemplo, el padre no sea consciente de que el hijo tiene pareja desde hace muchos años y que están casados. El padre no solo no ha sido invitado a la boda, sino que no sabe nada de esto. Pero sí pasa. Y en España, no te tienes que ir lejísimos. Entonces, creo que es positivo el hecho de que esta película pueda ayudar a normalizar muchas cosas que deberían ser normales desde hace tiempo.
--¿Y cuán importante es la sinceridad como la del personaje de Miren?
-- Bueno, lo de la primera escena es un sincericidio, pero es muy divertida. Creo que sí, hace falta ser sincero e ir de cara. No sé si tan de cara, tan frontal, porque esa escena es muy violenta, pero es tan divertida.
--Hablábamos antes de su carrera y de cómo elige según llegue y la importancia de variar. En esta ocasión han rodado en México. ¿Se plantea rodar más fuera?
--Sí, la verdad que sí, es algo que siempre he tenido en mente. Ha sido muy divertido rodar en México. Tiene una gran producción de cine, la calidad de su cine es impresionante y la de muchas series que se están haciendo allí. Luego tienen muy buenos directores: Cuarón, Guillermo del Toro, Iñarritu… Hay mucha industria también.
--¿Le gustaría rodar con alguno de ellos?
--Hombre, sería muy guay. Diría que nunca he hecho prueba para ninguno de ellos.
--¿Y tiene algún director o actor con los que le encantaría trabajar?
--Hay mucha gente con la que tengo ganas de trabajar, y a veces lo guay es cuando te toca y no te lo esperas. Por ejemplo, me gusta mucho Lola Dueñas, Nathalie Poza. De Reino Unido, me gusta mucho Joshua Connor, que es un tío que está haciendo una carrera interesantísima. Hace desde pelis indies a The Crown, va combinando los proyectos más pequeños con algunos más grandes, y me parece bastante interesante.
--Veo que tiene muchos y variados referentes ¿Pensó desde el primer momento que quería ser actor?
--Lo he querido desde niño, lo que pasa es que no pensaba que fuera a ser tan rápido, pensaba que iba a costar más. Yo era muy consciente de que era difícil, tengo muchos amigos que son actores, entonces pensé que igual me llevaría más tiempo, y no, fue prácticamente llegar a Madrid y empezar a trabajar al año.
--Pero usted es catalán, donde hay mucha industria. ¿Siente que ahora hace falta irse a Madrid, que está más potente en ese sentido?
--No es incompatible tener una carrera y vivir en Barcelona o en otras partes de España. Creo que hoy en día, con el AVE, estás en todas partes súper rápido. Lo que pienso es que en Madrid hay más producción, y esto es un hecho, o sea, ahora mismo se está rodando bastante. Pero después de Madrid está Barcelona, tampoco me he ido de un sitio donde no hubiera nada, hay muchos rodajes también en Barcelona, se están haciendo cosas súper interesantes. El año pasado estuve trabajando en una obra de teatro, aquí en el Teatro Nacional de Cataluña, y luego también rodé citas también en Barcelona, que es la tercera temporada.
--¿Cuándo va a salir esta tercera temporada?
--Pronto, pero no tengo fecha, pero será este año seguro, 2023 segurísimo, y tiene un reparto muy guay en esta nueva temporada. Está Belén Cuesta, Clara Lago, Carmen Machi, por ejemplo. Yo estoy muy contento con lo que rodamos.
--¿Cómo se sintió con la experiencia en el TNC? ¿Le gustaría hacer más teatro?
--A mí me gustaría. Siempre es algo que me da bastante respeto, porque me gusta mucho el teatro. No había hecho nada de teatro hasta esta obra y le tenía bastante respeto. De hecho, había dicho que no a una obra en el Teatro Español, porque me daba un poco de miedo, no me sentía preparado. Pero esta vez estaba bien, era una historia que me gustaba, también el personaje y dije, venga, me tiro.
--¿Aún tiene esos miedos?
--Sí, a veces sí. No sé, es que no lo había hecho antes. Y también estrenarte en teatro como el TNC, que es de los más importantes aquí en Barcelona, impone un poco. Era un protagonista también… y al final me atreví. Aun así, soy consciente de que no es tan fácil. Esto requiere una preparación.
--Habla ahora de preparación, antes dijo que no se esperaba que cuando empezó fuera tan rápido… ¿Cómo ha sido todo?
-- Bueno, en Barcelona había estado en muchas escuelas de teatro, Nancy Tuñón, Eòlia, El Timbal… en varias, pero más de niño. Y luego en Madrid estuve cuatro años y medio en el Estudio Coraza, pero no terminé porque ya estaba trabajando bastante y el último año fue imposible. Tuve cuatro rodajes en cinco meses y no me podía reincorporar. Pero sigo en contacto y voy haciendo cursos, la formación creo que no termina.
--¿Es compaginable todo con la vida personal?
--Bueno, a veces hay momentos de más trabajo y otros estás un poco más tranquilo, forma parte de la profesión. A veces tienes que decir que no porque tienes dos rodajes y tienes que escoger y eso también es difícil. Pero forma parte de la profesión.
--Parte de la profesión está encantada con el trabajo que dan las plataformas, ¿diría que es un buen momento para el audiovisual o se teme la debacle de las plataformas como se ha dejado caer?
--Las plataformas han ayudado mucho a que haya más producciones, esto es un hecho. O sea, Netflix, no he contado las series que hace en un año, pero igual 15 en España, tranquilísimamente. Amazon tiene cinco o seis series en España, por lo menos. E igual me estoy quedando corto. No sé, realmente hay bastante producción. Entonces siento que hay muchos rodajes y más trabajo también para nuestra industria. También es un buen año para el cine. O sea, el año pasado fue un año bastante potente a nivel de festivales, aparecen otras voces en certámenes internacionales. Eso es algo muy positivo para nosotros. Se están haciendo cosas de bastante calidad.
--Claro, pero hay quien teme incluso por el cierre de las salas.
--Yo siento que es un poco como cuando decían que la tele se iba a cargar la radio. Pues no. A la gente que le gusta el cine va a seguir yendo al cine. Hay gente que igual se ha acomodado un poco y ya no va tanto y es una pena. Desde aquí hago un llamamiento, sobre todo a la gente joven, que a veces nos acomodamos un poco. Creo que como la experiencia en una sala no hay nada. Puedes tener una pantalla muy grande y un buen sonido en tu casa, pero la experiencia de ir a un cine y abstraerte durante dos o tres horas que dure la película o lo que sea, es algo que no se debería perder.
--Pues ya que está, ¿por qué debería ir el público al cine a ver su película?
--Porque es una comedia muy divertida. O sea, creo que realmente plantea unos temas que son interesantes, pero sobre todo porque van a pasar un buen trato. Después de estos años que hemos tenido, de pandemias y dificultades económicas, inflación y muchos otros temas que suenan fatal, ir a ver una comedia durante dos horas es una buena pausa y creo que la gente se va a reír con esta película. Además, te puede hacer pensar y te lo puedes pasar muy bien.