El rey Juan Carlos I no ha sido el único de la realeza europea que ha recibido la visita de sus familiares esta Semana Santa. La reina Isabel II pudo disfrutar ayer viernes de su nieto, el príncipe Harry, y su mujer, Meghan Markle, en una parada sorpresa que han hecho los Duques de Sussex al Reino Unido de camino a los Países Bajos.
El príncipe Harry y la actriz decidieron parar en Londres para reencontrarse con la monarca en el Castillo de Windsor antes de sus compromisos oficiales este sábado en La Haya, donde inaugurarán los juegos deportivos Invictus para veteranos de guerra.
Reunión familiar
Una visita realmente significativa, puesto que es la primera vez en dos años que el matrimonio se cita de esta manera tan oficial con la monarca desde que decidieran mudarse a los Estados Unidos y alejarse de la realeza británica. A pesar de que se conocía que los Duques de Sussex pasarían por Europa, nadie se esperaba este encuentro real.
Uno de los motivos de esta inesperada visita podría deberse al delicado estado de salud en el que se encuentra la reina Isabel II después de contraer coronavirus el pasado mes de febrero. Su salud se habría resentido notablemente estos últimos meses y sus apariciones públicas se habría reducido notablemente en consecuencia.
Significativo encuentro
Así las cosas, se desconocen más detalles de esta inesperada cita. A pesar de que la familia real confirmó que en ese encuentro también se encontraba el príncipe Carlos, no ha trascendido más información sobre si la pareja habría viajado sola o en compañía de sus hijos, Archie, de dos años, y la pequeña Lilibet Diana, de 11 meses, a quien la reina todavía no conoce.
Sea como fuere, la editora de Majesty Magazine y experta de la Casa Real Británica, Ingrid Seward, ha asegurado a The Sun que "es una maravillosa oportunidad para despejar el aire y ofrecer una rama de olivo. Después de todo lo que ha pasado, debe haber costado mucho que Harry y Meghan fueran a Windsor".