Hugo Martín Cuervo (Madrid, 1987) va a película por año. Si en 2021 estrenó Con quién viajas, el pasado 28 de diciembre de 2022 llegó a las salas con Todos lo hacen. Y ambas películas tienen muchas cosas en común.
Lo primero que destaca es Salva Reina, que repite con el director y asegura a Crónica Directo que lo volvería a hacer: “Es una persona y un director muy inteligente y muy capacitado. Viene de familia de cineastas y conoce todos los departamentos. Lo hace todo muy fácil”.
Junto a él está otra experta en comedia, Kira Miró, que hace de su esposa. Ambos, junto a dos parejas más, se encontrarán en una casa rural invitados por un dueño muy especial que aparece muerto al cabo de poco.
“Es una Agatha Christie a la española, desternillante, que te mantiene activo”, asegura la canaria. Y parte de razón tiene. El espectador entra dentro de la historia a través del humor y luego intenta descifrar qué ha pasado con el responsable del local.
En palabras de Reina, es “una comedia coral que sorprende porque no se va a encontrar con la comedia a la que se nos tiene acostumbrados, porque ataca la comedia por otros sitios menos convencionales”. Por eso le interesa y más en épocas en las que el humor está en horas bajas. No por el éxito en taquilla, sino por todos los vetos y barreras que se encuentra.
Miró tiene claro que pese a que “todos salimos de la pandemia con ganas de reír y la gente necesita la comedia, distraerse”, hay un muro que derribar. “La comedia cada vez se acota más, porque siempre va a haber alguna asociación de algo que se va a ofender por algo”, prosigue. “Cada vez hay más comedias y más ofendidos también”, sentencia.
A su director, Hugo Martín Cuenca, parece importarle poco. Le gusta la comedia y la usa no solo para darle otra forma, sino también para hablar de temas que le interesan. El título de esta lo pone sobre la mesa desde el inicio. Ese Todos lo hacen hace referencia a esas cosas que no deberían hacerse, pero en las que caemos casi por ver que otros desobedecen o lo hacen mal y se lucran por ello.
“Sobre todo lo malo se contagia enseguida, porque si él lo hace por qué yo no. En este caso habla de sobres b, cuentas en b y lo vemos en los que más mandan en nuestro país. Y si ellos lo hacen ¿por qué nosotros no?”, remata Miró para poner en evidencia el mensaje del filme.
Durante la visita a Barcelona de parte del equipo, el realizador expresa claramente que esa es su intención. “Me gusta que haya algo de lo que se hable un poco. En Con quién viajas había una crítica de los prejuicios, aquí es un retrato de las parejas y una reflexión sobre ese todos lo hacen, en el que se intenta escurrir el bulto”. Pero vuelve a lo mismo: “Hacer humor está siendo más difícil que nunca. Si metes a un político has de mirar que no signifique mucho porque te metes en líos, o la Guardia Civil”.
Lo dice por experiencia. Él mismo tuvo que poner en la película a guardias forestales a investigar el caso de manera provisional, porque el instituto armado consideraba que podían reírse del cuerpo. “Parece que queremos estar entre algodones y fijarnos en qué, quién y cómo nos reímos. Yo veía cosas de Berlanga y Juan Antonio Bardem y superaron la censura real riéndose de cosas muy potentes. Eso en la etapa franquista y piensas ¿qué nos está pasando? Porque tenemos que ir con mucho cuidado a la hora de hacer según qué chistes”, sentencia.
De hecho, la referencia a Berlanga no es baladí. El realizador se fijó en el maestro valenciano y en sus movimientos de cámara mientras los personajes permanecen casi estáticos en la escena. Porque le encanta jugar con el espacio. Y tiene una explicación. Y esa explicación nos la va a dar.
“Yo estudié la Resad y me gusta mucho la teatralidad porque te activa la imaginación. Si en Con quién viajas te obligas a no salir de un espacio, te obliga también ha inventar trucos para que el espectador se enganche. Aquí buscamos soluciones para que no se viera que es el mismo hotel. Me activa la imaginación y tal y como está el estado del cine español hay que tener ideas más sencillas para hacer cosas de estas”, confiesa.
--Dice “tal y como está el cine español”, o sea que pese al buen año sigue tocado.
--Muy tocado. Este año ha sido buenísimo a nivel de calidad, de los mejores de la historia del cine español y algunas de las películas han hecho buenas taquillas. Se intuye cierto cambio de paradigma, pero, aun así, la asistencia a las salas es bajísima. El público se ha dividido mucho. Esta aquel que decide ir a ver las espectaculares como Marvel y tal y luego el espectador de cine de autor que va a las salas. La clase media, en cambio, nadie va a verlas. Con las comedias en casa te ríes mucho menos y se debería ir al cine.
--¿Y la producción también se divide a la hora de apostar por películas medias que no van a plataformas?
--Esta destrucción paulatina de la industria en la pandemia y con la llegada de las plataformas reduce más el riesgo. Hay mucho remake, que está bien, pero tenemos un nivel de guionistas tremendo. Es normal que se reduzca el riesgo porque temen no recuperar el dinero porque la gente no va al cine. Y se hace una bola de nieve enorme. A eso se le suma que tras la pandemia se ha estrenado todo de golpe, cada semana hay muchísimas películas por estrenar cuando estamos en un momento en el que la gente menos va al cine. Luego también pecamos como industria de seguir lo que gusta. Si gustan las pelis familiares de Santiago Segura, todos hacen comedias familiares. Si sale algo diferente, todas van allí. Lo divertido es lo diverso. Hay mucha inseguridad en el medio. Sobrevivimos porque las plataformas son una gran tabla de salvación. Lo vivimos con la música y ahora pasa con el cine, seguramente vivimos en una época en la que consumismos más audiovisual que nunca, pero pagamos menos por ello. Eso es superdestructivo y complicado.
--¿Seguirá haciendo comedias? ¿Sabía que siempre iba a hacer comedias?
--Yo siempre que pueda reírme desde el thriller, que siempre tuve claro que me gustaba, yo estoy encantado. Me llaman para comedias de encargos ahora, con más dramas. Haré más comedias si llegan y siempre intentaré atacarlas por sitios diferentes hasta que me dejen hacer mi thriller distópico, que no me dejan.
--¿Ya tiene guion?
--Sí. Llevo años moviéndolo y no hay manera de que me dejen.
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