Ana María Aldón ha confesado que no pasa por su mejor momento personal ni de pareja. Desde la docuserie de Rocío Carrasco, José Ortega Cano vuelve a estar en la palestra y su pasado se ha convertido en presente.
“Yo lo veo mal y yo lo que quiero es que él esté bien”, confiesa. Unas palabras que han servido para eludir una pregunta muy sencilla, si su marido se preocupa por cómo se encuentra ella.
El papel de Rocío
La colaboradora de televisión asegura que le pone paciencia y espera salir adelante. “Estoy esperando en que llegue mi momento”, asevera. Pese a que indica que en su casa ella tiene su especio ella desea “un momento con mi marido, que pueda salir y entrar con él”.
Se siente que ha caído en una rutina y espera algo que le sepa a novedad con su pareja. No quiere oír hablar de la palabra crisis, niega que sea eso. Es más un desencantamiento del que sabe que va a salir adelante. Buena parte de esto se debe a todos los documentales alrededor de Rociito, “a partir de ahí hemos seguido viviendo y hemos tirado para delante. El tema de la docuserie ha hecho mella”.
¿Depremida?
“Yo lo que no quiero es caer en el pozo de la depresión, he estado muchos años en ese pozo, tomando medicación”, recuerda y no quiere volver a ello. Por eso quiere pronunciar en voz alta y espera que ese cambio llegue. “Voy a superarlo por mí misma”, apunta. Y va a poner de su parte para que su matrimonio siga adelante: “yo quiero sentir que hago dichoso a mi marido".
¿Qué pensará Ortega de todo esto? Ella no tiene miedo. “yo cada vez mido menos lo que tengo que decir y digo lo que quiero. Las consecuencias serán las que sean. Yo tengo que ser yo y opinar en mi propio nombre y derecho”, asevera. Unas palabras que suenan a desafío.