Esta noche en La Última Tentación ha tenido lugar un hecho histórico: el primer visionado de emergencia. Las imágenes eran demasiado fuertes como para esperar a la hoguera. Por eso, Sandra Barneda ha entrado en Villa Playa para mostrarles aquello tan urgente. 

La gran damnificada ha sido Lucía, que ha tenido que ver cómo Isaac le ha sido infiel con Bela, con quien ya tuvo un idilio antes de empezar su relación. La pareja se besaba apasionadamente para, después, acostarse y continuar en la cama. 

No más lágrimas por un hombre

Sin embargo, la gaditana se ha mostrado con una firmeza de hierro. No ha llorado, no se ha enfadado. Solamente se ha sentido "decepcionada". "Si hay una cosa que he aprendido es que no voy a perder la salud por un hombre. ¿Que me duele? Sí. ¿Que me importa? Una mierda", ha confesado dignamente. 

La que sí se ha derrumbado ha sido Marina. Ella ya le había advertido a su amiga: "Es un actor. Las personas no cambian". Con todo, Lucía ha vuelto confiar en quien menos se lo merece: "Me avergüenza haberle defendido tanto y me da pena ver como lo doy todo para que me den mierda". Eso sí, asegura que si no se murió cuando Manuel le fue infiel, no lo va a hacer ahora.

Grandes apoyos

Después de este duro golpe, sus apoyos fundamentales han sido Marina y Manuel. Este último ha pasado de ser su exnovio más odiado a casi su mejor amigo. "Me alegra tener esta relación con él y que nos podamos mirar a la cara tranquilamente", ha confesado. 

Cuando su exnovio se ha enterado de la noticia, no ha podido evitar emocionarse y abrazarla. "Me ha dolido mucho porque no te lo mereces. Qué mala suerte tienes", la he dicho Manuel. Así las cosas, Lucía le agradece haberle advertido y le da la razón en todo. Eso sí, tiene claro que nunca va a sufrir más por un hombre.