Adara Molinero vive en una montaña rusa emocional. Tras su expulsión de Secret Story, el pasado jueves, la colaboradora de televisión ha ofrecido una desgarraodora entrevista a Lecturas donde da a conocer uno de sus secretos mejor guardados.
La exclusiva ha sido realizada en los tres días que la mallorquina ha estado fuera del reality, tras ser expulsada: en ella confiesa que sufrió malos tratos infantiles y que tuvo que pedir ayuda psicológica por ello. Según cuenta, los hechos ocurrieron a una edad muy temprana, cuando la madre de la exazafata mantenía una relación sentimental con su agresor.
Las consecuencias
Estos episodios, marcaron también su posterior maternidad. La televisiva se convertía en madre junto a Hugo Sierra, en 2019, un momento de felicidad que se vio empañado al no poder evitar recordar su peor pesadilla. "Al tener a mi hijo me venían flashes de mi infancia que no podía controlar. Sentí la necesidad de alejarme de mi madre, pero no pude explicarle por qué", reconoce a la revista.
Sin embargo, Adara no ha sido la primera en hablar de estos malos tratos que causaron mella en su infancia y en la de sus hermanos. La primera en hacerlo, fue la víctima directa de las agresiones: su madre. A su paso por Supervivientes, Elena reconocía haber sido víctima de la violencia machista y el calvario que habían pasado sus hijos por ello.
El paso definitivo de Elena
Un motivo que ha llevado a Rodríguez a dar uno de los pasos más importantes de su vida: la progenitora de Molinero se ha deshecho de la vivienda donde ocurrieron los hechos. "Me niego a no avanzar, a no sentir, a no hacer lo que me hace feliz, a no tener ilusión. A mis 49 años me siento más viva que nunca", escribía en su Instagram.
Con todo, la noticia de la mudanza llegaba mientras su hija participaba en la casa de los secretos. Ahora, con Adara de nuevo dentro de la casa a la espera de conocer si se convierte o no en la repescada del concurso, su madre continúa defendiéndola en los platós contra viento y marea.