Ya hay comunicado oficial. Han tenido que pasar 48 horas y ríos de tinta sobre la entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry con Oprah Winfrey para que la monarquía británica se pronunciara.
Las declaraciones de los duques de Sussex fueron muy duras. Acusaciones de racismo, presiones, falta de apoyos… y el silencio como respuesta. Hasta ahora.
Comunicado
“Toda la familia está entristecida al conocer el alcance total de cuán desafiantes han sido los últimos años para Harry y Meghan”, empieza la comunicación del palacio de Buckingham. Unas palabras "en nombre de Su Majestad la Reina" que muestran pura sorpresa ante la narración de los hechos de la pareja.
Lo que más les ha preocupado, sin duda, son las acusaciones de discriminación racista al hijo de Meghan las que más daño han hecho. La actriz asegura que, en los meses en los que estaba embarazada, “hubo preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera".
¿Recuerdos dudosos?
De poco ha servido que ella no diera nombres de quien lo hizo. Han levantado las sospechas en la prensa y ha molestado mucho a la Casa Real. “Las cuestiones planteadas, especialmente la racial, son preocupantes”, sentencia.
Eso sí, en el comunicado muestran serias dudas de que las acusaciones de la actriz sean ciertas. “Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado”.
Inclusión familiar
Ellos no son los únicos que duden de estos hechos. El padre de la estadounidense, Thomas Markle, confesaba en televisión que “la familia real británica sea racista en absoluto".
Pese a esa muestra de desconfianza, el comunicado concluye con un subrayado: “Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia”. Sobre las acusaciones del príncipe a Carlos de Inglaterra, ni una palabra.