Marta Peñate es el parásito del año. La concursante resiste una semana en Supervivientes y ya ha visto cómo la audiencia la salva semana tras semana, pese a su expulsión inicial.
Durante el mes que lleva casi en solitario en el reality ha mantenido el tipo. Ha logrado pescar y conseguir comida por ella misma. Y además no ha perdido el sentido del humor. Claro que también se ha venido abajo y ha sufrido algunos percances.
Problemas con el fuego
Su última aventura le podía haber salido muy cara. Un terrible accidente por poco acaba con ella en llamas. La canaria trataba de encender la leña y se quemó un mechón de pelo en el intento.
Por suerte, rápidamente pudo apagar el fuego que le quemaba el cabello, pero el susto que se llevó fue terrible. Al borde del llanto, la concursante aseguraba no poder más con tanta desgracia.
Más problemas
Y es que por mucho que le ponga voluntad y esfuerzo, los últimos días le ha pasado de todo. Tras la marcha de su novio, Tony Spina, y animada por poder pescar se metió en el agua y se le cruzó una mantarraya que la dejó con los pelos de punta.
"Hasta aquí llegó mi aventura en el mar", aseguró. Con su manera de explicar las cosas, Marta hizo estallar de risa a los espectadores cuando relataba los hechos: "No era una mantarraya, era la madre de las mantarrayas, me electrocuto y me quedo aquí". Por suerte no pasó. Ni se quemó ni se electrocutó ni abandonó el concurso.