Nyno Vargas: “Yo fui el primero que hizo música urbana en España”
El cantante de rap, flamenco y reguetón presenta 'El efecto Nyno... Continuará' con los éxitos más recientes del artista
21 junio, 2021 00:00Antonio Vargas Cortés nació en 1993 en Burjasot (Valencia), y en sus inicios musicales ya adoptó el nombre artístico actual, Nyno Vargas, con el que se ha consolidado como uno de los mayores representantes de la música urbana y el flamenco flow en España.
El cantante comenzó su carrera subiendo vídeos a internet, en los que interpretaba canciones que se viralizaron. Una época que recuerda con mucho cariño, ya que le hizo valorar todo lo que tiene en la actualidad. Además de su carrera musical, el artista participó en la edición de Supervivientes de 2020.
Nuevo disco
El cantante presenta su nuevo disco, la segunda entrega de la trilogía El efecto Nyno. En este álbum, además de sus más recientes éxitos, aparecen algunos de los temas en los que ha estado trabajando los últimos meses en Hispanoamérica y con los que dará la bienvenida a un nuevo sonido, mucho más internacional y latino.
Claro ejemplo de ello es su nuevo sencillo, 70 Grados, canción que sirve de foco del álbum y que marca el inicio de una nueva etapa en la carrera del artista valenciano. Canciones como Hola, Nena (con Omar Montes), TOTO (junto a Mala Rodríguez), Hola, Mi amor, (con Lérica y El Junco), Ve y dile (con Antonio José) y su más reciente éxito, No me lo creo, son algunas de las canciones que forman parte del disco y que le han posicionado como uno de los referentes del género.
--Pregunta. Saca un disco en época de plataformas y ‘singles’. ¿Por qué?
--Respuesta. Porque es una pena que se pierda eso. Siempre he vendido discos, mi carrera siempre ha funcionado bien en la venta física, pero entiendo que ahora mismo con las plataformas digitales también se puede escuchar ahí perfectamente. Yo es que soy también muy a la antigua y que todo esté digitalizado, si te digo la verdad, no me gusta porque es como todo muy frío. Antes sacabas el disco hacías unas firmas, la gente iba, estabas con ellos, veías a ver qué tal. Y que al final es algo que puedes tener.
--¿Cómo ha sido el recibimiento?
--Estamos contentos. De este disco ya sabía el resultado porque es un recopilatorio de las últimas canciones que he ido sacando a lo largo del año anterior y este. En un principio, este álbum iba a salir en febrero del año pasado, pero al final me fui de España, estuve cuatro meses fuera en Supervivientes y luego ya cuando volví pasó lo de la pandemia y se quedó el disco en el limbo. Por esa parte lo he sabido aprovechar bastante porque lo he trabajado muchísimo, han entrado nuevas colaboraciones y se le fue dando una vuelta.
--Es el segundo de una trilogía.
--Sí. Yo creé el primer El efecto Nyno en 2015, que tuvo muchísima acogida y fue mi primer álbum de estudio. Este año ha llegado el El efecto Nyno... Continuará que da paso al Efecto Nyno... Fin que saldrá para mediados de febrero del año que viene. De ese álbum saldrán algunos singles para que la gente vaya escuchando, pero tendrá muchos más temas inéditos y el día del lanzamiento saldrán muchísimos más vídeos. Con este disco solo habían quedado inéditos los últimos tres singles.
--¿Cómo ha estado trabajando en los álbumes?
--He estado en Brasil, en Miami, iba a ir a Colombia, pero no pude por el coronavirus. En este álbum que acabo de sacar han entrado dos temas que hice en México, que uno es el de 70 grados y el otro se titula Pa’ que suene. Ese también está dentro del álbum. A partir de ahí, todos los temas que estoy trabajando fuera ya van dentro de lo que es el El efecto Nyno... Fin.
--De las canciones de este disco, ¿cree que alguna puede ser la canción del verano?
--Todo apunta a No me lo creo. Es un single que surgió como transición al último que he sacado, que es el de 70 grados, pero la verdad que la acogida ha sido impresionante. Y apunta maneras.
--Está inspirado en Manzanita. ¿Fue su idea?
--Sí. Lo que es la canción en sí, o sea, el estribillo fue cantado por Manzanita, escrito por José Losada. Soy muy fanático de lo que es el flamenco más antiguo. Hace poquito también saqué con El Junco la canción Hola mi amor, incluida en este disco. A mí me habría gustado sacar No me lo creo con Manzanita, lo que pasa es que no está con nosotros, pero me gustaba muchísimo la idea de volver a revivir estas canciones que al final marcaron una época --a mí, personalmente, desde que era muy pequeñito--, pero ya estaban sonando hasta antes de que yo naciera. Marcaron en su momento y dejarlas en el cajón no lo veo bien. Siempre se le tiene que dar esa visibilidad a la nueva juventud que, a lo mejor, no conocían el tema.
--¿Quiénes son sus influencias?
--Desde siempre ha sido Camarón, pero, por ejemplo, también me han gustado mucho Los Chichos, Parrita. De hecho, Parrita es familia nuestra, es primo hermano de mi abuelo. Y nosotros con él teníamos una relación muy cercana de las reuniones familiares. Tenía pendiente un tema con él que no se pudo llevar a cabo. Ahora estoy negociando una cosita con uno de los clásicos que podríamos hacer algo, lo que pasa es que está un poco mal de salud.
--¿Es un sueño?
--Sí, claro. Imagínate, gente con la que tú has crecido escuchando y que puedas trabajar con ellos y haya algo que te una musicalmente. Es muy bonito.
--¿Cómo definiría su evolución musical?
--Yo diría que ahora todo es mucho más artístico. En mis inicios, cuando empiezo en el barrio, canto para el barrio y voy con mis amigos del barrio a hacer música, porque nos gustaba y porque era lo que veíamos. A medida que fui evolucionando como artista y como persona, y me lo empecé a tomar como un trabajo, cambió también mi manera de ver las cosas y mi manera de proyectar la música. Eso es lo que muchas personas todavía no entienden. A mí no me apetece hacer ahora las mismas canciones que hacía en el 2010 porque me escucharían los mismos cuatro y al final esto es un negocio. Y yo como persona me aburro, necesito también experimentar y hacer cosas nuevas.
--¿En el disco experimenta?
--No me lo creo es un tema que a mí personalmente me gusta tanto en producción como en letra y siento que tiene mi esencia. Es algo que me sale con mucha facilidad porque forma parte como de mí, de mi personalidad. Pero, por ejemplo, en 70 grados me he salido totalmente de mi línea, he ido a México, he trabajado con otros productores... Estás arriesgando, pero a la misma vez estás creciendo. La única manera que tiene de crecer un artista es experimentar, salir, ver otras culturas, porque ¿qué cabida tienes aquí al final? Es verdad que llevo más de 10 años trabajando y no me falta trabajo, pero pienso que, al final, si tú mantienes tu esencia y puedes sumarle otras experiencias musicales y culturales de otros países, eso enriquece tu música y te enriquece a ti como persona.
--¿Su público le pide que vuelva a su anterior estilo?
--Hay una división ahí, pero lo entiendo. El artista haga lo que haga siempre va a tener un grupito de haters, que no ven bien lo que estás haciendo y que dicen que lo anterior les gustaba más. Eso me pasaba a mí hacia el año 2014, cuando empecé a hacer un reguetón más comercial, con flamenquito, pero más para las babies, para las discotecas. Yo venía del rap de calle, y siempre recibía el típico comentario de que había cambiado. A mí eso me sentaba fatal. Un día me entró la paranoia y decidí volver a hacerlo. Trabajé en un vídeo y en un tema nuevo de rap, pero luego no pasó nada con ese tema y no llegó muy lejos. Esto ya entra también dentro de cada artista y lo que quiera hacer. Hay quien prefiere tener a los fieles, que escuchen su música, que lo respeto, pero yo siento más cariño cuando hago lo que a mí me gusta o lo que a mí me apetece en ese momento.
--¿Qué quiere proyectar?
--Me considero un artista versátil, que le gusta hacer un poco de todo y no estancarse en lo mismo. Por eso también creo que he sobrevivido, porque cuando empecé había mucha gente, muchísimos artistas que hoy, por desgracia, ya no suenan o ni siquiera se dedican a la música. Son personas con las que comencé y tenían muchísimo talento. Pero se encerraron en esas cuatro paredes, en ese cuarto, y no supieron adaptarse. Tú escuchas una canción mía de 2010 y te suena a 2010 porque te transporta a ese rollo, esa cultura que había, esa manera de vestir, de ver la música. Pero es que hay artistas que hoy todavía hacen una canción que suena a 2008.
--¿Qué piensa de los vídeos de sus inicios?
--A mí me encantan, soy fan del Nyno del principio porque veo la currada que había detrás, la ilusión y las ganas. No tenía ningún recurso. Recuerdo que mi primer vídeo lo grabamos con un teléfono móvil que grababa solamente durante cuatro segundos y se paraba. Nos tiramos seis horas para grabar una toma terrible, pero luego quedó bien. Luego me acuerdo también de que fui a una boda y había un señor grabando. Me acerqué a él y le pedí que me grabara un videoclip. Me cobró 100 euros, que para entonces para mí era mucho. Y esa fue mi primera inversión. Ha habido una evolución bastante grande. Si no hubiera pasado por esas cosas, si todo hubiera sido fácil, no valoraría ahora lo que cuesta crearse un nombre, una carrera, hacerlo profesional. Por eso me enorgullezco mucho de haber pasado por ese proceso.
--¿Le gusta la fama?
--Si te soy sincero, no me gusta. A mí me gusta hacer música y subirme a un escenario para cantarle al público. Lo que pasa es que todo va ligado, todo va de la mano. Si tú no eres conocido, no van a verte. Si no eres conocido, no consumen tu música. Cuando empecé a hacer música, nos metíamos en la habitación de un amigo porque nos gustaba. Entonces ni siquiera existía Youtube. Cuando se creó me dijo de subir las canciones a ver qué pasaba. No pensábamos que llegaría ni a las 5.000 visitas, pero acabó con casi 100.000. En esa época eso era muchísimo porque no había tanto acceso a internet. Ese vídeo se viralizó tanto que ya la gente me paraba y me decía que había visto mi canción. Eso a mí en realidad me gustaba, porque me mostraban su apoyo. Luego ya te vas dando cuenta de que la fama también tiene otras caras. Que te paren y te pidan una foto al final eso es lo bonito de tu trabajo. Lo que no es tan bueno es que estás en el ojo del mundo para cualquier cosa que hagas. También hay gente que es muy mala porque sí.
--Cuando empezó en la música, los sonidos urbanos no eran muy populares. ¿Cómo vivió esa época?
--Cuando empecé, creo que no había nadie haciendo esto en España. Se podría decir que yo fui el primero en hacer música urbana aquí. Mezclar todo ese tipo de sonido y meternos ahí a crear nuestro propio sello independiente y que la gente se hiciera eco. Al final, el barrio nos apoyaba, pero me acuerdo de que iba a la radio y me decían que mi música era infumable. Entiendo que en su momento no estaban preparados para eso, porque también era otro tipo de sonido. En aquel entonces era el pop lo que sonaba. Ahora ha cambiado mucho la película y sabía que iba a pasar en verdad porque me he movido mucho por discotecas latinas. Y había mucho latino, pero la mayoría eran españoles y les gustaba mucho el reguetón.
--Y arriesgó.
--Sí, empecé a fusionar sonidos y fue como como una explosión. Nosotros en la calle nos hicimos en seguida, pero tardó muchísimo el proceso de profesionalizarlo o de que las mismas compañías empezaran a interesarse. De hecho, cuando firmé en 2015 mi primer contrato discográfico, la misma gente con la que estaba trabajando de la compañía me decía que mi música era muy urbana y que no sabían dónde colocarlo. En la radio no me querían poner y no lo entendía porque a la vez mi canción tenía 15 millones de visitas y conseguía llenar salas de conciertos. Y tardó mucho, pero está claro que al final tú no puedes tapar el sol con un dedo.
--Más de una vez ha dicho que la música fue su salvación, ¿cómo cree que sería su vida si no estuviera dedicándose a la música?
--Pues no lo sé, la verdad, pero siempre he sido una persona con ganas de hacer algo distinto y de vivir otro tipo de vida de la que estaba viendo. Siempre he tenido muchas ganas de salir, de crecer, de tener mucha iniciativa para todo. Si me fijo en el contraste de la vida de mis amigos, no pienso que hubiera tenido una buena vida en ese sentido. Pero también tenía muy claro que quería salir de ahí, quería hacer otras cosas, porque ya me veía mal viendo lo que había. Yo quería tener un futuro, comprarme un coche, tener una casa, vivir bien sin necesidad de tener que estar en historias. Uno no elige donde nace. Si tú estás ahí, tienes esas amistades y como niño ves ciertas cosas, qué vas a hacer.
--¿Cómo salió?
--Mi familia ha sido un apoyo increíble. Por desgracia, mis amigos no han tenido ese apoyo familiar, igual porque el padre de uno estaba en la cárcel, la madre vendía droga... Cuando naces en familias desestructuradas, un niño es lo que está viendo. También en 2004, 2005 estaba muy de moda en los barrios admirar al traficante. En aquel entonces, quien no salió del barrio y quien no pensó en un futuro mejor, ha acabado mal. Empecé a centrarme también mucho en el deporte, empecé a jugar al fútbol y me metí muy de lleno en eso, que me ayudó a mantener una vida muy sana, muy limpia. No he fumado nunca, no me gustaba. Todos mis amigos fumaban, pero yo era diferente en ese aspecto y tenía otra visión de la vida.
--Tiene un público bastante joven y es un ejemplo para muchos de ellos, ¿cómo lo gestiona?
--No intento ser un ejemplo, pero soy consciente de que para muchos lo puedo ser. Por eso siempre intento pensar dos veces cuando tengo que decir o hacer algo. También soy persona, pero al final estás en el ojo de muchos jóvenes y no me gustaría proyectarles un mal ejemplo. Por eso animo mucho también a la gente a que haga deporte, a que tenga una vida sana, a que se labre un futuro, que se esfuerce por lo que quiere conseguir en su vida. De hecho, estoy escribiendo un libro que habla de eso también. Es un libro para iniciarte en tu camino.