"Estafa, apropiación indebida, insolvencia punible y alzamiento de bienes" estos son los cuatro delitos que según la periodista de Telecinco, Paloma García Pelayo, se le atribuyeron a Isabel Pantoja en una demanda legal que recibió a consecuencia de un fallo de su hermano.
Y es que mientras la tonadillera cumplía condena en la prisión de Alcalá de Guadaira (2014-2016), por su imputación en el caso Malaya, su hermano se convirtió en la única persona que tenía sus poderes notariales.
Una deuda por valor de 92000 euros
Por aquel entonces, el juzgado nº3 de instrucción de Marbella obligaba a una de las empresas de la artista (Panriver 56 SL) a hacer frente a una deuda contraída en 2002 con un empresa constructora malagueña. Ese mismo año, la tonadillera se lanzaba al mundo de la hostelería con Cantora Kopas, un bar de copas en la villa de Marbella. Un negocio que terminaría yéndose al garete y por el que dejó a deber 92000 euros a Cobade, la empresa constructora que llevó a cabo la reforma del local.
Sin embargo, un error garrafal de Agustín Pantoja en el momento de subsanar la deuda terminó por volver a llevar a la tonadillera al banquillo de los acusados en 2017. La transacción se pagó a quien no debía.
Una transacción errónea
En concreto, la empresa que recibió el dinero (Cobade) había sido embargada previamente por otra mayor, Homofer. Una razón por la cual Homofer decidió demandar por lo penal a la cantante e imputarle cuatro delitos. A pesar de todo, Isabel no se enteró de todo hasta 48 horas antes de ir a declarar.
Un hecho que desencadenó una tremenda bronca entre la artista y su hermano. A fecha de hoy, ese auto está recurrido por la misma Isabel Pantoja, quien declaró ante el juez que cuando esa operación tuvo lugar ella no era conocedora de nada. Además, la defensa de la cantante ha solicitado que se archive la causa, puesto que la deuda fue saldada.