Rochero, autor de ‘Hijo de Putin’: “No me importa que me llamen oportunista, describo la realidad”
El intérprete denuncia la hipocresía instalada en el poder, llama “sinvergüenzas” a los políticos y aspira a que su canción se convierta en un himno para la juventud
3 julio, 2022 00:00Carlos Alberto Muñoz Medina (1995), más conocido artísticamente como Rochero, es una de las figuras emergentes del mundo de la música de género urbano en España. Nacido en el barrio de Las 600, en Puertollano (Ciudad Real), irrumpió en la escena musical a principios de 2021 de la mano del sello discográfico español Roster Music. Desde el minuto uno, el intérprete hace honor a sus raíces y a su origen a través de su nombre artístico. En Castilla-La Mancha, el término rochero se usa para describir a toda aquella persona fiestera, con ganas de vivir, que no para quieto en su casa.
Tras terminar sus estudios de bachillerato, ha trabajado tres años en el check-in de la estación de Renfe de su municipio y otros dos en la tienda de animales exóticos de su hermano. Hoy, a los 27 años, cuenta ya con seis temas en el mercado: Llamada Perdida, A Lo Bad Gyal, Perdona, Tu Ubicación, Pa' morirme de amor e Hijo de Putin. Esta última se trata de una canción de protesta estrenada este mismo viernes, 1 de julio, y que pretende convertir en un himno para la juventud.
--Pregunta: ¿Por qué dar el salto a la música urbana? ¿Cómo era su vida antes?
--Respuesta: Mi vida era la de un chaval que tenía su trabajo y se levantaba cada día a las seis de la mañana para ir a trabajar al check-in de la estación de Renfe en Puertollano. Siempre había tenido el gusanillo de la música; había tocado la batería, pero nunca me había planteado dedicarme a ello profesionalmente hasta que un día, aquí, en Puertollano, conocí a un productor musical. Me sentía más identificado con la música urbana que con cualquier otro género. Produje mi primer tema con el nombre de Charlie Moon, pero cuando firmamos con Roster decidimos cambiarme de nombre y llamarme Rochero.
--¿Qué significa para usted ‘Hijo de Putin’?
--Hijo de Putin es una proclama que explica el desencanto de los jóvenes que ven peligrar su futuro. No es solo contra Putin, si no contra todo el mundo político. Los jóvenes tenemos que luchar por nuestros derechos, echarle un par a la vida y salir adelante. Reconozco que me gusta hablar de política.
--¿Una canción de protesta?
--No ha sido solo cosa mía. Comiendo con mi jefe, Ricardo Campoy, hablábamos de política. Fue a él a quien se le ocurrió hacer una canción de estas características, los dos nos sentíamos identificados con la idea. Así surgió.
--¿Le importa que le tilden de oportunista?
--A mí no, pero al productor quizá sí. Lo último que queremos es que nos digan que somos oportunistas cuando lo único que estamos haciendo es describir la realidad. En la canción no estamos contando ninguna mentira, es lo que se ve día a día.
--¿Podría calificarla de ‘soft’ por el hecho de decir que queremos “vivir en una ‘happy hour’ y en paz”?
--No. La canción está cargada de mensaje. Happy hour es como cuando llegas a una discoteca y de doce de la noche a dos de la madrugada las copas están más baratas. Es transmitir un mensaje para la juventud y que se sientan identificados.
--¿Qué debería ocurrir para que eso pasara?
--Muchas cosas. Deberían alinearse muchos astros. Lo primero, que a nadie le faltase de comer, vivimos en un país que se vive bien, democrático, pero hay gente que está pasando hambre, con familias enteras sin trabajo o trabajos muy precarios que tienen que alimentarse. No se puede permitir que una familia con dos o tres hijos esté comiendo poco o nada.
--Llama ladrones, sinvergüenzas e hipócritas a los políticos. ¿Tiene miedo a las consecuencias que pueda generarle la letra? ¿Mete a toda la clase política en el mismo saco?
--No. Ya no es solo la política en España, es la política en general de muchos países, en un mundo globalizado. Aunque nosotros nos lo callemos, lo vemos día a día. En referencia al miedo, no tengo, no digo nada fuera de serie ni raro. Es la forma que tengo de expresarme.
--¿'Hijo de Putin' es el principio de una línea de canciones de protesta?
--No. He sacado este tema porque me pareció buena idea sacar esta canción de protesta, pero eso no quiere decir que ahora vaya a sacar cuatro sencillos de este tipo. Igual te saco un reguetón, un flamenco, que un pop. Voy a seguir con mi línea, que es con la que me siento más cómodo.
--¿Qué siente cuando se escucha sonar en las discotecas?
--Cuando empecé no me esperaba nada. Cuando firmé con Roster pensé: "¡Joder, vamos a hacer música profesional!". Cuando escucho una canción mía en la discoteca se me ponen los pelos de punta y cuando escucho a la gente cantarla ni te cuento. Me transmite muchísima felicidad.
--De las seis canciones que ha sacado hasta ahora ¿con cuál se queda?
--De los seis temas me quedo con el que he sacado antes de Hijo de Putin, Pa' morirme de amor. No es que sea el mejor tema que haya sacado, simplemente considero que es el mejor que he hecho nunca. Combina la bachata, el tech-house, muchos géneros. Además, es súper completa porque te cuenta una historia y me mola muchísimo. Aunque, sin duda, para mí el que más me marcó fue Llamada perdida. Fue el primero y el más autobiográfico de todos porque está escrito de mi puño y letra. Lo que cuenta, me ha pasado a mí.
-- Volviendo a la canción de protesta, y teniendo en cuenta los casos de Valtònyc o Pablo Hásel... ¿cree que le podría pasar a usted?
--No. En ningún momento cuento la historia como la han contado ellos. He puesto el nombre de Putin por lo que está pasando en Ucrania con la guerra, pero nada más. Es como un poco para globalizarlo todo.
--¿A partir de qué punto cree que se vulnera la libertad de expresión y cuáles son los límites para usted, si cree que tiene?
--No me gusta poner a nadie verde en una canción. No es mi línea. No me gusta insultar ni meterme con nadie. En Hijo de Putin he llegado al máximo de lo que podía decir.
--¿Podríamos verle pronto en una colaboración con Omar Montes?
--Ya sabes cómo es esto de la música. Un día estás abajo, un día arriba. Claro que se puede dar con Omar y con otros artistas. A Omar lo conocí hace un par de años en el estudio de Chus Santana. Yo estaba grabando una canción con Chus y él se presentó allí. Luego he coincidido con él en un concierto suyo en un evento de Los 40.
--Para el futuro ¿cuáles son sus próximos proyectos?
--Tengo como 63 canciones en las que he trabajado este año. Puedo sorprender al público con cualquier cosa.
--¿Se puede vivir a los 27 años de la música?
--Si se puede vivir, depende. Los artistas tenemos que tener conciertos para poder subsistir, así que si hay conciertos, sí. Sin embargo, ahora mismo, se necesitan bastantes números para generar dinero y poder salir adelante.
--¿Espera grabar un disco?
--Estamos trabajando single por single, los discos están desapareciendo y cada vez se tira más de plataformas digitales. Aunque, si todo empieza a dar su efecto bien, bien, bien sí que habría posibilidades de sacar un disco.
--¿Cómo es su vida ahora?
--Ahora no me levanto a las seis de la mañana. A las diez de la mañana me voy al estudio y ya muchos días como allí. Quizá salgo a las diez de la noche. El estudio no tiene ni ventanas, y aunque parezca raro me puedo pasar horas y horas allí sin darme cuenta de que me han pasado 12 horas, porque se me han pasado volando. Creo que eso es señal de que lo estoy haciendo bien.