No porque ya se intuyera la noticia ha dejado de ser menos importante. Kiko Rivera ha decidido paralizar todas las acciones legales contra su madre, Isabel Pantoja, y fumar la pipa de la paz.
La muerte de doña Ana provocó que madre e hijo se volvieran a ver las caras bajo el techo de Cantora, la finca de Francisco Rivera ‘Paquirri’ que tantos dolores de cabeza ha traído a la familia y que tantos secretos oculta.
Demanda retirada
Entre lo que se esconde en esta casa están algunos de los supuestos trajes robados del torero y que Paquirrín descubrió ahora hace más de un año. El hallazgo desató la tormenta perfecta y provocó que él y sus hermanos interpusieran una demanda contra la tonadillera.
La sorpresa saltó a pocas horas de que saliera la exclusiva de Lecturas. Cayetano y Fran Rivera retiraron la denuncia contra la cantante. Y eso que se habían mostrado muy beligerantes a la hora de recuperar lo que forma parte de su herencia.
Causas
El abogado de los diestros, Joaquín Moeckel, apunta ahora que “por dos trajes y dos cabezas de toro” no ve necesidad de crear un conflicto familiar. Y eso que hace meses sí lo veía necesario. ¿Ha tenido algo que ver la reconciliación de Kiko y su madre con todo esto?
El DJ mantiene una estrecha relación con los hijos de Carmina Ordóñez. En los últimos meses, cuando el conflicto estaba en su máximo apogeo, presumían de amistas y cofraternidad, un hecho que puede a ser sido determinante en la retirada de la denuncia.
Kiko, la clave
El letrado apunta que para que la causa saliera adelante “habría que llevarla al juzgado pero el testigo que tiene que ir es el hijo de ella”. Por eso, él, como “gran amante de la familia” insiste en que “por un par de trajes no merece la pena enfrentar a un hijo con su madre”. “Si ella no tiene escrúpulos, no me voy a poner a su altura. Para mí no vale todo”, matiza con un dardo hacia la Pantoja.
¿Eso implica que Kiko se ha negado a declarar? “No es que él no quiera, el que no quiere soy yo” apunta. Sea como sea, amenaza que esto no supone el fin de las reclamaciones a la artista.
Sin rendición
Moeckel recuerda que pese a que, por su parte, “no hay ninguna causa interpuesta”, la puede poner cuando quiera porque no ha prescrito. La causa no está muerta”. “Durante 24 años ha estado parada la historia, pero no prescribe hasta los 30, así que aún tenemos cinco años para actuar. Igual un día, con más sentido común, lo arreglamos”, apunta a La razón.
“Isabel Pantoja todavía tiene sobre sí la espada de Damocles de la posible acción judicial civil sobre la parte de los bienes de la herencia no entregados a los hijos del difunto Paquirri”, sentencia el abogad de Fran y Cayetano Rivera.