Álex Ubago: “Confieso que ya no escucho discos en formato físico”
El cantante hace un repaso de sus 20 años de carrera a través de sus temas más míticos en su último álbum
7 junio, 2022 00:00El canto a la melancolía y la nostalgia cumple 20 años. Álex Ubago (Vitoria, 1981) celebra que su carrera va para largo con su nuevo disco, compuesto por 18 canciones en colaboración con otros artistas que revisitan los mayores éxitos musicales de su trayectoria. El álbum cuenta con la participación de artistas como Antonio Orozco, Álvaro de Luna, Pablo López, Álvaro Soler, Beret y Andrés Suárez en canciones como Sin miedo a nada, A gritos de esperanza y Sigo aquí.
El cantautor repasa su trayectoria en un encuentro con Crónica Directo. "Vienen a mi mente todos esos recuerdos de aquel Álex que empezaba, toda esa ilusión e inocencia. Pero también es bonito ver lo bien que están envejeciendo las canciones. Al volver a entrar en el estudio a regrabarlas me he dado cuenta de que me sigo sintiendo representado con lo que dicen esas letras", asegura el compositor.
--Pregunta: Cumple 20 años en la música. ¿Cómo se siente?
--Respuesta: Es una mezcla de sensaciones. Estoy muy agradecido con mi público, con mis fans, por el darle tanto cariño a mi música durante este tiempo. 20 años no se cumplen todos los días y lo estoy celebrando con este disco tan especial en el que estoy muy bien acompañado. Es un recopilatorio de mis temas más importantes al lado de grandes artistas y amigos, y estoy muy agradecido también con todos ellos. Ninguno dudó un segundo en aceptar mi invitación y querer acompañarme en este proyecto. Eso me ha hecho sentir muy querido por mis compañeros.
--Cuenta también con artistas más jóvenes que se inician ahora en la música.
--Entre los invitados del disco hay una mezcla entre artistas más veteranos y cercanos a mi generación, y otros más emergentes. Quería contar con esos artistas jóvenes que escucho a día de hoy y con los que me siento identificado y darles voz igual que hicieron conmigo otros artistas cuando yo empezaba. Ha sido muy bonito descubrir que la mayoría de ellos de alguna manera habían crecido con mis canciones habían significado algo especial en algún momento de sus de sus vidas.
--¿Cómo se sintió al revisitar todos sus temas?
--Vienen muchos recuerdos de cuando escribí esas canciones. Sobre todo, las de los primeros discos, que muchas de ellas las escribí hace incluso más de 20 años, en la época en la que terminaba el instituto y empezaba la universidad. Parece mentira, pero hace mucho de eso. Vienen a mi mente todos esos recuerdos de aquel Álex que empezaba, toda esa ilusión e inocencia. Pero también es bonito ver lo bien que están envejeciendo las canciones. Al volver a entrar en el estudio a regrabarlas me he dado cuenta de que me sigo sintiendo representado con lo que dicen esas letras. En parte es porque quizás mi manera de hablar sobre el amor y el desamor en todos esos temas es muy amplia y cualquiera se puede sentir identificado.
--Cuenta con 18 canciones y 18 colaboraciones. ¿Le costó cuadrarlo todo?
--Sí, y además en época de pandemia. Todo el proceso duró unos seis meses, fue la primera mitad del 2021, que no era la época más fuerte de la pandemia, pero todavía estábamos con muchas restricciones y eso la verdad que lo complicó todo bastante. Ha sido un disco como los buenos platos de la cocina de nuestras madres: cocinado a fuego lento. Me lo he tomado con calma, eran muchos temas y lo quería hacer bien hasta estar satisfecho con el resultado y los arreglos de cada una de las canciones, las colaboraciones y que cada uno de los invitados se sintieran a gusto.
--¿Cómo escogió las canciones del disco?
--Suelen decir los cantautores que las canciones son como hijos y las quieres a todas por igual. Todas son especiales y el tema de la elección del repertorio fue un proceso en el que también me tomé mi tiempo. Tuve muy en cuenta mis propias sensaciones y mi gusto personal, pero también a mis fans y las 12 o 13 canciones que tenían que estar ahí sí o sí porque han sido las más importantes, como los singles de cada uno de mis discos, las más escuchadas y las que más han conectado con la gente. También me di un espacio en el disco para cuatro o cino temas que, aunque igual no han sido los más conocidos, había una relación especial a nivel personal con ellos.
--¿Siempre supo que quería un disco de colaboraciones?
--Se fue dando poco a poco. Al principio mi idea no era hacer un disco de colaboraciones en realidad, lo que quería hacer era un remake de mis canciones más importantes, regrabarlas y darles un aire nuevo a nivel de sonido. Durante la grabación en estudio se me ocurrió llamar a algunos compañeros para que hubiera invitados que me acompañaran en el disco. Fue tan bonita su respuesta que supongo que me fui viniendo arriba y empecé a llamar a más artistas. Para cuando me di cuenta, había tantos invitados en el disco que decidí que fuera entero de duetos.
--¿Cómo decidió las canciones de los artistas que participaron?
--Ha dependido del caso. Ha habido algunas en las que yo ya tenía una idea en la cabeza y me las imaginaba en la voz de uno de los artistas como, por ejemplo, con Antonio Orozco, que fue además el primero a quien llamé para proponerle Ella vive en mí. Por alguna razón, esa canción siempre me la había imaginado en su voz, así se lo transmití y a él encantó la idea. En cambio, hay otras como, por ejemplo, Sin miedo a nada con Beret que fue Fran quien, cuando le llamé sin ninguna canción concreta, me dijo que quería estar, pero con ese tema. Me encantó la idea porque creo que es algo diferente. En el caso de Nil Moliner, él fue quien eligió Míranos, Sofía Ellar decidió Y ahora porque era una canción muy especial para ella en una historia de amor que había tenido, y Álvaro Soler escogió Por tantas cosas, que es una canción que les escribí a mis padres hace tiempo y él me confesó que hace años también era un tema que le había marcado. Hay una relación muy bonita entre los temas y los artistas invitados y de alguna manera es como si cada tema hubiera elegido a su a su artista invitado y viceversa. Ahí me di cuenta de que muchas de mis canciones habían formado parte también de la vida de todos esos artistas.
--A nivel de sonido, ¿qué quería expresar?
--La idea era jugar con las canciones, pero tampoco quería que cambiaran demasiado porque lo que quería era regrabarlas. Muchas son de los primeros discos y mi voz ha cambiado mucho desde entonces. Tenía ganas de grabar esos temas con mi voz de ahora, pero que mantuvieran la esencia y la personalidad que caracteriza mi música con un toque más actual. Aunque hay dos o tres temas que sí nos hemos atrevido a cambiar más, en general, creo que mantienen bastante la esencia de los originales, pero suenan más actuales, contundentes y potentes.
--Una de las colaboraciones es con su madre. ¿Por qué decidió contar con ella?
--Ha sido un puntazo y era una cuenta pendiente que tenía desde hace mucho tiempo. Desde que tengo uso de razón recuerdo a mi madre cantando en casa. De hecho, ella cuando era joven estuvo a punto de empezar una carrera artística y dedicarse a esto, lo que pasa es que por circunstancias de la vida no pudo cumplir ese sueño. Ese sueño frustrado suyo lo vio cumplido en mí años más tarde. Siempre hemos compartido ese amor por la música, ella siempre me ha apoyado muchísimo y era algo que quería hacer hace mucho tiempo. Por fin he podido grabar algo con ella y además en una canción muy especial, porque es un tema que yo le escribí a mi hijo. Al interpretarla con ella, se crea una conexión de tres generaciones de nuestra familia y se cierra un círculo muy bonito con una carga emocional muy fuerte para mí.
--¿Qué importancia tuvo su familia para su carrera?
--Mucha importancia y mucho apoyo. Yo soy hijo único y un primo mío fue clave en mis comienzos porque él tiene un bar en Donosti, donde yo vivo, y mi primera maqueta llegó a manos de la persona que es mi manager todavía a día de hoy porque la tenía mi primo en su bar y mi manager fue un día. Fue todo un cúmulo de casualidades. Más concretamente mis padres, siempre me apoyaron mucho, sobre todo en la primera época. Para mí fue muy importante cuando yo estaba en la universidad estudiando una carrera que no me gustaba, que era Administración de Empresas. Entonces tenía miedo de tirarme a la piscina con la música y apostar porque piensas que realmente no te va a ir bien y que es un sueño imposible. Cuando decidí dejar la universidad y apostar por la música, mis padres me apoyaron a muerte. Tener ese apoyo en tu casa es súper importante, significó mucho para mí y, desde entonces, han estado siempre a mi lado.
--¿Con el disco quería reivindicar que la industria es colaboración y no competición?
--Tendemos a ponerle números y categorías a todo en la vida o hacer de todo una competición. Yo creo que la música no es una competición, todo lo contrario, es algo que está hecho para compartir y no hay nada más bonito que colaborar con otro artista. Supongo que es inevitable también compararse y mentimos si decimos que no nos hace ilusión estar en número 1 o tener millones de seguidores y de escuchas, pero en ese sentido, aunque soy una persona competitiva en otros aspectos de la vida, en la música no.
--¿Con qué aprendizaje se quedaría de estos 20 años?
--Es difícil responder brevemente a esta pregunta porque 20 años dan para mucho. Me quería con el aprendizaje de disfrutar de los momentos. Ahora que son 20 años en la música e inevitablemente miras para atrás y ves lo que ha pasado, te das cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y que merece mucho la pena vivir cada momento. Porque ese momento concreto ya no vuelve. También he aprendido que no tienes que quedarte con las ganas de hacer nada. No hay nada peor que arrepentirse de algo que no has hecho o no te has atrevido a hacer. Y luego, aprendizajes hay muchísimos a nivel más técnico, como el dominio del escenario. Mi primer concierto recuerdo que fue en Barcelona y estaba como un flan, me ponía súper nervioso. Cuando no tenía un instrumento en el escenario no sabía qué hacer con las manos ni cómo moverme. Toda esa parte de la interpretación y conectar con la gente tiene un aprendizaje grande también.
--¿Cómo se ha adaptado a todos los cambios en la industria?
--A veces me cuesta un poco, pero merece la pena hacer el esfuerzo. Evidentemente, hay que estar ahí, actualizarse a los nuevos tiempos, y es verdad que yo he vivido muchos cambios, como cualquier artista que lleva ya unos cuántos años en esto. En mis comienzos pillé el final de una época del old school de la industria. Mis primeros trabajos salían en cassette y no existían las redes sociales, ni YouTube, ni ninguna de las plataformas de ahora. Todo ha cambiado mucho. Sobre todo, la manera en la que consumimos la música, cómo la ofrecemos al público, el contacto con los fans a través de las redes y la manera de promocionarse. La música también, obviamente cambian las tendencias, los sonidos y las herramientas, pero yo sigo componiendo mucho con una guitarra y con un piano. Sobre todo, lo que ha cambiado ha sido el soporte. Ahora ya casi no se venden discos, es todo digital y hay que estar presente en las redes sociales. Yo intento estar bastante activo y adaptarme, a veces con mayor o menor éxito, pero lo intento [ríe].
--¿Todavía escucha discos físicos?
--Yo confieso que ya no escucho discos. Igual estoy tirando piedras encima de mi tejado, pero hay que ser realista. Hace bastante tiempo que no me compro un CD. Algún vinilo sí, porque me compré un plato y parece que los vinilos tienen esa cosa, pero soy el primero que reconozco que escucho todo a través de las plataformas digitales. Da un poco de pena, sobre todo para los que somos nostálgicos de los discos, pero el CD todos estamos viendo que está poco a poco en peligro de extinción. El caso es que la gente escuche música sea de la manera que sea.
--Después de 20 años, ¿no se queda sin historias que contar?
--No, porque siempre pasan cosas y no siempre hablo de mí en las canciones. Muchas son autobiográficas, pero muchas otras no. Siempre digo que soy bastante ladrón de historias y cuento en primera persona historias que igual no necesariamente he vivido yo. A nivel creativo no hay límites. Puede inspirarme una novela, una película, una historia de un amigo o una inventada. Muchas veces también las cosas que me pasan a mí, pero hablar siempre de uno es un poco aburrido. Si solo vas a hablar de ti, entonces igual sí que llega un momento en que no tienes nada de lo que hablar. Es verdad también que hay que vivir cosas para poder contar cosas. Por ejemplo, ahora mi vida personal es bastante tranquila, tengo una vida muy familiar, tengo dos hijos y estoy casado hace ya más de 10 años. No digo que no tenga una vida divertida, porque yo estoy encantado con ella, pero no voy a escribir un disco entero sobre la paternidad. Si quiero contar una historia un poco más profunda y desgarradora de amor o desamor, a veces tengo que buscar la inspiración en otros lugares.
--¿Cómo se mantiene la ilusión después de tantos años?
--Es simplemente que te guste lo que haces. A mí me encanta la música, me encanta tocar, componer y subirme a un escenario.