Kira Miró (Santa Brígida, Gran Canaria, 1980) no para quieta. Asegura que es una persona tranquila, pero encadena proyecto tras proyecto y a veces hasta se le superponen, como El Hormiguero y el teatro. Una contrarreloj diaria que también vive en escena cuando se sube a los escenarios para representar Escape room.
La obra lleva ya varios años en cartel. La creación de Joel Joan ha viajado hasta Madrid, sin él, con un reparto completamente nuevo y lleva varios años de éxito. Y sin llevarse las críticas de los negocios de las salas de escape.
Inmersivo
Marina San José, otra de las protagonistas del montaje, confiesa que es al contrario que “habrá gente que nunca habrá ido a un escape room y que igual viene a la obra y se anima a ir, y a la inversa”. Ni ella ni el resto del reparto --a excepción de Leo Rivera-- habían ido antes a uno. “Era necesario ir para darle esta sensación de contrarreloj, el tono que requiere la función. Y el día que fuimos los ensayos cambiaron notablemente”, asevera la hija de Ana Belén y Víctor Manuel.
Miró tiene esa misma sensación. Se muestra encantada de volver al Teatro Fígaro a meterse en un papel que hace disfrutar a tanta gente y en una obra que consigue evadir a los espectadores de una realidad que a veces es casi un encierro, y más tras la pandemia. Así lo revela a Crónica Directo.
--Pregunta: ¿Qué supone volver a la cartelera teatral, después de una pandemia y cuando parece que hay acumulación de obras?
--Respuesta: Es todo un privilegio, un, lujo y mucha suerte. Yo lo enfrento con muchas ganas.
--¿Cuál es la clave del éxito?
--Es una obra familiar, vienen desde los nietos a los abuelos y funciona para todos los públicos. Se ríen muchísimo. Por lo que es un plan muy divertido.
--¿Qué le atrajo del personaje?
--Pasó que me encantó, porque te vuelve loca. Es divertida, ocurrente, se pica porque quiere ganar y es tan torpe que es muy divertido de hacer. Es una actriz que en su día estuvo muy de moda y ahora está un poco venida a menos, que quiere ir a todo y no llega. En el escape room está un poco perdida, pero en esta obra todo se tuerce y luego no es tan tonta como parece.
--¿El público participa mucho?
--La sensación del público es que está inmerso en un escape room. Sobre el escenario hay un reloj que va a tiempo real y vive la angustia, la tensión y el miedo. El público de guion hace que el público se estremezca y ría.
--¿Y alguna vez tuvieron que parar por las risas o comentarios de los espectadores?
--Sí que a veces hemos tenido que ralentizar un poquito por las risas y los aplausos, pero el tiempo corre y nos tiene que dar tiempo de hacer la función en esa hora y media que dura el espectáculo.
--¿O sea que se convierte en una contrarreloj para todos?
--Real, como actores debe estar todo muy medido.
--¿Antes de meterse en el proyecto fueron a un escape room?
--Sí, los cuatro. Para vivir esa urgencia y emoción cuando ganas una prueba.
--¿La gente tras esta obra se mira con más recelo los escape rooms ahora?
--Sí, después de ver la obra igual se lo piensan un poco (ríe). Esperemos que no, que son sitios muy divertidos.
--¿Alguna vez ha tenido la sensación de quedarse atrapada en algún sitio?
--Sí, en un ascensor, en el confinamiento...
--¿Y lo vivió igual que su personaje?
--No, la verdad es que soy una persona bastante tranquila.
--Tras tantos años haciendo comedias, ¿se siente ya experta en la materia?
--Me siento cómoda haciendo comedia, no sé si experta. En estos dos años he realizado comedias de largo recorrido en el teatro y curte mucho a la hora de tener el ritmo para llegar al gag. Me gusta ver que la gente durante una hora y media se evade por un rato de lo que pasa con sus vidas.
--¿Aunque los tengan encerrados?
--Pero es por una buena causa. Es una pequeña vacuna contra la pena.
--¿A quién encerraría usted en un escape room como este?
--A muchas personas y a algunos no les dejaría salir nunca. A gente que está en los mandos del mundo y están un poco tarados.
--¿Cómo compagina esta contrarreloj con la de llegar a todos los trabajos que tiene sobre la mesa?
--A veces es un poco a contrarreloj, pero se puede combinar, aunque sea buscando sustitutas a veces para alguna función.
--¿Siente también que la actuación a veces se convierte también en una contrarreloj para encontrar ese papel exacto en momento justo?
--Sí, en este mundo pasas de 100 a 0 en un momento.