Jorge Javier Vázquez es un apasionado del amor. Y así lo ha demostrado muchas veces en su blog de Lecturas. El presentador de Sálvame nunca ha tenido reparos a la hora de hablar de su vida sentimental y ha querido actualizar a sus lectores sobre sus experiencias amorosas durante el verano.
"Paso las dos primeras semanas de agosto en mi casa con P. Y tan ricamente, oye. Luego ya empiezo a pensar que a lo mejor tendría que salir de casa porque en septiembre me arrepentiré de no haberlo hecho", relata el comunicador sobre sus vacaciones.
Indignación
Con gran espíritu crítico, JJ expresa su indignación sobre la sociedad: "Ese 'tengo que' me mata. Es como cuando tienes pareja y 'tienes que' acostarte con ella porque sí cuando a lo mejor lo que te apetece es ver una película. Pero la sociedad estipula que con la pareja tienes que acostarte quieras o no. Y en agosto, irte de vacaciones".
Y, "con ganas de ligar", decide viajar a Corfú. "Me bajo todas las aplicaciones que conozco –ya tengo cuatro–, me hago de pago de cada una de ellas porque parece que así tienes más posibilidades y me pongo a pescar", comenta sobre el proceso.
Primer ligue
Entonces, el presentador encuentra a su elegido. "Ligo con un muchacho del hotel de veinticuatro años que tiene pareja. Monísimo. Tonteamos por la aplicación con el novio a su lado. Le digo de encontrarnos en el agua y como dos amantes furtivos mantenemos en el mar una conversación a una distancia considerable para que no se dé cuenta su pareja. Me dice que soy muy elegante y que le encanta el bañador fucsia que llevo", narra el conductor de Telecinco.
Pero todo sale mal: "El muchacho me marea lo más grande y al final me dice que sería muy peligroso que nos viéramos porque iría contra las reglas que tiene establecidas con su pareja. Que es abierta, sí, pero con matices".
Desesperación
Jorge Javier regresa a casa como se fue: solo. "Inicio el curso como lo finalicé, sin romperme ni mancharme. No podemos decir que haya sido especialmente productivo en cuanto a sexo se refiere", confiesa el presentador. Y eso que él se siente muy bien con él mismo. "Lo que es la vida: estoy impresionante y ligo menos que nunca. Lo entiendo. Me ven como un objeto inalcanzable y prefieren ir a por otros productos que consideran más asequibles. Más accesibles".
Sin embargo, desesperado, hace un claro llamamiento: "Pues desde aquí os digo que no os fiéis de las apariencias. Porque tengo el cuerpo de un efebo, pero el incandescente deseo de un viejo verde, así que apiadaos de mí y echadme un poco más en cuenta".