La muerte de Carlos Marín sacudió al mundo. El cantante de Il Divo fallecía a los 53 el pasado de 19 de diciembre en un hospital de Manchester donde ingresó por Covid.
Los gestos de apoyo a la familia, las condolencias y las muestras de cariño no se dejaron de suceder. Pero al parecer no todo el mundo se mostró tan afectivo.
Quejas
La madre del barítono ha escrito un libro acerca de la vida de su hijo en el que no deja muy bien a la banda que le dio el éxito. "Se han portado regular no, mal. Y así lo cuento", reconoce. "No se despidieron de él y no me han dado el pésame, todavía", subraya.
La hermana del artista, Rosa Marín, suscribe las palabras de su madre. Asegura que Il Divo, "a los tres días de estar ingresado mi hermano en el hospital, buscaron un sustituto y ya tenían a Steven LaBrie. Nadie les había dicho entonces qué iba a ocurrir con mi hermano".
Problemas con la herencia
La familia no lo está pasando bien. Si en vida eran felices y participaban del éxito de Carlos, su muerte los dejó echó polvo, pero no han dejado de tener problemas desde entonces, sobre todo con la expareja del cantante, Geraldine Larrosa.
La intérprete conocida como Innocence heredó un piso de Marín que si bien está valorado en 700.000 euros, sobre él pesa una hipoteca de 300.000 y quiere que la familia se haga cargo de ello. Madre e hija fueron claras al respecto: "eso está en manos de los abogados".