Año intenso para Jorge Javier Vázquez. Ahora que el 2022 termina, el presentador ha querido hacer balance de esta época tan complicada. "Seré breve y conciso: a tomar por saco el 2022", resume el de Badalona en las primeras líneas de su discurso. "Comenzamos el año con la ómicron en todo su esplendor y cuando no estaba inaugurado del todo empezó la guerra de Ucrania. A un año así solo le podemos desear que se vaya con viento fresco. Le queda nada y menos para despedirse. Que cierre la puerta al salir", expresa el conductor de Sálvame.
Durante los primeros meses, el filólogo estuvo inmerso en su obra de teatro Desmontando a Séneca en Madrid. Sin embargo, fue una "mala época para hacer teatro". Y es que a la pandemia del coronavirus se sumó la guerra de Ucrania y el impacto inicial de la población a las imágenes de los bombardeos. "El miedo metido en el cuerpo. Y la vida seguía, y poco a poco la gente fue recuperando el pulso de la vida cotidiana. No existe peor juez que nosotros mismos. Nadie mejor para boicotearnos que nuestra propia conciencia", apunta Vázquez.
Responsabilidad
Además, la experiencia teatral de JJ no siempre fue fácil: "Recuerdo los viajes de vuelta a casa, aguantándome las lágrimas, sepultado por el peso de la responsabilidad. Pensando en qué hacer para que viniera más gente a verme". "Uno debe ser exigente consigo mismo pero no hasta el punto de hacerse daño. De mi experiencia en Madrid lo peor es que se me quitaron las ganas de hacer teatro", considera el comunicador.
Por varias razones: "Porque ya no tengo ganas de lidiar con la responsabilidad de tener que llenar plateas porque me llame Jorge Javier Vázquez. Porque estoy cansado de tener que estar a la altura de las expectativas que los demás han depositado en mí. Porque tengo que aprender que mi autoestima no puede verse dañada por la respuesta ajena. Porque este trabajo nuestro provoca placer, pero también mucho sufrimiento. Porque este trabajo, por mucho que nos guste, es solo trabajo".
Un número impar
Ahora Jorge Javier cree que es el momento de "vivir" y que este 2023 es una oportunidad, ya que confía en los "números impares". "Soy anárquico, desordenado, caótico e imprevisible. Soy un impar en toda regla. Me gusta el orden pero con matices. Lo lógico pero aliñado con un poco de locura. Vivir sin cinturon es que me opriman. Y cada vez más, la vida aventurera. Detesto pensar que nada me puede ya sorprender. Que todo está hecho. Dar las cosas por sentado", escribe.
No obstante, el presentador de programas de Telecinco prefiere sacar el lado bueno de su año. "Que claro que me gusta la diversión, el jaleo y estar bien arriba de ánimo. Pero que la vida no es solo eso sino que también es aprender a convivir con todos aquellos abanicos de sentimientos que conforman una existencia", explica.
Sentimientos
"No he sabido nunca estar triste porque no me lo he permitido y he vivido evitando ese sentimiento. Pero al final no te queda otra que aceptar que la vida también es esto. Convivir con la tristeza, abrazarla y escuchar qué te quiere decir", expresa. Y Vázquez aprovecha para hacer una crítica: "Hacer oídos sordos cuando aparece en nuestras vidas es otro de los grandes síntomas de la precaria educación sentimental que hemos recibido".
El presentador termina con un mensaje a sus seguidores: "Desconozco con qué estado de ánimo estarás leyendo estas líneas. No te sientas raro porque la felicidad que parece invadir a los demás no brinque también dentro de tu cuerpo y de tu mente como un adolescente. Piensa que si te pasa eso quizás es porque estás siendo honesto contigo mismo y con tus sentimientos. Y fíjate, no encuentro mejor modo de empezar el año. Ser sincero con la persona con la que vivimos los 365 días del año: uno mismo".