El paso por Supervivientes tiene consecuencias en la mayoría de los concursantes. Los participantes se tiran tres meses en el reality más extremo de Mediaset pasando hambre y viviendo en condiciones de lo más complejas.
La última en relatar sus secuelas ha sido Lola Mencía. La cuarta finalista de la última edición del programa todavía está aterrizando y acostumbrándose a su vida fuera de Honduras. Por eso, todavía conserva algunas manías.
Manías
Aunque la exparticipante de La isla de las tentaciones asegura que no le ha costado mucho volver a la realidad, sí que le han quedado "algunos TOC's", como ella misma ha dicho, al volver de la isla. Y los ha explicado a través de sus stories de Instagram.
"Odio los ruidos fuertes, música alta o que la gente hable fuerte", ha admitido la concursante.También le agobia "ver a la gente comer deprisa y hablar mientras comen (lo último ya me pasaba antes, pero ahora mucho más)". Asimismo, no se acostumbra “a la servilleta, uso la mano".
Amigos y kilos perdidos
Además, Lola ha asegurado que mantiene relación con algunos de sus compañeros de Supervivientes, sobre todo Palito Dominguín, con quien forjó una gran amistad en el reality, y Melyssa Pinto o Alexia Rivas.
Mucho se ha hablado sobre el peso que habría perdido la leonesa durante su paso por el programa. Como ella misma ha contado, llegó a perder hasta 9 kilos. En su caso, de momento no ha habido efecto rebote, aunque reconoce que ya ha recuperado algunos de esos kilos.