Tamara Falcó, que triunfa como tertuliana en El Hormiguero, tuvo que pedir perdón en su última visita al programa de Pablo Motos por incumplir las restricciones del coronavirus en dos ocasiones. Un comportamiento que le recordó el presentador apenas dos segundos después de que la futura marquesa de Griñón tomara asiento.
La hija de Isabel Preysler se disculpó en directo frente a toda España por saltarse el encierro perimetral de Madrid y el toque de queda impuesto. Aunque, pese a reconocer sus fallos, excusó su actuación en dos causas: "que no te enteras de todos los sitios que están confinados" y en su romántica relación con Iñigo Onieva.
Las dudas con las restricciones
Tamara Falcó vuelve a estar en el centro de todas las miradas. Su paso por Masterchef Celebrity la devolvió a la actualidad, su fichaje por El Hormiguero confirmó su éxito y su romance con Iñigo Onieva la sitúa en los focos de todas las cámaras de los paparazis. Los mismos que delataron a la futura marquesa.
Por ello, la colaboradora de televisión ha admitido sus errores y ha perdido perdón públicamente: "Es verdad que fui a cenar a La Moraleja y Madrid estaba confinado. Es que no te enteras de todos los sitios que están confinados", aseguró al respecto.
Agobiada por los paparazis
Sobre el día que fue vista al salir de una casa pasada la 01.30, Tamara Falcó desveló que, pese tener buena relación con la prensa, ahora está agobiada porque acaba de empezar una relación y tiene muchas cámaras detrás: "También está fatal lo que hice. Pensé que con el toque de queda se irían los paparazis y lo retrasé, llamé al coche más tarde. Cuando abrí la puerta para salir, estaban todos y se lió una...".
A esto, Pablo Motos le contestó que si ella incumplía el toque de queda, "también se estarán saltando las normas ellos". En este sentido, la nueva colaboradora de El Hormiguero aseguró que "hay momentos, como por ejemplo ahora que desde septiembre estoy empezando una relación, que son un poco agobiantes. Pese a eso, está mal, súpermal, haber ido a La Morajela", zanjó la tertuliana.