El príncipe Guillermo y su mujer, Kate Middleton, comenzaron hace una semana una breve gira por el país para agradecer el trabajo de los profesionales durante la pandemia del coronavirus. No solo a los empleados sanitarios, sino también a trabajadores de bancos de alimentos, transportistas y estudiantes.
Esta ruta da el pistoletazo de salida a unas navidades muy diferentes para la familia real británica. Según la tradición, cada año se reúnen todos en la casa de campo de Sandringham para celebrar las fiestas, pero como medida de seguridad, este 2020 las pasarán separados.
Una reunión familiar
La parada más emotiva y comentada ha sido la del palacio de Windsor, donde Guillermo y Kate se reunieron con Isabel II, siempre manteniendo la distancia de seguridad, para saludarse y desearse una feliz Navidad. A su vez, la Reina y su marido, Felipe de Edimburgo, también recibieron al príncipe Carlos y su esposa Camila, el príncipe Eduardo y Sofía de Weesex, y la princesa Ana.
El encuentro ha sido breve y la familia ha podido disfrutar de los villancicos de The Salvation Army International Headquarter con una decoración navideña de ensueño.
Un detalle cursi
El detalle que más ha llamado la atención del encuentro ha sido cómo se ha dirigido el príncipe Guillermo a su abuela, la Reina, para despedirse de ella. “Bye, Gran”, ha dicho, que traducido sería algo como “Adiós, abu”. Una forma cursi que demuestra lo unidos que están para saltarse el protocolo delante de los medios.
Esta no es la primera vez que el Príncipe se salta las normas para dirigirse a su abuela. Cuando todavía era pequeño, Guillermo se cayó mientras jugaba por Buckingham y empezó a llorar llamando a Gary. Su abuela acudió a consolarlo y reconoció que ella era ese tal Gary. “Es que todavía no ha aprendido a decir Granny (abuelita) bien”, aseguró.